Venezuela

Ni masiva, ni planificada: la vacunación es a lo loco

A estas alturas todos conocemos una o dos historias "extrañas" sobre la inmunización en Venezuela contra la covid-19. Que lo llamen "plan de vacunación masiva" es puro eufemismo, por no decir estafa. En lugar de esperar el deseado mensaje de texto para recibir la dosis, los venezolanos tienen que ligar los dedos para que llegue la suerte

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Vacunación masiva
Daniel Hernández y agencias / Infografías: Yiseld Yemiñany

Cifras no confirmadas, sectores prioritarios sin atención, centros de vacunación sin vacunas, politización del proceso, desorden y caos forman parte del coctel que el chavismo llamó «plan de vacunación masiva», un nombre grandilocuente, una respuesta desesperada  a las criticas por la ausencia de un sistema de inmunización efectivo y organizado.

A pesar de la propaganda del Estado, muy pocos venezolanos han conseguido la vacuna que les permita retomar sus actividades, minimizando los riesgos por el virus, como ya sucede en diferentes partes del mundo.

La siguiente es una explicación punto por punto de por qué el proceso no es masivo, pues no se está cumpliendo con la meta deseada, que, según expertos, es vacunar lo más rápido posible al menos a la mitad de la población (15 millones de personas).

1- ¿Segunda fase? ¿Cuándo fue la primera? 

El chavismo anunció una primera etapa en la que supuestamente vacunó a trabajadores de la salud, maestros, cuerpos de seguridad y autoridades, incluido, obviamente, Nicolás Maduro. Médicos y enfermeras, sin embargo, denunciaron otra realidad (Ver punto 2).

El sábado 6 de marzo, Nicolás Maduro y Cilia Flores recibieron la primera dosis del antígeno ruso, Sputnik V. El chavismo anunció que en esta fase inicial el personal de salud, militares y miembros de la Asamblea Nacional chavista tenían prioridad, en una cuestionada decisión que priorizó a políticos antes que a adultos mayores.

Nicolás Maduro se vacunó con el primer lote de inmunizaciones que llegó a Venezuela

Luego, el 24 de marzo, la ONG, Provea, promovió una campaña en Twitter llamada #DejenEntrarLaVacuna», explicando que la llamada «primera fase» fue insuficiente, politizada y sin criterios: «En Venezuela la vacunación contra el COVID-19 ha sido política y sin criterios serios. El personal de salud NO se ha vacunado. Los más vulnerables NO se han vacunado La OPS aprueba vacunas para Vzla que son necesarias y Maduro las prohíbe. Necesitamos que #DejenEntrarLaVacuna».

José Esparza, virólogo venezolano, investigador de la Universidad de Maryland, advirtió el 25 de mayo sobre la dificultad de certificar las cifras que se manejan en Venezuela. Pero puso un número para conseguir un «proceso de inmunización efectivo»: «En Venezuela. Es cierto que han ingresado algunos lotes de vacunas, desde el 18 de febrero de este año, aunque las cifras no son muy claras porque el Ministerio de Salud no ofrece información. En Venezuela se necesitaría vacunar a 15 millones de personas para lograr un proceso de inmunización efectivo. Realmente, es dramático lo que ocurre en el país porque esta crisis sanitaria se suma a la ya existente crisis humanitaria, que estamos enfrentando sin capacidad hospitalaria».

2- Sin política para los sectores prioritarios

La ONG Médicos Unidos informó el 31 de mayo que solo el 42% de los médicos recibió alguna dosis del fármaco, después de que el ministro de Salud, Carlos Alvarado, asegurara que el 90% de los sanitarios estaban vacunados.

La ONG, que agrupa a más de 4.000 trabajadores de la salud en todo el país, realizó una encuesta entre el 25 y 29 de mayo a casi 3.000 galenos del sector público y privado, activos e inactivos, y manifestó que los resultados le preocupan.

Federación Médica
Una constante que se repite en toda Venezuela: el reclamo por las vacunas

«Nos preocupan mucho estos resultados en medio de una alta mortalidad del personal de salud -582 según sus datos- y la ausencia de un plan de vacunación que contemple y priorice a los más vulnerables y por grupos etarios, claro y transparente. Además, con una campaña de promoción y educación para la salud», dijo la ONG.

El director de Médicos Unidos, Jaime Lorenzo, explicó a Efe que los consultados «recibieron una dosis, por lo menos» y que hasta que no culmine el proceso, que consta de dos dosis, no se pueden considerar como vacunados.

La encuesta, además, muestra que 45% de los médicos que trabajan en instituciones públicas han sido vacunados con la Sputnik V, el 19% con la china Vero Cell y el 36% está sin vacunar.

El panorama cambia en el sector privado donde el 73% de los médicos no han sido vacunados y solo 17% ha recibido la vacuna rusa, 9% la china y el 1% restante otras.

El 12 de mayo, el Colegio de Médicos del estado Carabobo solicitó información sobre el cronograma de vacunación en el estado porque muchos de los agremiados no habían sido inmunizados y desconocían cuándo les correspondería.

Dos funcionarias policiales, ante la insistencia de los médicos que hacían una fila afuera del lugar de vacunación, colgaron un cartel donde expresaban que solamente recibirían la dosis aquellos previamente convocados a través del carnet de la patria.

A propósito, el doctor Julio Castro, una de los expertos más respetados en esta materia, dijo el 6 de junio que la información oficial facilitada hasta el momento es «propaganda».

«Mientras no existan datos creíbles, transparentes y auditables sobre la vacunación, todas las cifras que digan los voceros gubernamentales son propaganda. Es hora de irse poniendo serios con eso», escribió en Twitter el también director de la Comisión de Expertos de la Salud, creada por la oposición para hacer frente a la pandemia.

3- No es masivo: alcanza para el 4,5% de la población

El 2 de junio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguró  que «todavía» no podía confirmar que Venezuela había pagado los 10 millones de dólares que adeudaba a Covax, el mecanismo internacional para la distribución de las vacunas contra la covid-19.

«Hasta finales de la semana pasada estaban pendientes de pago 10 millones de dólares al mecanismo Covax», dijo el director de Emergencias en Salud de la OPS, Ciro Ugarte, en una conferencia de prensa virtual.

Una semana antes, Nicolás Maduro indicó que Venezuela había pagado «todos los millones de dólares» que debía a Covax. Y agregó que el mecanismo prometió a ese país «más de 5 millones de dosis de vacuna para el mes de julio»

«Todavía eso no podemos confirmarlo nosotros», admitió Ugarte, quien comentó que fuentes de Venezuela anunciaron a través de redes sociales y otros medios «que se había concretado el pago total».

Ugarte indicó que según información a la que pudieron acceder, alimentada por fuentes oficiales venezolanas, hasta finales de abril pasado habían sido inmunizadas 364.000 personas en Venezuela con las vacunas rusa Sputnik y la china Sinofar.

De ese total, un 75% correspondía a trabajadores de la salud y a personas mayores de 18 años con alguna comorbilidad, agregó Ugarte.

Lo anterior abre una interrogante sobre cuáles son las cifras reales sobre los vacunados y los que podrán vacunarse en el futuro.

Para el viernes 4 de junio, la vicepresidenta ejecutiva de Maduro, Delcy Rodríguez, aseguró que cerca del 11% de los venezolanos ya fueron vacunados, es decir, unos 3.300.000. Pero los números no cuadran: según los datos oficiales el país ha recibido apenas 2.730.000 vacunas.

Aquí hay una manipulación de la información, porque una persona vacunada es la que ha recibido las dos dosis. Por lo tanto, tomando en cuenta las vacunas recibidas, solo habría disponibilidad para 1.365.000 personas, es decir, el 4,7 % de la población (si tomamos en cuenta la cifra oficial de habitantes: 28.515.829).

Se desconoce cuándo llegaron las 570.000 que faltarían para la cifra dada por Rodríguez, además de las que corresponden a la segunda dosis que deben haber recibido quienes hayan sido inyectados con la primera antes del 15 de mayo.

Una asociación de jubilados aseguró que solo 3% de los mayores de 65 años han sido inmunizados. En el Día del Adulto Mayor, una efeméride creada por el gobierno chavista, salieron a protestar por la falta de vacunas y su baja pensión, que no llega a 4 dólares.

El ministro de Salud Carlos Alvarado, prometió el pasado 23 de mayo que entre junio, julio y agosto se iba a llegar al 70% de la población inmunizada para que entre noviembre y fin de año se complete el 100%. Este anuncio lo hizo con la llegada de 1,3 millones de vacunas de China —sin especificar de qué farmacéutica— pese a que los expertos estiman que para cumplir esta meta debería aplicarse semanalmente esa cantidad.

4- Aquí hay vacunas, aquí no

El ministerio de Salud de Venezuela divulgó el 30 de mayo el listado de puestos de vacunación contra covid-19 repartidos en todo el país.

En el hotel Alba, ubicado en el centro de Caracas, comenzó a formarse una larga fila desde el amanecer. Primero no estaban exigiendo inscribirse en la plataforma de control social y político llamado Carnet de la Patria ni recibir antes la orden en un mensaje por celular para recibir la vacuna.

Los funcionarios optaron por dividir a los grupos de personas en dos  filas: una para los inscritos en el sistema de control y otro para los que habían llegado espontáneamente.  En medio de la confusión, muchos denunciaron discriminación y mostraron su rabia por estar obligados a inscribirse en esa plataforma tecnológica «Sistema Patria», dominada por el chavismo.

El promedio es hacer 11 horas de cola, sin importar la edad que tengan, en la calle, para recibir la inmunización.

En muchos centros se hacían colas, pero no había vacunas

El Estímulo también comprobó que muchos de los centros de salud, supuestamente aprobados para inmunizar a quienes recibieran el «mensaje salvador», no estaban activos. En la parroquia Leoncio Martínez del Municipio Sucre, que es grande y engloba a casi todas las urbanizaciones, solo había un ambulatorio designado, el de La Carlota y, sin avisar, lo cambiaron a Plaza Miranda, al lado del centro comercial Millenium en Los Dos Caminos.

Esa mudanza, llevaba a que los convocados pasaran en promedio siete horas bajo el sol. No había ningún tipo de distanciamiento social y muchas personas estaban sin mascarilla.

5- Una dosis a la suerte

Probablemente el lector, al llegar a estas líneas, conozca más historias que las que vamos a contar a continuación. Pero resumen lo que muchos venezolanos están viviendo. Estos testimonios demuestran que el chavismo no ideó un plan, para ello tendría que haber puesto en escena un proyecto bien pensado y mejor ejecutado. No fue el caso.

«A mi familia le ofrecieron ir hasta la Universidad Bolivariana de Venezuela para vacunarse. La condición era darle una ‘bombita’ (dinero) al guardia por pasar a las personas de edad vulnerable por dentro de la universidad. La idea es que no sea tan evidente que están coleando personas que no tienen el mensaje de Patria o el llamado del ministerio», explica a El Estímulo una testigo a la que llamaremos Bárbara*.

Alejandro, un trabajador que ayuda en la refacción de casas de personas con alto poder adquisitivo, contó que fue sorprendido por una llamada de una de sus clientes, quien le dijo: «¿Quieres vacunarte, trae a tu familia». Y en efecto, llegó a una quinta en el Este, donde vacunaban en el jardín, como si se tratara la hora del té.

Adriana, una abogada que se define como opositora, por medio de un contacto consiguió que la vacunaran en la propia casa del chavismo: Miraflores, durante la mal llamada «primera fase».

Por otro lado, una fuente le dijo a El Estímulo  que pagó 70 dólares por recibir la primera dosis de la vacuna Sinovac. «Me trasladé hacia un punto del este de Caracas, me monté en una camioneta privada y me pusieron la vacuna china ahí dentro. Me dieron la tarjeta de vacunación azul».

De acuerdo con esta narración, la enfermera que inyectaba estaba nerviosa porque eran varios los que pagaron por las dosis y temía que la descubrieran. «Sí, también habían guardias y nos garantizaron la segunda vacuna», dijo.

6- Mensajes a lo loco

Nadie sabe cómo funciona el algoritmo del registro del Ministerio de Salud para asignar las citas de vacunación. Muchos adultos mayores que se inscribieron desde el primer día que lo anunciaron, siguen esperando su cita. Pero otros, que no llegan a 30 años y se registraron varios días después, fueron citados. Vemos el caso del papá de Juan.

Al papá de Juan, el 11-05-2021 le llegó un mensaje de texto que decía: «Buenas tardes, usted ha sido seleccionado para la jornada de vacunación del Covid-19 por amor mayor en el concejo municipal frente a la Policlínica Las Mercedes. Para el 12/05/2021 a partir de las 8:00 am Confirmar asistencia.» El mensaje llegó por SMS a un número de Movilnet.

El papá de Juan está inscrito en el Sistema Patria pero no tiene carnet de la patria, sufre de hipertensión y tiene 77 años. En efecto, le pusieron la primera dosis de la vacuna Sputnikv en le fecha establecida. Juan cree que fue un golpe de suerte que lo convocaran.

El 01-06-2021 recibió otro mensaje que decía: «Se le participa que en los próximos días serán llamados para aplicar la 2da. dosis de la vacuna (Sputnikv). Estar atentos a la convocatoria». Como el 02-06-2021 debía recibir la segunda dosis, y no le llegó el mensaje, asistió al concejo municipal, pero no lo vacunaron. Le dijeron que tenía que esperar a que le llegara el mensaje.

Al momento de escribir esta nota, (08-06-2021) el papá de Juan no había recibido la segunda dosis y aun no le ha llegado el mensaje, esto a pesar de que hace una semana llegaron nuevas vacunas a Venezuela para empezar la supuesta «segunda fase».

Por otro lado, tenemos al padre de María, quien también está inscrito en el Sistema Patria y tampoco ntiene carnet de la patria. Hasta el momento, no ha recibido ni un «hola «en su celular. ¿Por qué a unos si les llega el mensaje y a otros no? Pero esto no termina aquí.

Como si fuera una mala comedia televisiva: Juan cuenta que el 7 de junio, por testimonios que vio en redes sociales y por recomendación de un amigo, se acercó al punto de vacunación ubicando en la Universidad Bolivariana (en Los Chaguaramos) y sin ningún mensaje y con apenas 30 años, recibió su dosis.

«Fue sencillo. lLegas a los espacios de vacunación, haces la cola y sin importar la edad, si estás inscrito en el sistema patria o si te llego el mensaje te puedes vacunar. Lo único que necesitas es tu cédula de identidad laminada y decir que vives en la zona (esta información no la verifican)», confiesa el joven a El Estímulo.

Juan recibió la dosis de la vacuna Sinopharm; le entregaron un carnet de vacunación y con un lápiz le escribieron la fecha probable en que recibirá la segunda inyección. ¿La conclusión de este cuento? Que en lugar de confiar el sistema, mejor es prender una vela a ver si te levantas con suerte.

Con información de EFE y AFP

 (*) Todos los nombres fueron cambiados por petición de las fuentes

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