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El gobierno de Trinidad se hace el loco: "No sabemos de qué hablan"

Este martes, cuando ya hay imágenes de los niños a su llegada a Trinidad y testimonios de las madres y de activistas de derechos humanos, el ministro de Seguridad Nacional Stuart Young sorprendió con declaraciones en las que amenaza con nuevas deportaciones y pone en duda hasta la existencia de los menores de edad venezolanos lanzados al mar

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trinidad y tobago
Foto principal: T&T Newsday

A mediodía de este martes 24 de abril, los 16 menores desaparecidos tras un proceso de deportación desde Trinidad y Tobago hacia Venezuela, llegaron a un balneario conocido como playa Los Iros, al sur de la isla luego de pasar 48 horas a la deriva en altamar.

Karla Henríquez, activista de DDHH y abogada de un grupo de padres cuyos hijos formaban parte del grupo de deportados, informó que los menores permanecieron unas horas en aguas internacionales, fueron rescatados por algunos padres que decidieron buscarlos lanzándose al mar con ayuda de un lanchero a quien le pidieron el favor de prestarles ayuda.

Desde que los 16 niños, en edades comprendidas entre los cuatro meses y diecisiete años, fueron deportados la mañana de este domingo, la angustia se apoderó de los padres. En la tarde del lunes, Gregoria Figueredo, madre de una niña de once años, lloraba angustiada por no saber el paradero de su hija desde que fue montada a la fuerza en un bote precario en Cedros, uno de los puertos de la isla en el que constantemente arriban venezolanos que huyen de la crisis humanitaria en Venezuela.

Desde el momento en que los venezolanos fueron arrestados por guardacostas de Trinidad y Tobago, el 17 de noviembre en la playa de Erin, los niños vivieron una pesadilla. Karla Henríquez, quien asiste a los padres de los niños, describió como «un horror» lo que vivieron.

«Fueron llevados a celdas en comisarías, sin baños ni posibilidad de que sus padres pudieran llevarles comida o ropa limpia. Hacían sus necesidades en pocetas que estaban dentro de las celdas, inodoros sucios de excremento y no les brindaron ni atención medica», relató.

trinidad

Solo en dos oportunidades, en un lapso de cinco días, los padres pudieron ver a sus hijos. Tuvieron que confrontar a los funcionarios policiales para poder acceder a ellos por escasos minutos. Ninguna autoridad migratoria les ofreció información, según contó Gregoria.

La situación legal de los niños era incierta. Poco antes de la deportación, la abogada trinitaria Nafeesa Mohamed introdujo un recurso legal ante la Corte Suprema de su país, para que el Estado brindara protección a los menores, a quienes se les violentaron sus derechos humanos durante el proceso de detención.

¿Dónde están?

Karla Henríquez explicó que, mientras ocurría el proceso de deportación, la jueza falló a favor de que los menores pudieran permanecer en la isla, pero Stuart Young, ministro de Seguridad Ciudadana de Trinidad, aseveró que desconocía cualquier procedimiento en el que deportaron a los menores. «Se hizo el desentendido», afirmó la activista.

Mientras el entramado legal se complicaba, los niños viajaban en una embarcación precaria, con fallas en los motores y poco combustible, sin poder establecer contacto con sus padres.

En la noche del lunes 23, en las redes sociales circuló información sobre la presunta aparición de los niños, quienes habrían llegado a un asentamiento indígena denominado La Barra, en Delta Amacuro. Pero esto no pudo ser confirmado por los familiares, activistas ni por David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos.

Más temprano ese día, Smolansky publicó en su cuenta de la red Twitter que algunos de los menores deportados fueron separados de sus padres, a pesar de que ya estaban en condición legal viviendo en Trinidad y Tobago. Los afectados dijeron al vocero venezolano que desconocían hasta el serial de la embarcación o quién era el capitán que los llevaba a Venezuela.

A mediodía de este martes 24 ya se tenían noticias de los niños. Karla Henríquez informó que los menores fueron rescatados por un lanchero, quien prestó la embarcación para poder hacer la búsqueda. «No hubo actuación de los gobiernos de Trinidad ni Venezuela, tampoco de Acnur, a pesar de que yo misma envié una notificación a los representantes en Trinidad», afirmó.

De los 16 menores deportados, algunos presentaron cuadros de deshidratación y vómitos. Uno de los niños es paciente cardíaco y la bebé de cuatro meses padeció alergias y afecciones en la piel durante el proceso de detención.

Por su parte, y aunque inicialmente aseveró que desconocía cualquier procedimiento de deportación en torno a los niños que pasaron 48 horas desaparecidos en altamar, el ministro de Seguridad Nacional trinitario dejó ver que se trata de una política de Estado con respecto a los migrantes, en especial los venezolanos.

Stuart no sabe nada

Aproximadamente dos horas después de que se conociera sobre el rescate y la llegada de los niños a playa Los Iros en Trinidad, el ministro Stuart Young ofreció una rueda de prensa en la que desestimó las informaciones sobre violaciones de derechos humanos a los menores venezolanos y enfatizó que «nuestra prioridad es nuestra población y nosotros tenemos leyes. Todo el que ingrese a la isla de manera ilegal, o esté aquí sin documentos, seguirá siendo deportado».

Lejos de asomar siquiera el reconocimiento de los hechos, Young lanzó amenazas: «Si un migrante entra a la isla de manera ilegal, inmediatamente se convierte en una persona ‘indeseable’, y deberá afrontar consecuencias judiciales (…) A los venezolanos legales en la isla les decimos: si se descubre que están ayudando a otros de sus connacionales sin documentos en Trinidad, sus permisos serán revocados y también serán deportados».

Ignoró olímpicamente los hechos y hasta trató de sembrar dudas y –prácticamente- negar la existencia de los menores: «He visto el ‘supuesto’ reporte sobre los 16 niños, pero ahora pregunto: ¿alguien ha visto a esos individuos? ¿quiénes son? Que muestren certificados de nacimiento para verificar que son menores de edad (…) Yo no puse a ninguna persona en ningún bote. Conozco mis responsabilidades, y no cubren eso. No sé si son 10, 12, o 16 niños. Vi lo que dijo Juan Guaidó, pero no sabemos de qué hablan».

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