“Los profesionales médicos que regresan son personas excepcionales que se están sacrificando por la humanidad. No deben ser sometidos a restricciones que no están basadas en la ciencia”, dijo el portavoz Stéphane Dujarric, en una rueda de prensa.
Este tipo de restricciones pusieron “una presión especial sobre los trabajadores sanitarios y sobre aquellos que han estado en la primera línea de la respuesta contra el ébola”.
El secretario general de la ONU, por medio de su portavoz, defendió que la mejor forma que un país tiene para protegerse contra el ébola es “detener el brote en su origen en África Occidental”. “Esto requiere un apoyo considerable de sanitarios internacionales y, en respuesta a esa ayuda, tenemos la obligación de cuidar de ellos”, dijo Dujarric.
Según el portavoz, la ONU está cumpliendo los protocolos instaurados por las autoridades de Nueva York, donde tiene su principal sede, a pesar de no estar de acuerdo con ellos. “Sin embargo, estamos muy preocupados por estas políticas y creemos que envían la señal equivocada a los profesionales médicos”, señaló.