ONU pide acceso humanitario para asistir a la población yemení

Naciones Unidas está lista para poder entrar en Yemen y distribuir asistencia humanitaria pero para eso necesita que se le permita el acceso al país por aire y por mar, algo que por ahora no consigue a causa de los combates y de la incapacidad de las partes de asegurar treguas parciales.

«Estamos pidiendo insistentemente que necesitamos acceso, espacio y tiempo para poder entrar a ayudar», señaló en rueda de prensa en Ginebra, Johannes Van Der Klaauw, responsable en Yemen de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación Humanitaria (OCHA).

«El problema es que para lograr el acceso, necesitamos hablar con cuatro implicados: la dirección de la coalición en Riad, los representantes sobre el terreno, el Gobierno, y los rebeldes y eso no es fácil», agregó.

Klaauw explicó, además, que uno de los principales problemas es que las infraestructuras portuarias y aeroportuarias «cambian de manos» en cuestión de días, con lo que es muy difícil negociar con los que las controlan.

Actualmente, 15 de los 22 protectorados del país están implicados en el conflicto «y millones de personas luchan por sobrevivir», agregó el coordinador humanitario, que recordó que antes del conflicto Yemen ya era el país más pobre de la región.

Dos semanas después de que la coalición árabe liderada por Arabia Saudí declarara la guerra a los rebeldes hutíes de Yemen la situación se ha deteriorado considerablemente sobre el terreno, y la ONU teme una catástrofe.

Por ahora, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 648 personas han muerto y otras 2.191 han resultado heridas, unas cifras que son considerablemente más bajas que las aportadas por el Ejército yemení, que ayer cifró en más de 1.000 los muertos y más de 15.000 los heridos desde que la ofensiva comenzó.

En teleconferencia desde Jordania, Ahmad Shadoul, representante de la OMS en Yemen, señaló además, que uno los principales problemas para ayudar a los heridos es la falta de combustible para las ambulancias que tienen que evacuarlos.

Shadoul indicó que se teme que en cualquier momento surjan enfermedades transmisibles a causa de la insalubridad y la falta de higiene provocada por la destrucción causada por los combates, y destacó específicamente el sarampión y las enfermedades derivadas de la diarrea.

Precisamente, Klaauw, destacó como «catastrófica» la situación en Adén, la segunda ciudad del país, «donde más de un millón de personas pueden quedarse sin agua potable para beber en los próximos días a causa de la falta combustible».

El coordinador humanitario indicó, asimismo, que la ciudad es un polvorín porque hay centenas de jóvenes que «han sido armados por al menos seis grupos rebeldes y que campan a sus anchas porque nadie impone la ley y el orden».

Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó que hasta la fecha han registrado 900 refugiados que han llegado al Cuerno de África procedentes de Yemen.

«Los que han logrado cruzar de nuevo a África nos dicen que hay muchos más intentando hacerlo pero que les es imposible a causa de la falta de combustible y los precios estratosféricos impuestos por los dueños de los barcos», agregó Adrian Edwards, portavoz del ACNUR.

De hecho, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) indicó este viernes que el número de retornados al Cuerno de África se eleva a 4.909, y consultado su portavoz sobre la disparidad de las cifras, éste no supo responder.

Históricamente, esta ruta era emprendida por los refugiados e inmigrantes en sentido opuesto, desde el nordeste de África hacia Yemen, desde donde estas personas se dirigían a las ricas naciones de la Península Arábica.

Sin embargo, Edwards alertó que a pesar del conflicto, hay «miles» de africanos, especialmente somalís y etíopes que siguen cruzando diariamente el Cuerno de África en dirección a Yemen, «tal vez porque no conocen la situación o porque están en manos de traficantes que los obligan a proseguir con el viaje».

En el interior de Yemen sobreviven 250.000 refugiados -la mayoría de ellos somalís, y en menor proporción eritreos, etíopes, iraquíes y sirios-.

Asimismo, existen unos 330.000 yemeníes que son desplazados internos en su propio país a causa de las diferentes olas de violencia que asolaron la nación en el pasado.