
Es una erogación que, por estéril, como todo lo que se destina a gastos militares, solo reforzará e incrementará la crisis inadmisible que flagela al pueblo venezolano, sin excepciones.
Muy loable si Maduro tuviese alguien cercano que le hiciera ver acerca de la irrelación ante semejante absurdo.
Su indiferencia ante la mirada atónita y el pensamiento inocuo de los niños, es una actitud que mal podría campararse con la de Herodes, quien aparte de infanticida y sus disfunciones hormonales, fue un administrador excelente.
Si decidiera revocar tal decisión pasaría a la historia como un presidente sensato que prefirió la salida por la puerta grande de Miraflores, ante la plañidera de los ancianos, los niños y sus padres, todos necesitados de asistencia medicohospitalaria.