Venezuela

Oposición vuelve a la calle para mantener la presión sobre Maduro

El líder opositor Juan Guaidó moviliza nuevamente este sábado a sus simpatizantes para elevar la presión contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio del hartazgo de la población por el colapso de los servicios públicos.

Publicidad
Fotografía: AFP

«Vamos a seguir hasta lograr el cese de la usurpación», prometió el viernes Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países.

En respuesta, como es habitual, el chavismo marchará bajo la consigna «en defensa de la soberanía y contra el imperialismo».

Guaidó, bajo amenaza de arresto, busca dar un nuevo impulso a la «operación libertad», una estrategia de organización de sus seguidores para desalojar a Maduro.

Esa hoja de ruta incluye una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores, en fecha no establecida, según Guaidó, quien igualmente llamó a aprovechar la jornada de este sábado para protestar por la crisis eléctrica.

Desde el apagón masivo del 7 de marzo, el país está sometido a cortes intermitentes, que el gobierno intenta sobrellevar mediante un plan de racionamiento de 30 días que excluye a Caracas.

El colapso, que afectó el suministro de agua, el transporte y las telecomunicaciones, también obligó a reducir la jornada laboral de ocho a seis horas y a suspender temporalmente las clases.

«¡Estamos cansados pero tenemos que salir a la calle porque es la única manera de sacar a esta gente!», dijo a la AFP Verony Méndez, de 48 años, sin agua desde hace dos meses.

El agua se ha convertido en un bien escaso y los venezolanos hacen largas filas para abastecerse en puntos donde mana algo de líquido.

Maduro, que atribuye estas dificultades a ataques de Estados Unidos contra la infraestructura hidroeléctrica, llamó a la población a almacenar agua en cuanto recipiente tenga, dando a entender que el problema persistirá.

La oposición y expertos responsabilizan de esta crisis a la desidia oficial.

Apostando al «desgaste»

En su contraofensiva, el oficialismo estrechó el cerco contra Guaidó, el jefe del Parlamento de mayoría opositora. El pasado martes, la Asamblea Constituyente lo despojó de su fuero parlamentario y autorizó al máximo tribunal a enjuiciarlo por «usurpar» las funciones de Maduro.

El diputado no reconoció la medida y advirtió que «nada» lo detendrá. Previamente la Contraloría, el órgano que vigila a las instituciones venezolanas, lo inhabilitó para ejercer cargos públicos durante 15 años.

«El gobierno está jugando al desgaste de Guaidó, quien hasta ahora se ha logrado mantener con un amplio respaldo popular y político», señaló a la AFP el politólogo Luis Salamanca.

Las movilizaciones opositoras, que no cesan desde enero cuando Guaidó se autoproclamó presidente encargado, cuentan ahora con un factor inquietante, los «colectivos», a los que Maduro llamó a tener cero tolerancia con las protestas violentas.

Los «colectivos» son las organizaciones de base del chavismo, pero, según la oposición, un sector ha sido armado y actúa como un grupo paramilitar.

Oenegés de derechos humanos denunciaron su actuación durante recientes protestas espontáneas por la falta de luz y agua.

«Estamos en resistencia», sostiene Larry Moreno, de 65 años, vendedor de verduras en un mercado de Caracas, que tilda la «operación libertad» de «camuflaje» para una intervención estadounidense.

Pulso de aliados

Guaidó se juramentó después de que el Legislativo declarara a Maduro «usurpador», alegando que el segundo mandato iniciado el 10 de enero es producto de elecciones fraudulentas.

El opositor no descarta pedir al Parlamento que autorice el ingreso de una misión militar extranjera, previsto en la Constitución, aduciendo la grave crisis socioeconómica, reflejada en la escasez de alimentos y medicinas y en una inflación que el Fondo Monetario Internacional proyecta en 10.000.000% para 2019.

Washington, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción armada para sacar a Maduro, a quien intenta asfixiar con sanciones que incluyen un embargo petrolero a partir del 28 de abril.

Este viernes, la Casa Blanca sancionó a 34 embarcaciones de la petrolera estatal PDVSA y dos compañías que envían crudo venezolano a Cuba. Y por pedido del gobierno de Donald Trump, el Consejo de Seguridad de la ONU abordará el próximo miércoles la situación humanitaria del país con las mayores reservas de crudo.

Maduro cuenta entre sus aliados a Rusia, que el pasado 23 de marzo envió dos aviones con una misión militar, provocando el rechazo de la Casa Blanca.

Durante sus mitines cotidianos, un sector opositor le pide insistentemente a Guaidó que autorice una intervención militar extranjera. El viernes, la etiqueta #MeCanseDeMarchar era tendencia en Twitter.

Guaidó «se puede desgastar porque la realidad venezolana es una suerte de gran trituradora de líderes, aunque el suyo tiene varias peculiaridades», opina Salamanca, quien por ahora descarta que el opositor esté «desinflándose».

Publicidad
Publicidad