Líderes comunitarios de Santa Elena de Uairén cerca de la frontera de Brasil, lanzan este domingo un grito desesperado pidiendo ayuda a los dirigentes nacionales de la oposición, a organizaciones defensora de los derechos humanos y a instancias internacionales para que los defiendan ante lo que califican como una masacre ejecutada por bandas civiles y uniformados chavistas que persiguen a disidentes.
Hasta la noche del 23 de febrero fuentes hospitalarias, citadas por diputados opositores daban cuenta de 14 muertos y de unos 100 heridos.
Este domingo en la mañana circula un video donde caciques de la comunidad pemón denuncian que el número de muertes llega a 25.
#24Feb Comunidad indígena informó sobre la muerte de más de 25 personas en Santa Elena de Uairén. Denunciaron que los que los reprimen son presos de las cárceles del Dorado y del Vista Hermosa que los visten de militares para que salgan a realizar actos de violencia. #TVVNoticias pic.twitter.com/TDeqgCXfga
— TVVenezuela Noticias (@TVVnoticias) 24 de febrero de 2019
Hay dificultades para contrastar la información proveniente del sur del país, una remota zona aislada, más comunicada con el norte de Brasil, cuya frontera está cerrada.
Santa Elena, a unos 15 kilómetros de la frontera con Brasil, está ocupada por fuerzas civiles y militares del chavismo. Amaneció en paz y dominada por el miedo, con los habitantes resguardados tras la jornada sangrienta de este sábado. La mayor actividad está concentrada en el hospital Rosario Vera Zurita, donde los familiares velan por sus heridos o buscan a sus muertos, según fuentes de la zona.
#24Feb / El Hospital de Santa Elena de Uairen amanece abarrotado con los familiares de los heridos del día de ayer. Algunos esperan ser traslados hoy a Brasil para su atención / #GraSabana pic.twitter.com/6hGEMROsRP — Watcher (@Watcher_Ven) 24 de febrero de 2019
Según las fuentes hospitalarias, unas 14 personas fueron asesinadas y otras 100 resultaron heridas en la intensa represión contra manifestantes que presionaban al gobierno para que permitirá el ingreso de ayuda humanitaria proveniente de Brasil.
En la últimas horas se escucharon detonaciones de armas de fuego de alto calibre y vehículos del gobierno recorrían el poblado que está en un toque de queda no decretado, dijo una dirigente comunitaria vía telefónica a El Estímulo.
Ella declaró bajo condición de anonimato porque como otros dirigentes locales teme por su vida. Está escondida desde que en la tarde de ayer se intensificó la represión contra los opositores, la mayoría de ellos pertenecientes a organizaciones civiles y comunitarias.
“En los cerros hay francotiradores. Estamos todos obviamente con miedo….no sabemos si hay cacería de brujas. Tengo mucho miedo, no estoy en mi casa. Esto es horrible, se escuchan bombas, disparos. Hay denuncias de compañeros desaparecidos”, dijo la fuente.
Las comunicaciones telefónicas o por internet con Santa Elena son difíciles desde el resto del país.
Además la única carretera que comunica con el norte del país ha sido cerrada con alcabalas del gobierno, dijeron otras fuentes en la víspera.
“Necesitamos que alguien nos ayude nunca hemos sido un pueblo preparado para esto. Necesitamos saber si alguien viene a ayudarnos, que esto se sepa”, dijo al apelar a Juan Guiadó, el presidente del Parlamento reconocido como presidente interino del país por la oposición y por unos 60 países.
Reprochó que los activistas locales salieron a las calles este 23 a favor de la ayuda humanitaria pero han sido duramente reprimidos y hasta ahora no tienen apoyo nacional ni internacional.
Habitantes de Santa Elena calculan que hay unos 3.000 efectivos militares uniformados y civiles ocupando la zona y persiguiendo a manifestantes. Varias fuentes coinciden en que entre los represores hay reos de las penitenciarías del estado.
Hay represalias inclusive contra el pueblo pemón, la mayoría indígena de esa zona del sur de Venezuela, porque han sido muy activos pidiendo el ingreso de la ayuda humanitaria. Hace dos días, tres miembros de esa comunidad fueron asesinados a balazos por uniformados de la Guardia Nacional, cuando intentaban evitar el cierre de la frontera, según denuncias de la comunidad.
“Han venido muchas tanquetas, autobuses grandes repletos de uniformados…ha sido muy muy terrible, muy fuerte la situación….”, dijo una fuente.
Dese Brasil, el diario Folha de Boa Vista, relata en su versión en Internet que Santa Elena está aislada y tomada por fuerzas de Nicolás Maduro.
“La ciudad está totalmente incomunicada, no sabemos noticias de cómo está la situación en las comunidades indígenas. Lo único que sabemos es les avisaron que escondan a los niños y los manden para Brasil y que los jefes de las comunidades se escondieron porque van a ser apresados por haberse rebelado contra el gobierno”, dijo una fuente citada en condición de anonimato por Folha de Boa Vista.
Otras fuentes citadas por el diario coinciden en que inclusive prisioneros de las cárceles de Vista Hermosa y de el Dorado fueron llevados a Santa Elena para que se sumen a la represión contra opositores, al igual que ocurrió en el estado Táchira, en el occidente del país, según denuncias de diputados opositores.
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