Opinión

Orden o desorden (I)

La propagación del COVID-19 adentra al mundo en una metamorfosis profunda. Temas sociales, políticos y financieros se manejarán de forma distinta. Las sociedades tendrán que decidir entre vivir en un nuevo orden o en el desorden actual

orden o desorden
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Leyendo en estos días una interesante presentación de la gigante consultora KPMG, refiere que el COVID-19 precipitará una serie de tendencias en negocios y consumo, que su gente de investigación estimaba pudieran avenirse hacia el año 2030. Debido a lo interesante del material, a ello dedicaremos 2 entregas.

KPMG presenta en su escrito un nuevo orden mundial, no solo en el ámbito económico, sino en lo social y lo político.

Las colectivos primero (pero no esos motorizados que andan por ahí)

KPMG nos habla de que estamos entrando en la Era de las Personas, en la cual “la cooperación y no el individualismo hasta ahora imperante, será la única respuesta para el manejo de los temas económicos, sociales y políticos globales, predominando una nueva ética interpersonal, no unipersonal, como la única manera de arbitrar los problemas que surjan”.

Esto, entre otros, me recuerda el innegable espíritu imperial de los gringos y otras potencias mundiales, incapaces de aceptar, integrar, y aún menos cooperar, con países, localidades y sujetos, que no piensan según sus parámetros restrictivos y etnocéntricos. Eso aunque le cueste la vida a millones de personas, ya sea por pobreza o por conflictos bélicos. Total, no son gringos, son pobres carajos de países inferiores.

No menos puedo señalar de Alemania, el nuevo imperio dentro de la Unión Europea, velando por sus propios intereses y cuyo Tribunal Constitucional, dictó una medida en contra de la compra de papeles de deuda por parte del Banco Central Europeo, para poder atender la emergencia sanitaria que estaba arrasando con los italianos y españoles. Esos mediterráneos, desordenados y mal portados, que no responden al orden del gigante germano. Total, no son ciudadanos de primera, pensaría la Merkel con su barriguita fajada, mientras se mece con sonrisa y aires de grandeza, allí donde se presenta.

Bueno, bueno, no vayamos tan lejos, acá en nuestra casa chiquita, la patria, vemos una imposibilidad cooperativa entre el gobierno y la oposición –si ésta existe-, para atender la grave crisis humanitaria que estamos atravesando.

Dando un pasito adelante, Maduro y Guaidó, firmaron en estos días un “acuerdo técnico”, para la recepción de fondos de la Organización Panamericana de la Salud, con el objeto de atender algunos aspectos de la pandemia en Venezuela. Pero estemos claros en algo, a Guaidó, le interesa Guaidó y a Maduro le interesa Maduro. No veo a ninguno de los dos interesados en Venezuela ni en los venezolanos, hablando de espíritu cooperativo.

Negro futuro

Otra elemento que KPMG resalta, en negrillas, diagonales, subrayado y amarillo es la obligatoriedad de la Diversidad e Inclusión, referido a la igualdad de oportunidades y trato a los diferentes géneros, razas, orígenes geográficos, religiones, clases sociales, oficios, etc. Todos, coexistiendo armónicamente en cada uno de los sectores económicos y sociales donde se desenvuelven en las diferentes geografías del orbe. Escribiendo esto, mientras tomo un café, me acabo atragantar, y me provoca correr a buscar un buche de ron para bajar la rabia.

Siglo XXI, en medio de una pandemia que solo encuentra comparativo en las pestes de siglos pasados, nos encontramos que un policía americano blanco, una vez más, asesina asfixiado a un sospechoso negro, el ya dolorosamente célebre George Floyd. El más pequeño de mis hijos, idealizó al pobre hombre como un mártir y lo bautizó como DJ Floyd, porque en algún momento de su vida parece que trabajó con un tal DJ Screw, del que he de confesar, no conozco identidad ni trayectoria.

Ante las naturales protestas, pacíficas y salvajes, reivindicando los derechos de los afroamericanos en pleno siglo XXI, la respuesta de Trump, es que sacará al ejército a la calles para reprimirlos. Como disfruto al ver como se cava su propia tumba política, Mr. President.

En ese sentido Venezuela, culturalmente suele ser de naturaleza inclusiva. Para nosotros negro es un mote lleno de cariño, al igual que marico, enano, gordo, gago, mocho, turco y muchos otros más. La familia venezolana incluye la diversidad de razas, géneros, religiones como parte de su grupo nuclear o extendido, sin mayores diferencias, y contrariamente, con mucho cariño.

En el aspecto en que los venezolanos no somos inclusivos todavía, es respecto a las clases sociales, así como lamentablemente nos hemos vuelto intolerantes a las diferencias políticas. Las oligarquías económicas y políticas de la cuarta república, pusieron en bandeja de plata a Chávez, la marcada desigualdad social venezolana, para que pudiera surgir la quinta república.

Paradójicamente, la quinta república con nuevas oligarquías y élites económicas y políticas, la así llamada boliburguesía, está sirviendo la mesa a una sexta república. Esta posibilidad, en lo personal, me llena de pánico. Voy por otro buche de ron, ahora para bajar el miedo.

Dólares más verdes

Otro de los elementos que destaca el manifiesto de KPMG, son las finanzas sostenibles o finanzas verdes, como se les llama recientemente. En el mismo, se increpa a la banca y al mercado de valores a una rápida migración hacia la promoción y financiamiento de empresas sostenibles orientadas a lo ecológico y a la preservación de la biodiversidad. Además sugieren, el establecer esto como una exigencia y requisito para brindar financiamiento.

Mis queridos amigos de KPMG, no solo aplaudo esta iniciativa, sino además salto de felicidad al leerla, aunque no puedo dejar de comentarles que eso va en contra de la naturaleza de la mayoría de los financistas a nivel mundial.

Sino existiesen regulaciones para las finanzas, los financieros estarían siempre quitando dinero a los pobres, para prestarle a los ricos –sé que estoy escupiendo p´arriba porque a las finanzas me dedico-. Lo único que les interesa verde a los banqueros, son los dólares y en ingente cantidad, y si eso mancilla la ecología, ya verán como comprarla después.

Me bajo un ratico de mi carro cáustico, para hacer un reconocimiento público a la Sunaval y su superintendente, Carlos Herrera, por la reactivación de Bolpriaven, la Bolsa de Valores Agrícolas de Venezuela, con el ánimo de financiar proyectos del campo, agroindustria e intermediación agrícola. Ojalá, puedan colar por ahí, en alguna gacetica, normativa donde se le de prioridad de financiamiento a los proyectos agrícolas que preserven el ambiente.

Bueno, sigo con mi orden y desorden la semana entrante.

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