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Otra infame semejanza entre Honduras y Venezuela

Entre los textos más leídos de El Estímulo está este que trata sobre la muerte de Miss Honduras y la exmiss Venezuela Mónica Spears -hoy es el aniversario de su muerte-; asimismo, enumera lamentables semejanzas entre ambos países. Además de estar ubicados en América, hablar la misma lengua y tener un pasado colonial común, estos dos países comparten hoy el podio mundial en asesinatos por cada 100.000 habitantes y, según las estadísticas, son los lugares donde es más probable morir violentamente, especialmente si se es joven.Hoy, Honduras, una empobrecida nación centroamericana de 112.090 kilómetros cuadrados y 8,598 millones de habitantes, tiene el deplorable récord de poseer la mayor tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes en todo el mundo, medidos por expertos de la Oficina para las Drogas y el Crimen de la ONU.

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Según el último informe anual del organismo, Honduras registró el año pasado 90,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes, seguida por Venezuela, con 53,7.

Décadas de una particularmente sangrienta guerra civil dejaron un reguero de rencores, armas y ex combatientes rondando por ahí en busca de sangre. La corrupción, la indolencia política y la impunidad han hecho el resto.

Es también el país más pobre de Latinoamérica y uno de los que tienen más muertes provocadas por el HIV/Sida y por enfermedades fácilmente evitables en otros lados del planeta.

Hoy, el atroz asesinato de una reina de belleza, la Miss Honduras Mundo 2014, María José Alvarado, y su hermana, Sofía Trinidad, sacuden a esta ya convulsionada sociedad y han colocado al país en el mapa de la agenda noticiosa internacional.

Aunque los móviles y las circunstancias son diferentes, el caso recuerda el asesinato a comienzos de 2014 de la ex miss Venezuela y actriz Mónica Spear, caída junto a su novio en un asalto de carreteras en el estado Carabobo. Fueron dos bajas más de esta guerra silenciosa que deja su rastro cada día en este país caribeño rico en petróleo.

Ese asesinato desató a comienzos de año una temporal ola de indignación en Venezuela, donde lo cotidiano de los crímenes cada vez más horrendos se ha hecho costumbre y ya casi nadie se escandaliza por estas cosas.

Honduras y Venezuela tienen más estadísticas en común.

Un vistazo al anuario “Causas Principales de Mortalidad en las Américas” de la Organización Panamericana de la Salud y del Observatorio Regional de Salud, revela que además de los primeros lugares mundiales en asesinatos, los dos compiten en la persistente extinción de generaciones enteras de jóvenes víctimas de las armas.

En 2013, el 11,53% de las defunciones ocurridas en Honduras de jóvenes entre 15 y 39 años se debió a asesinatos. Es la primera causa de muerte en estas fajas etarias.

En el total de la población, esa premeditación en la violencia física es desplazada hasta el lugar 11 como causa de muertes.

Bajo el manto de la pobreza, una serie de enfermedades perinatales, diabetes, enfermedades cerebrovasculares, malformaciones genéticas, influenza y neumonía, enfermedades del corazón y del hígado se llevan más gente al cementerio cada año en el país centroamericano.

Los extremos etarios, infantes y juveniles y adultos mayores y viejitos, atenúan los números del cuchillo y los disparos.

En Venezuela, también en 2013, las agresiones y homicidios fueron la tercera causa de defunciones en la población en general, con el 7,46% de todas las tumbas, es decir unos 29.473 casos registrados en todas las edades.

En el primer lugar estuvieron las enfermedades isquémicas del corazón con el 15,36% y 60.696 decesos, y en el segundo las enfermedades cerebrovasculares, con el 7,52% y 29.711 casos.

Pero, en la población entre 15 y 39 años de edad, el 29,98% de los que dejan este mundo bajo el cielo venezolano fueron asesinados; en segundo lugar hay otros 17.624 muertos (el 17,6%) por “Eventos de intención no determinada” y en el tercer lugar están los “Accidentes de transporte terrestre”, con 13.031 casos (el 16,20%).

Si consideramos solamente los varones, los homicidios responden por 34% de las defunciones en esas mismas fajas sumadas de edades en nuestro país.
Pero si limitamos la muestra a los grupos de entre 15 y 19 años, 20 a 24 y 25 a 29, resulta que 38 de cada 100 muertos cayeron asesinados.
En Honduras fueron solo 20 de cada 100 entre esas edades murieron en ese trance.

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