Salud

Pandemia de Covid-19 deja más de 5.000 muertos en el mundo

Dirigentes internacionales reaccionan de diferentes maneras ante esta crisis, que obliga a millones de personas a quedarse en sus casas y cambiar radicalmente sus costumbres para evitar el contagio

Pandemia de Covid-19 deja más de 5.000 muertos en el mundo
AFP
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La pandemia de Covid-19 ya deja más de 5.000 muertos en todo el mundo y el número de infectados sigue creciendo, mientras los dirigentes internacionales reaccionan de diferentes maneras ante esta crisis, que obliga a millones de personas a quedarse en sus casas y cambiar radicalmente sus costumbres para evitar el contagio.

Las escuelas, los bares, los museos y otros lugares públicos cierran, las bodas, los partidos de fútbol y los espectáculos se posponen y casi nadie va ya a los funerales. Millones de personas anulan sus viajes y limitan sus desplazamientos y los países se blindan.

Con más de 134.000 personas infectadas y más de 5.040 muertes, la pandemia de la Covid-19 no conoce fronteras ni barreras sociales y afecta cada día a nuevos países y territorios. Entre los contagiados hay también ministros, actores y deportistas de élite.

«Es la crisis sanitaria más grave desde hace un siglo», en palabras del presidente francés Emmanuel Macron.

Adiós al ‘tapeo’

En España, segundo país de Europa más afectado por la pandemia después de Italia, las autoridades pusieron en cuarentena cuatro localidades de la región de Cataluña (noreste) y anunciaron el cierre de escuelas y universidades en todo el territorio.

En el país hay ya 3.052 casos y 84 fallecidos, según las autoridades.

La epidemia ha cambiado el modo de vida de los españoles y se acabaron, especialmente en focos del virus como Madrid, las tapas y el café en la barra del bar.

«He enviado un mensaje a un amigo diciéndole: ‘vamos a tomar algo juntos antes de que nos lo prohíban’. Y hemos venido caminando y con las manos lavadas», dice uno de los pocos clientes de un bar del centro de la capital.

En Italia, con 1.016 muertos y 15.113 casos, Roma se ha convertido en una ciudad fantasma. Todos los comercios, salvo los considerados esenciales, están cerrados y los habitantes están en sus casas. Las iglesias cerraron sus puertas hasta el 3 de abril.

Francia, con casi 3.000 contagios y 61 muertos, se unirá a partir del lunes a los países que decidieron cerrar todos los centros educativos. En un discurso, el presidente Emmanuel Macron anunció medidas excepcionales pero no suspendió las elecciones municipales del domingo.

Otros países europeos, como Eslovaquia y República Checa, establecieron por su cuenta cierres de frontera y prohibición de entrada para los viajeros de ciertos países.

La comisaria europea de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, pidió este viernes a los países europeos que las medidas que se apliquen sean «coordinadas, operativas, proporcionadas y eficaces».

En América Latina, países como Argentina, Chile, Colombia, Venezuela o Perú decretaron también anulaciones de vuelos, cuarentenas obligatorias y restricciones para los viajeros que provengan de Europa, China y otras zonas afectadas por la Covid-19. En la región hay oficialmente tres muertos y unos 270 contagios.

Bolsas en alza

Después de la hecatombe bursátil del jueves, en la que las bolsas europeas llegaron a registrar retrocesos de hasta el 17%, los peores resultados en décadas, los mercados operaban en alza este viernes.

La economía se tambaleó debido a las declaraciones de Trump, que prohibió temporalmente la entrada a Estados Unidos de extranjeros procedentes de Europa, pero también por las tibias medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE), que no consiguieron inyectar la calma necesaria.

El miedo a la recesión es grande y varios países anunciaron medidas financieras excepcionales para paliar este choque.

Este viernes, la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometió a adoptar la «máxima flexibilidad» en las reglas presupuestarias y en las ayudas de Estado para auxiliar a los países de la Unión Europea (UE).

¿Una conspiración?

Hartos de escuchar hablar del «virus chino», un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores dijo en Twitter que el nuevo coronavirus no procede necesariamente de China y podría ser fruto de un complot.

«Es posible que haya sido el ejército estadounidense el que trajo la epidemia a Wuhan», aseguró Zhao Lijian.

«¡Estados Unidos debe ser transparente! ¡Y debe publicar sus datos! Estados Unidos nos debe una explicación», agregó.

En China, punto cero de esta pandemia, el número de infectados se reduce. El viernes hubo tan solo ocho, la cifra más baja desde que comenzaron a publicarse estas estadísticas a mediados de enero.

La vida vuelve poco a poco a restablecerse en el país, donde reabren progresivamente empresas y lugares públicos.

Pero fuera de China, su expansión continúa. El viernes hubo un primer muerto en India y un primer caso en el Este de África.

La pandemia sigue provocando además un aluvión de anulaciones o retrasos en el calendario deportivo.

El Gran Premio de Australia de Fórmula 1, que se iba a celebrar este fin de semana en Melbourne, fue anulado. La llama olímpica de los Juegos de Tokio se encendió el jueves en Olimpia, en Grecia, pero quedó detenida en Atenas ante el numeroso público. La gran cita del deporte mundial, prevista en julio, está inevitablemente en la cuerda floja.

Por último, el Everest también quedó cerrado para los alpinistas el viernes.

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