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Papa en Lesbos: Los migrantes, antes que números, son personas

El papa Francisco recordó al mundo este sábado desde Lesbos que los migrantes "antes que números, son personas, rostros, nombres, historias", en una visita relámpago a esta isla griega para llamar la atención sobre esta grave crisis humanitaria.

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FOTO: OSSERVATORE ROMANO | AFP

«Somos todos migrantes», clamó Francisco desde el puerto de Mitilene, tras condenar los muros que se levantan para impedir su ingreso: «las barreras crean división, en lugar de ayudar al verdadero progreso de los pueblos, las divisiones, antes o después, provocan enfrentamientos», recalcó.
«Quisiera expresar mi admiración por el pueblo griego que, a pesar de las graves dificultades que tiene que afrontar, ha sabido mantener abierto su corazón y sus puertas», dijo el papa ante los miles de griegos reunidos en el puerto de Lesbos.
Acompañado por el patriarca ortodoxo Bartolomé y el arzobispo Jerónimo, Francisco elogió la labor de tantos voluntarios por su ayuda a los migrantes y reiteró su llamado a la «responsabilidad y a la solidaridad» ante una situación tan dramática.
«La preocupación de las instituciones y de la gente, tanto aquí en Grecia como en otros países de Europa, es comprensible y legítima. Sin embargo, no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias», dijo.
El papa argentino volvió a instar al mundo a «oponerse firmemente a la proliferación y al tráfico de armas, y sus tramas a menudo ocultas», que considera entre las causas de las guerras y conflictos que obligan a los migrantes a huir de sus países.
«Hay que dejar sin apoyos a todos los que conciben proyectos de odio y de violencia», dijo.
«No basta con limitarse a salir al paso de la emergencia del momento, sino que hay que desarrollar políticas de gran alcance, no unilaterales» para construir la paz, recalcó.
«Todo esto sólo se puede hacer juntos: juntos se pueden y se deben buscar soluciones dignas del hombre a la compleja cuestión de los refugiados», reconoció.
Pocas horas antes, flanqueado por el patriarca Bartolomé y Jerónimo, Francisco visitó el campo de Moria, una prisión a cielo abierto, donde se hacinan 3.000 refugiados que huyen de la guerra.
Los líderes religiosos firmaron allí una declaración conjunta para pedir que Europa abra su corazón y sus fronteras e instar a los refugiados a que «no pierdan la esperanza».
– Un ejemplo para el mundo –
Un grupo de 12 refugiados sirios de religión musulmana acompañan al papa en su vuelo de regreso este sábado de la isla griega de Lesbos, anunció el Vaticano.
«El papa ha querido dar un signo de acogida a los refugiados acompañando a Roma en su mismo avión a tres familias de refugiados, 12 personas, de las cuales seis son menores de edad», indicó el padre Federico Lombardi, quien precisó que la iniciativa fue tomada con el permiso de las autoridades competentes.
Los refugiados se encontraban en los campos de acogida de Lesbos antes del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía.
«La acogida y la manutención de las tres familias correrá a cargo del Vaticano. La hospitalidad inicial estará garantizada por la Comunidad de San Egidio», organización católica italiana, precisó el portavoz del papa.
Francisco, quiso dar así el ejemplo al dar acogida al grupo de sirios musulmanes.
Dos de las tres familias provienen de Damasco y una de Deir Azzor, en la zona ocupada por la organización yihadista Estado Islámico.
«Sus hogares han sido bombardeados», aseguró Lombardi.
Desde el inicio de su pontificado en 2013, Francisco se ha comprometido con dar ayuda a los migrantes y refugiados y pidió a las parroquias de toda Europa que abran sus puertas a las familias de todos aquellos que han tenido huir por el hambre y las guerras de sus países.
El papa argentino, que estuvo unas cinco horas en Lesbos, escuchó los testimonios de numerosos refugiados en el campo de Moria, donde se hacinan 3.000 refugiados que huyen de la guerra.
Desde Lesbos, el papa pidió al mundo que responda de forma «digna» para resolver lo que calificó la «catástrofe humanitaria más grave después de la Segunda Guerra Mundial».]]>

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