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Para la industria automotriz será vital la transición a autos eléctricos

Los fabricantes de automóviles están invirtiendo más dinero en los vehículos a batería, que lo que gastó la NASA para poner un hombre en la Luna

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Los cambios tecnológicos son retos constantes en todo tipo de industria y sus líderes deben estar preparados para afrontar el reto o desaparecer.

Si en algún sector es evidente esta transición es en el automotriz, que espera en las próximas dos décadas una transformación completa del negocio con la incorporación de vehículos eléctricos o que usan combustibles distintos a la gasolina o el gasoil.

Ese es el hallazgo de un estudio exhaustivo del mercado de vehículos eléctricos en desarrollo realizado por el consultor KPMG titulado «Haga sus apuestas de miles de millones de dólares sabiamente», reseñó Bloomberg.

Postula que los 200 mil millones de dólares que los fabricantes de automóviles están invirtiendo en vehículos eléctricos ahora, es superior a lo que KPMG estima que la NASA gastó ajustado a la inflación para poner a un hombre en la Luna. Dicha inversión apunta a un volumen de ventas que representarán del 24% al 37% del mercado mundial de automóviles para 2030.

El destino de los fabricantes de automóviles estará determinado por la forma en que los ejecutivos equilibren el declive del motor de combustión interna con el aumento de la energía de la batería, junto con otras transmisiones. Si los vehículos eléctricos logran una participación de mercado del 30% para 2030, eso dejará a la industria automotriz con 40 millones de vehículos de capacidad excedente para automóviles a gasolina, el equivalente a 200 fábricas innecesarias.

“Lo que está en juego no podría ser mayor”, dice el estudio. «Se construirán nuevas posiciones dominantes y los viejos imperios pueden caer». El cambio a eléctrico resultará en un «cambio estructural masivo» en la industria automotriz, y no existe una fórmula fácil para el éxito, refiere el informe.

Apostar demasiado y demasiado pronto a la electricidad podría dejar a los fabricantes de automóviles tradicionales sin los vehículos a gasolina que necesitan para mantener las ganancias en aumento. Pero quedarse atrás en la curva eléctrica podría significar la desaparición de los rezagados que se aferran a la energía de la gasolina durante demasiado tiempo, añade el estudio.

«Acertar en el momento oportuno es muy arriesgado», dijo en una entrevista Gary Silberg, coautor del estudio y director global de la práctica automotriz de KPMG. «Si lo hace mal a los cinco años, podría ir a la quiebra».

De hecho, Silberg y sus coautores predicen que uno o dos de los principales fabricantes de automóviles del mundo no podrán navegar la transición y dejarán de existir en la próxima década.

Por los momentos, los fabricantes de vehículos convencionales no solo tienen que afrontar el cambio tecnológico, sino la incorporación de nuevos y potentes competidores. La participación del gigante tecnológico Apple, que anuncia la producción de su vehículo eléctrico en 2024, es solo un presagio de lo que viene y para lo que deben estar listas las compañías automotrices tradicionales.

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