Venezuela

Pedro Carmona: a 15 años del “Carmonazo”, ni arrepentido ni con miedo

El polémico empresario que devino en "presidente" de Venezuela durante unas horas lamenta hoy en entrevista que las circunstancias no hubieran estado dadas para que durante los acontecimientos de abril de 2002, se lograra el cambio histórico para conducir el país por los camino de la renovación democrática.

Publicidad
Foto AP /Wilfredo Lee (Archivo Miami, 2002)

Quince años han transcurrido desde los sucesos que estremecieron al país y desencadenaron un golpe de Estado en abril de 2002. Mucho se ha dicho del llamado “Carmonazo”, pero poco se conoce de lo qué ha pasado con uno de sus principales protagonistas: Pedro Carmona Estanga.

Dedicado a las actividades académicas en la Universidad Sergio Arboleda, ubicada en Santa fe de Bogotá, Colombia, el ex presidente de Fedecámaras se muestra casi incólume al paso de los años, al menos desde la distancia, y en entrevista concedida a El Estímulo, vía Skype, aseguró estar “muy pendiente” de lo que ocurre en el país y “con angustia” ve la situación a la que ha llegado Venezuela.

Confiesa que el tiempo pasó “muy rápido” y en medio de la acogida que le brinda Colombia, ha realizado allí algunos estudios de postgrado, completó un doctorado en economía, una maestría en educación y adelantó un programa de alta gerencia en hidrocarburos.

– ¿Extraña a Venezuela?

Algunos pensarán que en medio de la situación que vive el país se puede vivir mejor en el exterior. Pero dejar el conjunto de país, la familia, amigos, la tierra, eso es lo que más se extraña. Venezuela debería estar viviendo hoy una etapa de prosperidad, desarrollo y no la situación de deterioro económico e institucional y de orden público que está viviendo. Y por supuesto la noción de libertad y democracia que tanto se ha alejado de mi sufrida patria.

– ¿Cómo quedaron sus bienes en el país. Fueron confiscados?

No he sido una persona de fortuna, pero sí era un alto directivo de un grupo empresarial, industrias Venoco. No era el dueño. Tenía intereses minoritarios y eso ha sufrido cambios, perjuicios desde el punto de vista económico pero no me han confiscado bienes.

Desde el punto de vista legal, administrativo o moral no he tenido ninguna situación que haya sido delictiva. Podré haber sido una persona ampliamente investigada por el oficialismo, podrán atacarme políticamente, pero no moralmente.

– ¿Cuál es el estatus legal de Pedro Carmona?

La situación que me llevó a solicitar asilo en Colombia fue el hecho de no tener garantía alguna de un debido proceso, ni de legítima defensa, frente a la investigación de la que era objeto luego de los hechos de abril de 2002.

«Me trataron de sentenciar sin juicio en medio de una situación que denominaron de rebelión, sin ningún fundamento jurídico porque el concepto de rebelión tiene connotaciones muy distintas. Significa una acción violenta, armada contra un gobierno legítimo. En abril de 2002, lo que ocurrió fue una crisis política, un vacío de poder, situaciones ajenas al concepto jurídico e internacional de rebelión».

Mientras permanezca la situación actual, es obvio que no puedo regresar al país. Volveré cuando exista la restitución del orden democrático, constitucional, respeto al estado de derecho y legítima defensa.

– ¿Cómo ve la Venezuela actual en comparación a la de abril de 2002?

No se puede decir que todos los problemas del país ocurren con Nicolás Maduro. Chávez estableció un modelo socialista de gobierno autocrático que conculcó la independencia de poderes, destruyó el aparato productivo y aplicó medidas en materia de política económica que han conducido a la situación actual.

Venezuela se ha agravado con la actuación de un pésimo gobierno que ha tenido total incapacidad para enfrentar la crisis humanitaria, económica, política, institucional y de anarquía. Además de la pérdida del control en el orden público y la seguridad ciudadana.

Llevar a Venezuela a la bancarrota es una situación que en el futuro se analizará porque no tiene ninguna justificación, ni explicación salvo la incapacidad administrativa y el fanatismo ideológico que impide que se corrijan los errores cometidos. Siempre buscan el enemigo externo.

Lo más difícil es ver un país fracturado, donde han sembrado odio y lucha de clases que no existían.

El haber entregado a manos de militares un alto porcentaje de las funciones de gobierno e involucrarlos en hechos de manejo administrativo cuestionable y moralmente incorrecto, hace que las FAN sea una institución que deba ser rescatada para que cumpla su función constitucional.

– ¿Cómo cataloga su actuación en los hechos de abril de 2002?

A veces no se eligen las circunstancias de la vida, ni tampoco puede uno arrepentirse de haber sido llamado, sin buscar, a participar en un hecho que era noble en medio de una crisis, de vacío de poder, de unas circunstancias de renuncia anunciada del presidente de la República y tratar de convocar a elecciones limpias bajo la supervisión internacional para restablecer el orden constitucional que había sido vulnerado.

Nunca en la vida se puede decir que uno haría las cosas exactamente iguales. Se dieron omisiones, errores en medio de un tsunami político que podían haberse hecho mejor pero nadie tiene la facultad de avizorar cuales pueden ser los elementos de un momento tan complejo como la situación política de abril de 2002.

– ¿Qué diferencias ve entre los hechos que desencadenaron la crisis del 2002 y la situación actual?

En el 2002, ya se veía venir una autocracia. Se aprobaron cerca de 50 decretos leyes por la vía de la Ley Habilitante, impuestos por el Gobierno. El sector laboral se encontraba insatisfecho con las violaciones a sus derechos y contrataciones colectivas. Sin embargo, el factor desencadenante de la crisis fue la politización de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

La autocracia que se veía venir, hoy ya es un hecho. La que fue la segunda empresa energética del mundo, manejada con meritocracia está convertida en la peor empresa energética del mundo. Entonces, ¿se tenía o no razón por la protestas del 2002?

Se trató de protestar en ese momento e impedir que estas cosas se materializaran. El tiempo nos dio la razón cuando hoy vemos la entrega de nuestra soberanía, la entrega de recursos, la violación de derechos humanos y la enajenación de la independencia de poderes.

– ¿Si pudiera regresar el tiempo qué cambiaría de lo sucedido?

Cuando ocurren fenómenos o crisis políticas como la de abril de 2002, que repito, fue un tsunami político porque no respondía a planes preconcebidos, ojalá hubiera sido con planes preconcebidos, otro gallo cantaría. Puedo decir que el error más grande fue la oposición que hicieron algunos altos oficiales a que Chávez saliera a Cuba.

Alegaban que debería ser juzgado, que el país no entendería, que tenía las manos manchadas de sangre por las muertes de puente Llaguno. Si Chávez se hubiera ido a Cuba se constipaba su renuncia, aunque luego con la ayuda de Fidel Castro hubieran tratado de incendiar el país pero se trataba de un presidente que confirmó su renuncia a través del más alto poder militar, ejercido por el General Lucas Rincón.

«Si pudiera dar marcha a tras a las manecillas del reloj no aceptaría la formación de un gobierno provisional aunque el mismo fuera de 180 días. Algunos se rasgaron las vestiduras por una legalidad que era inexistente, se criticó la provisionalidad sin ver el objetivo inmediato que tenía, no era otro sino el restablecimiento pleno del orden constitucional».

No lo asumo de la manera en que algunos aun lo proclaman en Venezuela: Carmona es el responsable (…) Detrás hubo otros actores militares, civiles que de alguna manera estuvieron participando pero luego es fácil lavarse las manos y al chivo expiatorio decirle, sí, ‘Carmona fue el responsable’.

– ¿La participación de Fedecámaras en los sucesos de abril de 2002 ha minimizado la intervención del sector empresarial en la política actual?

Mi actuación en abril de 2002, no necesariamente tuvo la connotación de involucrar a Fedecámaras en actividades de esa naturaleza. Fui llamado a título personal, a llenar un vacío y a convocar unas elecciones limpias.

Las actuaciones de abril de 2002, aunque muchos hayan querido involucrarlas, no tienen nada que ver con el empresariado venezolano.
A parte están las protestas que manejaron instituciones de la sociedad civil como la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Gente de Petróleos y organizaciones políticas que protestaban sobre el rumbo que había tomado el país hacía una autocracia.

– ¿Cuáles considera que han sido los desaciertos para enfrentar la crisis que vive Venezuela?

Los errores se han cometido desde el primer día en que se eligió presidente a Hugo Chávez. Muchos venezolanos pensaron que él se iba a comportar de manera democrática.

Recuerdo que mucha gente decía: ‘si Chávez no resulta bueno no podrá estar más de cinco años en el poder’, como lo establecía la Constitución de 1961. Lo primero que hizo Chávez fue convocar de manera inconstitucional a una Asamblea Constituyente porque buscaba acabar con la independencia de poderes y ponerlos bajo su servicio.

Los poderes de ese momento de la transición, (el legislativo) no mostraron ninguna resistencia ante las pretensiones de Chávez de establecer una autocracia.

Los errores continuaron a partir de ahí pero llegando al momento actual vemos que hay errores estratégicos que se han cometido en la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

No quiero ser vocero de críticas porque en el fondo comprendo las dificultades por las que en cada momento atraviesa la dirigencia política de turno. Pero el país está convencido que se cometieron errores en relación al tema de la mesa de dialogo que le permitieron ganar tiempo y oxígeno al gobierno y eso ha desanimado a muchos venezolanos que creen que esos errores han sido inspirados no solo en la anulación del referendo revocatorio, sino también en este momento en una burla a la Constitución y a los ciudadanos al no convocar elecciones de gobernadores y alcaldes.

Si bien hay que defender el derecho a elegir que es un derecho constitucional, no debe ser el único objetivo o foco de preocupación de la oposición. El país está sufriendo una crisis humanitaria tan grave que ya existen críticos extranjeros que lo han señalado como un genocidio porque el hambre, la imagen de personas buscando alimentos en la basura, aunado a la hiperinflación y la bancarrota del país, exigen que hayan prioridad en atención a esos problemas.

Ante la incapacidad de rectificar del Gobierno y el cierre a todas las salidas constitucionales a la crisis, se está en presencia de una resistencia pacífica que marque la ilegitimidad del gobierno.

– ¿De regresar al país y decidir incursionar en el escenario político, a cuál agrupación apoyaría?

Mi pensamiento esta con los jóvenes venezolanos, entiendo que es imprescindible la experiencia de otras generaciones pero el futuro está en las manos de las nuevas generaciones. Independientemente de colores políticos, hoy me siento muy identificado con los movimientos de jóvenes que luchan a brazo partido por rescatar los espacios de democracia y libertad en Venezuela.

– ¿Cree que el cambio de gobierno se hará a través de un proceso electoral?

El problema con las tiranías, con el absolutismo y peor aun cuando han incurrido en la violación de los derechos humanos y delitos de saqueo del patrimonio público, es que se centran en defender sus espaldas. La historia está llena de tiranos que se han resistido a transferir la alternabilidad del poder porque tienen que dar cuentas al pueblo y a la comunidad internacional de las atrocidades que cometen.

Un gobierno de cambio tiene que pensar en la reconciliación sin impunidad.

Publicidad
Publicidad