En la víspera de los Juegos Panamericanos Lima 2019, la meta de la delegación venezolana era superar el número de preseas obtenidas en Toronto 2015 (50). La aspiración: 60 medallas, 10 de ellas de oro; sin embargo, para la fecha solo hay 13 metales bajo la bandera nacional de los cuales 3 son áureos.
El fracaso criollo en la cita, cuyo telón bajará este domingo, pasa, en gran parte, por la falta de desarrollo de los exponentes del deporte. Las quejas y reclamos de los atletas por la falta de apoyo desde el ministerio de Deporte y el Comité Olímpico Venezolano se traduce en una lucha mayor a la que deben hacer en sus respectivas disciplinas.
En la capital peruana, las costuras de un proceso agrietado se ha notado más que en otras ocasiones. El caso de Paola Pérez es uno de los ejemplos que mayor ruido hizo.
La venezolana, medalla de plata en Toronto en aguas abiertas, sufrió de hipotermia en la presente edición al no contar con el traje adecuado para asumir la justa. Pese a que la solicitud de los implementos la hizo en 2017, a Lima jamás llegó la indumentaria de neopreno para sortear los obstáculos sin que la temperatura hiciera mella en su desempeño.
Pero su caso no es el único.
Ante más quejas que celebraciones, el ministro del Deporte del gobierno de Nicolás Maduro denunció el bajo rendimiento de la delegación y se escudó en el reciente embargo impuesto por Estados Unidos a Venezuela, así como sanciones previas, como la causa de la falta de recursos para ayudar a los atletas a contar con un mejor ciclo olímpico.
En un audio que la periodista venezolana Mari Montes compartió a través de Twitter, se escuchó a Pedro Infante criticar a los encargados de la representación venezolana, a quienes dijo que “demasiado esfuerzo hace nuestro país, nuestro pueblo, nuestro presidente para apoyar y lograr, en medio de una guerra, de un bloqueo comercial y financiero, atender y lograr que nuestros atletas salgan a competir”.
El ministro consideró imperdonable lo sucedido con Pérez. “Eso nos pone en una situación de dar lástima innecesaria”.
A su juicio, “el tema del traje de baño de la muchacha golpeó en la moral de toda la delegación” y pidió “darle coñazos a los responsables de esa vaina”.
Otro que se hizo sentir en la delegación venezolana fue Rubén Limardo, oro olímpico en Londres 2012 y recientemente en Lima. El esgrimista denunció la falta de recursos para seguir con su evolución, algo que tiene impacto directo en su entrenamiento de cara a volver a subir al podio en Tokio 2020, caso que no dejó pasar Infante.
“Es probable que hayamos fallado en la atención más cercana a Rubén; sin embargo, ha recibido el apoyo desde 2012 en recursos y divisas para su proyecto (…) Le debemos los recursos de este año (y) hemos empezado a cancelarlo (pero) estamos en medio de un bloqueo, de una situación económica muy compleja y eso también hay que explicárselo a la gente”, dijo.
El ministro chavista aseguró que viajará este miércoles a Lima para tener contacto directo con los atletas y admitió que “siempre hay enemigos, ya sea por la opinión política o porque no nos quieren”.
“Hay gente que está dispuesta a jodernos, a la revolución y al presidente. Nosotros no podemos permitir eso”.
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