Perder el gusto y el olfato es uno de los primeros síntomas del coronavirus

Perder el gusto y el olfato es una de las primeras manifestaciones del Covid-19, y puede aparecer incluso antes que otras señales.

A los síntomas ya conocidos del coronavirus, como dificultad respiratoria, fiebre, tos seca y malestar corporal, se suma perder el gusto y el olfato. La particularidad es que aparece temprano y en pacientes con leve carga de virus. Esto permite aislarlos para evitar que contagien a otros.

La Sociedad Venezolana de Otorrinolaringología sugiere que «ante las evidencias dadas por el seguimiento de casos en Corea del Sur, China, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Francia e Italia», todo paciente que presente anosmia (pérdida del olfato) aguda aislada, sin otros síntomas, debería aislarse con medidas de protección.

Añaden que lo ideal sería hacerle la prueba de detección del Covid-19.

Esta información es avalada por la Asociación Británica de Otorrinolaringología, Sociedad de Rinología Británica, Sociedad Española de Neurología, Sociedad Americana de Otorrinolaringología,  Sociedad Francesa de Otorrinolaringología y Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología.

Una venezolana en la investigación

Para estudiar la relación entre anosmia -pérdida del olfato-, hipogeusia -pérdida del gusto- y Covid-19, otorrinos del mundo pertenecientes al Grupo de Estudios del Olfato y Gusto (GEOG), iniciaron el estudio Global Chemosensory Science Covid-19.

“La anosmia es considerada como indicador temprano de la infección viral. Tenerla en cuenta permitiría aislar al paciente en forma precoz, para que no siga diseminando el virus”, dice la argentina Graciela Soler, directora del GEOG.

Una venezolana, la otorrinolaringóloga Sajidxa Mariño, ha sido invitada a sumarse a esa investigación. Mariño es directora y fundadora del Centro de Otorrinolaringología Respira Libre de Caracas y pionera del uso del láser en patologías paranasales.

“Este es un dato sumamente importante porque, si bien sabemos que en cualquier inflamación o infección respiratoria puede presentarse la pérdida del olfato, en casos en los que no haya una causa aparente como parte de los síntomas del Covid-19, si hay la alteración del olfato, la persona debe tomar la previsión de aislarse o acudir a la emergencia para una prueba de detección y evitar la propagación del virus”, expresa Mariño.

Un síntoma importante

Cada vez más médicos europeos están considerando la hipogeusia y la anosmia, es decir, perder el gusto y el olfato, como señal determinante de la presencia del virus.

David Ezpeleta, directivo de la Sociedad Española de Neurología, expresó a Redacción Médica que más de la mitad de los pacientes españoles con Covid-19 han reportado que padecieron pérdida del gusto y el olfato al comienzo de la enfermedad.

Al decir de este neurólogo, es una forma de saber qué ocurre y a la que «no se le puede quitar valor científico» . Apunta que la gran cantidad de pacientes que la reportaron como síntoma «no puede ser casualidad».

Café sin azúcar, lejía sin olor

Así lo evidencia el testimonio que «Carlos» ofreció a BBC Mundo. A este madrileño se le diagnosticó el Covid-19 en forma remota, vía telefónica. Así lo están haciendo en casos moderados y leves, ante la enorme avalancha de pacientes con Covid-19 en España que, el sábado 28 de marzo, reportó 839 muertos en 24 horas por el virus pandémico, la cifra negra más alta hasta ahora.

A la doctora que lo atendió por teléfono, Carlos le describió que se sentía cansado, con dolor muscular y, sobre todo, que había perdido completamente el sentido del gusto y del olfato. Al escuchar este último síntoma, hizo el diagnóstico: «Tiene usted síntomas propios del coronavirus».

Ahora, aislado por completo en un cuarto de su casa, y con la puerta como barrera casi infranqueable entre él y su familia, Carlos comenta que entre las cosas que más extraña está recuperar sus sentidos del gusto y el olfato.

«No le estoy echando azúcar al café del desayuno, y una de las esperanzas que tengo cada mañana es probarlo y que no me guste. Pero, de momento, no noto nada. Intento oler el jabón al ducharme, la lejía con la que Irene (su esposa) friega cada mañana el suelo de la habitación. Pero nada».