Cultura

Piaf, el mayor desafío de Mariaca

A exactamente 53 años del entierro de la cantante Édith Piaf, la venezolana Mariaca Semprum la encarna sobre las tablas, en lo que asegura ha sido el papel más difícil de su carrera. Este 13 de octubre, en el Centro Cultural Chacao, se estrenó este musical escrito, además, por Leonardo Padrón

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«Piaf no fue una idea que nace de mí», es lo primero que acota Mariaca, «eso no se me hubiese pasado nunca por la cabeza». Pero La Lupe tampoco se le ocurrió, e inclusive lo rechazó, y luego de un poco de insistencia se convirtió en el éxito musical que hoy la llevó a aceptar este nuevo reto actoral y vocal.

Un nuevo equipo de producción la acompaña. Un nuevo equipo al que le echa toda la -buena- culpa del complejo proceso en el que se ha convertido esta producción. «En situaciones tan complejas como las que vive el país, es una fortuna tener un equipo así», asegura la actriz tras comentar que quienes estuvieron tras La Lupe ya no se encuentran en Venezuela.

«Yo estaba rogándole a los ángeles para que Leo (Padrón) escribiera teatro», comenta con la satisfacción de saber que sus plegarias fueron escuchadas. El escritor se encargó de la historia, muy de la mano con Miguel Issa, quien toma la batuta para la dirección de la pieza que está presentándose desde el 13 de octubre, por 3 semanas, en el Centro Cultural Chacao. El compositor Hildemaro Álvarez estará a cargo de la música e inclusive ejecutará el piano. Mientras que la productora Claudia Salazar -responsable de otros musicales como Godspell, La novicia rebelde y Casi normal– termina por poner la guinda a este laureado equipo.

“Yo propongo la belleza mientras los demás se matan”

La frase, incluida en el guión, hace alusión a una etapa de la vida de Edith Piaf en el que mientras ella subía a escena, Francia era invadida por las tropas nazis. Y es que esta puesta en escena no busca solo hacer un homenaje a la artista, quien a finales del año pasado hubiese cumplido los 100 años, sino también subrayar el poder transformador del arte. “En momentos de oscuridad los escenarios deben proponer cosas”, asevera Padrón.

«La vida de Piaf es muy atractiva desde que fue niña -señala el dramaturgo conmovido y dejando entrever por qué se animó a poner un texto sobre las tablas-. Sería un desperdicio no contar los orígenes, porque desde el principio fue una vida signada por la adversidad». Dicho esto, aseguró que la obra contará con varios puntos de inflexión dramáticos, intercalados, durante hora y media, con fragmentos de 18 de las canciones más emblemáticas de la cantante francesa, como La vie en rosa, Milord, Padam, Non, je ne regriette nien y Mon dieu.

Un reto sin precedentes

Es tan difícil para Mariaca decidir cuál es su canción predilecta del repertorio como asegurar cuál ha sido –y sigue siendo- el desafío más grande de este montaje. “Yo no hablo francés -empieza por confesar- y para cantar necesito saber lo que estoy diciendo”, por lo que desde hace meses empezó a estudiar los temas para aprender la delicada pronunciación de este idioma.

Por otro lado, “Piaf es voz, ojos y manos”, agrega el director. De cara a la interpretación, Mariaca sintió la necesidad de “desconfigurar” su cuerpo para emular el envejecimiento precoz de la francesa, y su talante sobrio y parco. “Tanto como actriz, como cantante, ha sido el mayor reto de mi carrera”, no duda.

–¿Te costó alcanzar los registros vocales de Édith Piaf?

–No, más bien yo soy una voz mucha más aguda que la de Piaf, más bien yo he tenido que bajar mucho mi registro. Llegarle a su registro no es lo complejo, lo complejo es bajarlo y lograr esa voz tan redonda y tan compleja en ese registro grave, y por supuesto el idioma, que es la mayor dificultad que me he enfrentado como cantante en mi vida, porque no es solamente el francés. Es el francés cantado de la manera en que ella lo hacía.

–Después de encarnar a La Lupe y de hacer otros musicales, ¿queda espacio para la parte exclusivamente actoral?

–Estoy en pleno rodaje de una película mientras ensayo Piaf, cosa que hace de mi vida una locura en este momento. Es la segunda película de Miguel Ferrari, después de su batacazo de Azul y no tan rosa con el Goya. La está rodando en Venezuela, estamos en la cuarta semana de rodaje. Se llama La noche de las dos lunas y la estoy coprotagonizando con Prakriti Maduro.

–¿El rodaje termina antes de que estrenes Piaf o seguirá la locura?

–Antes de estrenar sí me pauso un poquito, gracias al equipo de producción, pero después del estreno todavía nos quedan unas pocas pautas. Las dos cosas se juntaron- comenta con una sonrisa nerviosa.

–Considerando todas las vertientes musicales por las que has paseado, ¿ya conseguiste tu identidad musical?

–Cada vez está más indefinida –ríe-. Mi disco como autora se llamó Buscando una canción, el que yo lancé hace como tres años. Y yo creo que si yo lanzara otro disco, se llamaría Buscando una canción, parte II. Mientras más géneros averiguo y más géneros canto, más géneros me gustan. Definitivamente la música de Piaf es apasionante, provoca hacer un recital luego de esto, solo de música de ella.

–¿Y un disco homenaje?

–Puede ocurrí, sí.

–¿Y el de La Lupe?

–No lo tengo, lamentablemente no lo hicimos. De hecho, mi proyecto del próximo disco es hacia el bolero, hacia la música latina, dada por toda esta onda de La Lupe, Vivo, el musical. Entonces bueno, me dedicaré un rato a la música latina, pero luego de este capítulo de Piaf, como músico, salgo repotenciada y refrescada de alguna forma.

Piaf fue un éxito en preventa, pues vendió casi un millar de entradas antes del estreno. Los boletos están disponibles en www.ticketmundo.com. Mientras esperan el estreno, pueden deleitarse con el maravilloso trabajo de maquillaje y algunos abrebocas de la obra en su Instagram: @piafelmusical.

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