Venezuela

Pisados por Tibisay

Tibisay no tiene ningún interés en la equidad y la igualdad sino en enredar un proceso electoral que ya apunta a la derrota de la revolución cubano-bolivariana.

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La verdad es que, para garantizar la equidad de género, Tibisay Lucena ha debido exigir, también, un porcentaje de lesbianas y gays en las postulaciones a las elecciones parlamentarias, y, para asegurar la igualdad de religiones y razas, ha debido establecer  el rango porcentual de católicos, santeros, pentecostales, blancos, negros, mestizos y zambos que deben presentarse a las elecciones de la Asamblea Nacional. Pero no.

Tibisay no tiene ningún interés en la equidad y la igualdad sino en enredar un proceso electoral que ya apunta a la derrota de la revolución cubano-bolivariana. Para ello viola impunemente el artículo 298 de la Constitución Nacional que claramente señala que “la ley que regule los procesos electorales no podrá modificarse en forma alguna en el lapso comprendido entre el día de la elección y los seis meses inmediatamente anteriores a la misma.”

Nada puede extrañar de una rectora elegida fraudulentamente para actuar como peón de la revolución, porque, como deberíamos recordar (y haber protestado en su momento), las autoridades actuales del Consejo Nacional Electoral fueron designadas arbitrariamente por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en vez de haber sido elegidas con el voto de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional como establece el artículo 296 de la Constitución.

La imposición de una elección sujeta a cuotas o el cambio de reglas en un momento avanzado del proceso electoral, en el que la oposición ya había realizado sus primarias y adelantado sus candidaturas, no nos puede extrañar. Es, tan sólo, una mínima muestra de la arbitrariedad del poder. Lo que sí debe llamarnos la atención es la pasividad del liderazgo de la oposición ante los continuos abusos de los poderes del Estado.  Como sucedió con la elección fraudulenta de esos mismos poderes, sólo una tímida protesta mediática antecede el dócil acatamiento. ¿Seguiremos una y otra vez sometidos a la arbitrariedad?

Según Benigno Alarcón, “no encarar públicamente al CNE sobre las condiciones electorales injustas puede ser un grave error de la oposición” porque los resultados del estudio sobre percepciones ciudadanas del sistema electoral, del Proyecto de Integridad Electoral Venezuela, del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, muestran que las personas conocen perfectamente la deformación del CNE y dejar de enfrentarlo explícitamente es “subestimar a la gente”.

Hay una brecha importante entre las expectativas de las personas y la firmeza o debilidad de los líderes de la oposición. Un pueblo que tradicionalmente se ha identificado con el arquetipo del alzado no puede eternamente sentirse pisado.

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