Venezuela

Poleo: Caracas no escapará del colapso eléctrico que sufre el interior de Venezuela

El ingeniero Víctor Poleo da pistas sobre la situación del sistema eléctrico nacional, la posibilidad de un nuevo gran apagón nacional y la recuperación de la red en corto plazo

Expertos como Víctor Poleo creen posible un gran apagón nacional
Foto: Archivo El Estímulo
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Lo que tanto fue advertido por los expertos, como Víctor Poleo, pasó durante el mes de marzo de 2019. Más de 90% del país quedó a oscuras por más de 22 horas continuas, con largas interrupciones posteriores. Aún gran parte del país padece cortes constantes de energía. Sin aviso y sin protesta que valga.

Seis meses después no se tiene una explicación completa de lo sucedido y se desconoce cómo opera el sistema que hace tan solo 15 años podía electrificar a toda Suramérica, según el fallecido presidente Hugo Chávez.

El ingeniero electricista Víctor Poleo, profesor de posgrado de Economía Petrolera de la Universidad Central de Venezuela y exministro de Energía y Minas entre 1999 y 2001, detalla la situación actual del sistema que permite el funcionamiento de otros servicios básicos como agua e internet.

– ¿Cuál es el estado actual del sistema eléctrico nacional?

El magnífico Sistema Interconectado Nacional que tuvimos hasta inicios del siglo XXI no existe más. Fue destruido intencionalmente por Alí Rodríguez Araque, Rafael Ramírez y La Habana-Miraflores.

La intención fue de doble vertiente: despilfarro y corrupción, por un parte; asfixia de la Sociedad y de la Economía, por la otra.

La crisis eléctrica engatillada desde 2005 dio lugar a considerables asignaciones financieras para la compra de equipamiento de generación -que estimamos en $60.000 millones y de las cuales al menos $1 de cada $2 fueron sobrefacturaciones.

Entre los casos están Derwick, Nervis Villalobos-Javier Alvarado, parques eólicos y solares, bombillos “ahorradores” pero neurotóxicos, generación distribuida, Termozulias, Bachaquero-Tamare, Planta Sucre, y la inconclusa hidroeléctrica Tocoma en el rio Caroní, que costaba $3.000 millones ab initio y a la fecha ha costado $15.000 millones, según el informe de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, de septiembre de 2017. En ese proyecto de Tocoma participaron las contratistas Odebrecht (Lula-Rouseff) en obras civiles y la argentina Impsa (Kirchners), fabricantes de 10 turbinas Kaplan de las cuales apenas se entregaron tres y no se instalaron.

Esta breve síntesis de proyectos fallidos y no planificados fue un criminal saqueo a la inusual renta petrolera del 2004-2014, asegura Poleo.

– ¿Hay otros intereses?

Hay una segunda vertiente que es de naturaleza política: sin electricidad no hay bienestar ni actividad económica. Venezuela está hoy sumida en desmovilización política, sumida en domesticación progresiva. Las actividades de producción están venidas a menos: de un producto interno bruto de $350.000 millones en 2005 a $120.000 millones o menos en 2018.

La electricidad es una rendija para entender la sociedad y la economía: la demanda eléctrica se ubica hoy en 12.000 megavatios (debió ser de 27.000 MW según proyecciones de Edelca en 2001) pero la oferta es de apenas 6.000 MW: de allí los racionamientos eléctricos actuales, pero crecientes durante los últimos 15 años. Hoy faltan 5 MW de cada 10 MW demandados, la mitad.

– ¿Los recientes apagones tienen que ver con las lluvias?

No. En buena teoría de sistemas eléctricos las lluvias no califican como desastre natural. Durante la segunda mitad del Siglo XX y los 5 primeros años de este siglo, ni maracuchos ni caraqueños ni valencianos recuerdan apagones por lluvias.

– ¿Es un racionamiento velado (apagones sectoriales) lo que ocurre en Caracas?

Ciertamente, por lo antes dicho: hay un déficit de la mitad de la oferta eléctrica versus la demanda, luego hay racionamientos forzosos.

La «Caracas blindada» es mentira -aquella dragoneada en 2010, resalta Poleo-.  Al igual que con las gasolinas -el déficit nacional hoy es de 3 litros de cada 4 litros-, pero Caracas ya no podrá escapar del martirio que a diario sufren Andes y Zulia, oriente y sur por igual.

– ¿Son estas fallas consecuencias del gran apagón de marzo?

El 7 de marzo ocurrió el zénit de un Sistema Eléctrico Nacional ya en ruinas: incendios espontáneos en una vegetación que colonizó los corredores de las 3 líneas de transmisión a 765 kV Guri-Malena dieron lugar a la desconexión del Caroní con el Centro-Occidente (Guri-Malena-San Gerónimo- Santa Teresa- Yaracuy- Zulia y Andes). Al no existir generación termoeléctrica de respaldo, complemento a la hidroeléctrica del Caroní, el sistema entero se apagó por más de 100 horas.

Y así repitió el 23 de marzo. No hubo -ni hay- generación termoeléctrica en Tacoa, Planta Centro, Termozulias, y otras térmicas de mediano tamaño, porque la industria petrolera no las alimenta de gas natural y diesel, por una parte, y porque han sido abandonadas en su mantenimiento.

– ¿A qué debemos que haya apagones y parpadeos eléctricos?

Nuestra conjetura apunta a los despachadores del sistema -explica Poleo-. Luego del 7 de marzo se militarizó ad nauseam el conjunto de 7 centros de despacho nacional, en particular el de Puerto Ordaz que administra 60% de la oferta desde el Caroní. Los tenientes y mayores que dicen operar un sistema de tales dimensiones se inhiben de actuar racionalmente, con miedo a ser victimizados de otro apagón. La monstruosidad corporativa que es Corpoelec (creado en 2007, a contravía de nuestro rechazo desde el colegiado eléctrico profesional) es el foco del problema.

Corpoelec ha de dinamitarse en el primer artículo de toda ley eléctrica en gestación. Las 14 empresas entre públicas y privadas que fueron fusionadas en 2007 fue el mayor crimen contra el Sistema Eléctrico Nacional. Se destruyó por capricho una industria centenaria, se desarticularon las escuelas de hidroelectricidad y termoelectricidad, de líneas de alta y muy alta tensión, los equipos técnicos de distribución que atienden fallas parroquiales, en fin.

– ¿Cree factible, o espera, un apagón similar al de marzo en los próximos meses?

Es factible por tantas razones antes mencionadas. El cuándo es impredecible.

– ¿Espera Ud. ingeniero Poleo un apagón similar al de marzo en los próximos días o el problema está superado?

El problema eléctrico no está superado. Primero ha de ocurrir un cambio político seguido de conocimientos y ética en la conducción del Sistema Eléctrico.

– ¿De ocurrir algo similar a lo de marzo se podrá recuperar el sistema?

No. De baja probabilidad recuperarlo. Se prenderán 4 bombillos aquí y allá, como en La Habana, pero no habrá bienestar ni actividad económica.

– ¿Se les está dando el mantenimiento adecuado al sistema?

Ya lo hemos dicho. Valga añadir que cubanos, iraníes, rusos y chinos lo han intentado bajo falsificaciones de credenciales que no tienen. No hay dos sistemas eléctricos iguales. Las soluciones han sido presentadas a Miraflores, reiterada y exhaustivamente, por la ingeniería venezolana, la más calificada para hacerlo. Miraflores, los  hermanitos Rodríguez (Jorge y Delcy), el generalato, La Habana, no quieren solucionar lo que tanto les ha significado financiera y políticamente.

– ¿Qué medidas se pueden tomar o ya es demasiado tarde?

Es tarde. Solo un cambio político cesaría el vía crucis de la sociedad y de la economía. Salvo que las partes en disputa, en un  destello de racionalidad, «desnegocien» –dejen de usufructar- los problemas de electricidad, aguas, gas y gasolinas y apuesten todos por el bienestar de la sociedad venezolana.

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