Los representantes de la Cámara de Empresas Funerarias y Afines, señalan que han tenido problemas para abastecer con gasolina, las carrozas en donde deben trasladar a los cuerpos de las personas fallecidas, para los velorios y entierros.
La familia Pedro Pérez*, está de luto, su hermano mayor falleció, después de haber permanecido dos semanas hospitalizado tras sufrir un accidente. Pérez estaba en un hospital público cuando se declaró la pandemia por Covid-19.
“Fueron 14 días de dura batalla, luchando por la condición de mi hermano, por la falta de insumos del centro de salud, que nos obligó a comprar todo y pagar costosos exámenes en laboratorios privados. En medio de la tragedia tenemos que reconocer la gran labor que realizan nuestros médicos, enfermeras y en general todos los empleados, a pesar de las carencias”, dijo Pérez.
Señala que después del fallecimiento de su hermano, y de gastar parte de los ahorros familiares en tratamientos, exámenes y traslados, les tocó hacer frente a los gastos del servicio fúnebre, para lo que pidió dinero prestado.
El presupuesto lo pasaron en dólares, con la condición que solo se podría realizar un servicio de dos horas. Asimismo se informó que la asistencia debía ser de pocos familiares, que tendrían que usar tapabocas y guantes.
“Varios vecinos de mi hermano se acercaron a la funeraria, pues no conocían la restricción de los acompañantes. Allí llegaron policías a recordarnos que no se permitía la aglomeración de personas, por las normas sanitarias para prevenir Covid-19”, afirmó.
Mientras se velaba al fallecido en el cementerio se preparaba el sepelio. El entierro fue rápido y con los allegados. “Ni siquiera otro de mis hermanos que vive en los Valles del Tuy pudo llegar por falta de transporte y gasolina. Son momentos muy duros, lo que nos ha tocado vivir en familia”.
La historia de la familia Pérez, es similar a la de todos aquellos que en estos tiempos de Covid-19, tienen que despedir un pariente.
Luis Mora, uno de los representantes de la Cámara Nacional de Empresas Funerarias y Afines, manifestó que ante la emergencia sanitaria que genera el coronavirus, los servicios velatorios tienen una duración de menos de dos horas.
“Por la emergencia sanitaria de Covid-19, solo ofrecemos un tiempo corto para que los familiares se despidan de su fallecido. Algunas personas deciden suspender el acto de velación y van directamente al proceso del sepelio o cremación, según sea el caso”, dijo Mora.
Indicó que siguen prestando el servicio de traslado del cuerpo, arreglo y resguardo, pero que al momento del acto velatorio solo pueden estar dentro de la capilla entre 5 a 10 personas, todas con tapabocas, con una distancia entre cada una de un metro.
Por la emergencia de Covid-19, se recomienda suspender los abrazos que tradicionalmente se ofrecen para dar el sentido pésame a los familiares del difunto y evitar contagios.
“Hemos solicitado que en cada funeraria exista un personal que proceda a realizar la desinfección de las manos de los asistentes, con antibacterial o solución en base de alcohol. Cada velatorio dura menos de dos horas y al sacar el difunto se desinfecta la capilla, para dar paso a otro servicio”, dijo Mora.
Indico que en la actualidad alrededor de 50% de los familiares decide por el proceso de cremación, que entre otras características se dice es más económico y solo pueden estar presentes dos representantes de la familia para reconocer el cuerpo y retirar las cenizas.
Mora dijo que los servicios de cremación no tienen una mayor demanda en estos momentos en Venezuela. «Hay varias razones pero algunas son la falta de cultura del proceso en el país y que solo 50% los estados del país tienen hornos crematorios. Por ello la otra mitad del país mantiene los procesos de inhumación o entierro del cuerpo”.
Indicó que en el decreto de emergencia sanitaria del gobierno nacional, los servicios funerarios no figuran como prioritarios, lo que les trajo algunos problemas, especialmente con el tema de la gasolina.
“En las bombas de servicio no tenemos prioridad para abastecernos de gasolina y los choferes deben hacer largas, en algunas estaciones no llenan 40 litros de gasolina por cada carroza, que nos puede alcanzar para los servicios de una semana, solo para el traslado de los cuerpos”, dijo Mora.
Señaló que igualmente a los fabricantes de urnas se les ha presentado problemas para poder transitar, pues al no ser clasificado servicio prioritario, han tenido inconvenientes para distribuir los ataúdes.
“No se han presentado mayores problemas, pues en estas últimas semanas se ha observado un descenso entre el 30% y 40% de los servicios fúnebres, pues la gente se está cuidando más, no sale de noche, pero igual hay que estar muy atento con estas restricciones colocadas por el gobierno”, dijo Mora.
*El nombre fue cambiado para resguardar la identidad del paciente y las familias
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