Venezuela

Por los "caminos verdes" hacia el concierto por la ayuda a Venezuela

Desde la fronteriza población de San Antonio, grupos de vecinos caminaron con banderas de Venezuela a un costado de la carretera hacia la vecina Ureña. Su destino: Cúcuta, Colombia, para ir al concierto a favor de ayuda internacional para su país.

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Por Esteban Rojas

Numerosas caravanas de personas a pie se dirigieron desde la mañana hacia Cúcuta a través de las «trochas» o «caminos verdes», como llaman a los pasos ilegales por la frontera, para asistir al acto musical.

«Es emocionante. Estamos frente a los ojos del mundo», dijo a la AFP Aura Vargas, una abogada de 40 años que agradeció el apoyo de artistas internacionales a la iniciativa de Juan Guaidó, jefe parlamentario reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países.

«¡Amo a Alejandro Sanz, a Carlos Vives, a Maná… Todos, todos… Es algo único, imperdible!», agregó con una sonrisa.

Durante su caminata de 10 kilómetros, el grupo de Aura pasó frente al extremo venezolano del puente fronterizo de Tienditas, bloqueado por la Fuerza Armada con contenedores de carga y otros obstáculos, donde el gobierno de Nicolás Maduro montó su propio concierto contra el «intervencionismo».

Militares, fuertemente armados, custodian los alrededores de la zona.

Del lado colombiano del puente se desarrolla el concierto que organizó el magnate británico Richard Branson, con artistas como los españoles Sanz y Miguel Bosé, los colombianos Vives y Juanes, el dominicano Juan Luis Guerra, el puertorriqueño Luis Fonsi y los venezolanos José Luis Rodríguez (‘El Puma’) y Nacho.

– «Es urgente» –

«Hay mucha gente que se está muriendo. Gente con cáncer, con enfermedades graves, está prácticamente condenada», lamentó Magdalena Valero, de 64 años, refiriéndose a la escasez de medicamentos, uno de los síntomas más graves de la crisis económica de Venezuela.

«La ayuda humanitaria es urgente», añadió Magdalena antes de tomar una de las trochas, cerca de Tienditas.

Maduro rechaza la asistencia, al denunciarla como el comienzo de una invasión militar liderada por Estados Unidos para derrocarlo; mientras que Guaidó le desafía al asegurar que entrará el sábado sea como sea.

Antonio Mendoza, de 35 años, que caminó junto a su esposa e hijas, cree que el concierto en Cúcuta ayudará a que la asistencia internacional ingrese, lo que «sería un éxito para todos».

«¡Sí se puede!», fue el canto de otra caravana, de unas veinte personas que cruzó por el río Táchira, una de las barreras naturales para los caminantes.

Los pasos peatonales formales que comunican San Antonio y Ureña con Cúcuta funcionan con normalidad. Sin embargo, muchos apostaron por las trochas para eludir aglomeraciones y controles fronterizos.

Los habitantes del área suelen tener el ‘carnet fronterizo’, con el que pueden cruzar con facilidad sin necesidad de pasaporte, pero los caminantes temían que hubiese problemas por la pugna política en torno a la ayuda internacional.

Ante la ofensiva de Guaidó, Maduro ordenó el jueves el cierre «total» de la frontera con Brasil y advirtió que estudia replicar la medida en los pasos limítrofes hacia Colombia.

Unos 40.000 venezolanos atraviesan cada día los cruces peatonales.

La gran mayoría retorna tras comprar medicinas y productos escasos en su país, aunque sigue creciendo el éxodo forzado por la crisis, con la migración de 2,7 millones de personas desde 2015 según la ONU.

– «No queremos que nos invadan» –

El concierto chavista en Ureña comenzó por la tarde con una modesta asistencia de unas 2.500 personas.
Diversos artistas venezolanos, de los cuales el más conocido es Paul Gillman, se alternan en la tarima que exhibe el lema «Para la guerra, nada».

«No queremos que nos intervengan, no queremos que nos invadan (…). No están dando ayuda humanitaria, lo que están buscando es nuestro petróleo y nuestras riquezas», dijo Johana Suárez, con una gorra con los colores de la bandera de Venezuela.

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