No nos escondamos: el torneo ha sido parejo, pero para abajo. De los llamados grandes, solo Carabobo marcó un ritmo diferenciado al resto, tal como lo ha hecho en los últimos torneos cortos. La espantada de jugadores en el mercado de diciembre debilitó a los clubes y a los más chicos le tocó jugársela con los más chamos o los “desechos” de otros
Los equipos han tenido que adaptarse a la realidad país y aunque aún hay nóminas con futbolistas de peso, la media es que no hay figuras suficientes como para que el fútbol desplegado en los campos del país sea atractivo. Si a eso se añade los permisos que concede un formato como el actual, el nivel decae más.
Es por eso que tiene mucho mérito que aquellos equipos con presupuestos modestos se cuelen en puestos protagónicos, como Aragua, quizá el “hermano pobre” de los ocho que optarán por el título de campeón del Apertura. Analizamos a continuación las razones de por qué lo logró el equipo que dirige José Manuel Rey.
Embalaje final: Aragua solo perdió uno de los últimos ocho partidos que disputó y obtuvo dos victorias vitales en las dos últimas fechas que le bastaron para alcanzar la meta. Es sabido que el formato no premia la regularidad sino el momento sobre que se llegue en la recta final del calendario y los aurirrojos no dejaron escapar los puntos necesarios en la instancia decisiva. En ese trayecto derrotaron nada menos que a Lara, Zamora y Zulia y no perdieron con grandes como La Guaira y Táchira. No dependían de ellos mismos para clasificar, pero supieron aprovechar los resbalones del resto para dar el golpe en el momento necesario.
Modestos, pero no débiles: La directiva aragüeña sinceró la nómina para este semestre y arrancó sin importados el Apertura. Una plantilla sin nombres rimbombantes y que dejaba fuera a dos emblemas como Jarol Herrera y “Chuto” Lugo partía como una oveja en una manada de lobos y, con humildad y sin aspavientos, supo sobrevivir. Doble mérito tiene el hecho que con un grupo de jugadores descartados en otras plazas, Rey pudo armar un equipo competitivo.
Tanto, que con un Juan García lesionado en la etapa decisiva, otros compañeros como Framber Villegas y “Topito” Torres aparecieron con sus goles para aportar la cuota goleadora necesaria para trascender. A punta de plata no siempre se alcanzan metas.
Esquema de juego adaptable: Ningún jugador es forzado a adaptarse al esquema. Al contrario, Rey parte de la conformación de un once cuyos futbolistas se sientan cómodos en la posición y labor que cumplen. Equipo muy seguro en la defensa, donde exhibe sus hombres de experiencia para que resguardan al joven y buen arquero Johel Semidey. Cáceres, Salazar, Fajardo y “La Pantera” González armaron un cuarteto bien armado para darle al mediocampo y ataque oportunidad de incorporar savia nueva. Hasta ocho jugadores de la norma vieron minutos en este trayecto, lo que demuestra la importancia que a la Cantera le dará Rey en este proyecto. En su funcionamiento, todo muy simple. Orden, fuerza en la zona de recuperación y explosión por los costados para finalizar con dos delanteros de referencia (Romo y García). “Topito” Torres le dio el toque de magia a la creación.
Por su cuerpo técnico: Es un mérito tremendo que José Manuel Rey, en su primera experiencia al frente de un banquillo de Primera División, logre el objetivo principal de los 18 equipos, el de clasificar a la Liguilla. Con un conocimiento sin igual del campeonato nacional desde su época de jugador y habiendo ejercido cargos de asistencia en la Selección Nacional y Zamora, llegó el momento de asumir el reto y el resultado es inmejorable, de momento. Además, el histórico capitán Vinotinto se ha hecho acompañar de un staff de lujo en este viaje llamado Aragua: Miguel Ángel Romero (Asistente), Jorge Durán (Preparador Físico), Tito Arruda (Analista de Video), Luigi Palomino (Preparador de Arqueros). Pura experiencia, conocimiento y títulos.
Por tradición: Una razón quizá jocosa y cero objetiva, pero válida. Desde que se juega el actual formato de campeonato, incluyendo el Torneo Adecuación, Aragua siempre ha clasificado a la Liguilla en los Torneos Apertura. Ocurrió en el Adecuación 2015 (cayó en Semifinales ante La Guaira), en el Apertura 2016 (alcanzó la Semifinal, donde cedió ante Anzoátegui) y en el Apertura 2017 (eliminado por Carabobo en Cuartos de Final). El primer semestre siempre le viene bien a los aurirrojos. Solo le falta dar el golpe y llegar a la final… y ser campeón.
Aragua se ubicó en el último lugar que da acceso a la Liguilla en el último momento de la campaña regular. Ahora todo comienza de cero. Le espera nada menos que Carabobo en una doble edición del “Derbi de la Autopista” que, ojalá, sea apasionante.]]>
El termómetro de los clubes parece mostrar más temperatura que el de selecciones. Lo cierto es que ambos conforman el fútbol venezolano. Errores puntuales en jugadas claves, problemas incluso de formación como futbolistas, concentración, manejo de partido. Los mismos males de hace 20 o 30 años
Cada golpe que recibe el fútbol de clubes venezolano en las competencias continentales, lejos de acostumbrarse uno a lo reiterativa de la situación, es un puñetazo en el mentón. Es un intento reiterado de que tu diablo interno te convenza de que no hay forma ni manera de salir de esta realidad llamada “poco competitivos”
La semana pasada se publicó en este espacio una columna titulada “Carta a la afición de Trujillanos” donde, palabras más, palabras menos, expresábamos con profunda preocupación las sensaciones que genera la inestabilidad institucional de ese equipo profesional, a la par que se hacía un llamado a su afición a defender sus intereses con respecto a una institución que literalmente, forma parte patrimonial del estado Trujillo.
