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¿Por qué no juega Rómulo Otero en la Vinotinto?

Es la pregunta que fanáticos y periodistas. De jugador revelación, de comandar el mediocampo venezolano a ver el partido en las gradas. El mediocampista perdió la confianza de Rafael Dudamel.

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FOTOGRAFÍA: MARTÍN MEJÍA | AP

¿Por qué Jacobo Kouffaty antes que Otero? La interrogante rondaba la sala de prensa mucho antes de que el partido ante Argentina comenzara. Si se observaba la plantilla venezolana, después de Juan Pablo Añor no había un jugador probado que pudiera desarrollar el rol de conductor, una labor que en la selección nacional es fundamental.

El destino quiso que la lupa se enfocara en tal decisión cuando el volante del Deportivo Cuenca se lesionó, prácticamente al ingresar a la cancha. Dudamel esperaba que ayudara con la tenencia para impedir que la albiceleste generase tanto peligro y así aminorar el trabajo de su defensa. Sobre todo de los laterales. Tuvo que echar mano entonces de Yonathan Del Valle, un jugador más conocido por sus descontrolados piques. La descompensación fue obvia y de nuevo el nombre de Otero saltó en el análisis.

«Es subjetivo», explicó el estratega cuando le pregunté si no extrañó contar con esa opción. «Si Kouffaty no se hubiera lesionado, y nos hubiera dado lo que esperábamos, tu pregunta sería otra. Uno escoge 23 jugadores y pone una fichita. Eso es lo lindo de esta profesión. Esta vez esa apuesta no fue ganadora».

Pero de nuevo, ¿por qué Koufatty como primera opción? Dudamel responde que por su presente. «Rómulo aún no se ha asentado tras su paso del Huachipato al Atlético Mineiro. Consideramos que Jacobo pasa por un mejor momento».

Otero fue presentado a finales de julio en el equipo brasileño. Debutó la primera semana de agosto, jugando apenas 15 minutos. Aún está en etapa de adecuación tras haber sido desequilibrante y uno de los mejores extranjeros de la liga chilena.

Kouffaty se sumó al Cuenca en enero y de inmediato recibió el respaldo del técnico, Álex Aguinaga, quien no paraba de elogiar su rápida adaptación hasta que renunció a su cargo, el 20 de julio para dirigir a la Liga de Quito. Supera en actividad por casi una decena de partidos a Otero.

No obstante, hay una gran brecha entre la multimillonaria competencia brasileña y la liga ecuatoriana, de allí que las necesidades y los procesos sean diferentes. También, al menos para quien escribe, hay una marcada diferencia entre Otero y Kouffaty. El primero ha sido probado en copas intermacionales, el segundo debutó en eliminatorias este martes. El primero ha cumplido con la camiseta nacional, el segundo debe comprobarlo. El primero es brillante con la pelota parada (el martes fue notable la ausencia de ese recurso). No calibrar estas diferencias ante el entonces líder de la clasificación luce, cuando mínimo, extraño.

Existe un último ingrediente: Kouffaty llegó a Barranquilla con una lesión y trabajó diferenciado. Por esa razón se quedó en la grada. Si a eso agregamos el problema en el glúteo de Roberto Rosales, que obligó la presencia de Alexander González como lateral, sólo hay una explicación deportiva para que Otero no estuviera en la banca: Dudamel no confía en él.

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