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¿Por qué no se ha parado el fútbol en Venezuela?

Los últimos días en Venezuela han sido realmente críticos. Al conflicto político y la profunda crisis económica y social, se ha añadido el trance energético que ha derivado en una cadena de consecuencias que han afectado el normal desenvolvimiento de los habitantes del país, que ya bien perjudicados estaban. Los servicios públicos han colapsado y en algunas ciudades no se han podido superar los efectos generados por los apagones de marzo. Caracas vive en una sequía agobiante, pero el resto del país está golpeado, además, por los constantes cortes en la energía.

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FOTOGRAFÍA: Cortesía - Johan Sánchez

El deporte no está ajeno a esta realidad, siendo más específico, el fútbol. Una serie de reclamos realizado por algunos futbolistas y periodistas han dejado en evidencia las realidades que atacan la normalidad de disputar un partido. La FVF, a solicitud de la Liga FutVE y la Asociación de Futbolistas, suspendió la jornada 9 y se reprogramó para el miércoles siguiente, a pesar que las condiciones de normalidad en el suministro de energía eléctrica no había sido superado en algunas ciudades del país (por ejemplo, a la fecha de publicar esta columna, Maracaibo se encuentra todavía en una suerte de incertidumbre por los constantes cortes de luz desajustados a un supuesto cronograma de racionamiento).

La jornada 12 se jugó el miércoles 3 de abril y algunos estadios como el de Puerto La Cruz no tenían servicio de agua ni energía eléctrica en los camerinos, pero sí había una planta generadora para hacer sonar una corneta de música para ambientar un desolado escenario. Sin lógica ni razón. Así, hay situaciones que no se explican, como que los equipos se hospedaran en hoteles a oscuras, sin agua en los vestuarios, dejaran a sus familias en penumbras sin poder cocinar y un sinfín de problemas.

Ante esta situación, hay posturas dispares en las distintas organizaciones que forman parte del balompié. En el seno de la Liga, hay presidentes y directivos que estarían de acuerdo con detener la actividad futbolística (recordar que no solo es fútbol de Primera y Segunda División, hay fútbol femenino y futbol de categorías menores, todos federados), incluso en la misma FVF habría parte del directorio que sugirió la paralización de la actividad.

La Asociación de Futbolistas presentó ante la FVF la propuesta de que se suspenda la actividad en aquellas ciudades que no puedan prestar los mínimos requerimientos para la disputa de un partido. José Ramón López, directivo de esa entidad, admitió en el programa radial “Conexión Goleadora” la existencia de ciertas “presiones”, de las que destacó exclusivamente la internacional, en la que Conmebol habría advertido a la FVF que de detenerse el campeonato, se excluirían los clubes que participan en las competiciones continentales hasta tanto sea superado el problema a lo interno. López no aclaró si es cierto que existe una presión política para que el fútbol no se detenga, sabiendo tácitamente que buena parte de los equipos se sostienen con dinero habido de vínculos con el gobierno nacional.

Lo cierto es que no prospera la idea de detener el fútbol porque los clubes que participan en Libertadores y Sudamericana no renunciarían a percibir los ingresos que genera su presencia en el Continente. Son ingresos fundamentales para el sostenimiento de cada organización y prefieren afrontar cualquier cantidad de complicaciones (Zamora llegó a Paraguay para jugar el partido contra Cerro Porteño en diferentes grupos y conexiones, o las dos reprogramaciones del Cruzeiro – Lara debido a los problemas que enfrentó el club rojinegro para poder trasladarse a Belo Horizonte) para poder cumplir con sus compromisos.

Y ojo que la presión de Conmebol no viene exclusivamente de lo que sucede entre los clubes y la situación en el país. Ya hay equipos y federaciones sudamericanas que han elevado la queja al ente continental por lo costoso que se ha convertido viajar a Venezuela: el alquiler de vuelos chárter por la poca disponibilidad de vuelos internacionales, es uno de los principales reclamos. Los mismos jugadores que pueden elevar su descontento por la situación interna del campeonato no lo hacen cuando sus clubes deben competir en Sudamericana o Libertadores. Hay un tema de ingresos y premios, guste o no, que obliga el juego a costa de lo que sea.

El fútbol sin futbolistas no existe. ¿Han hecho los jugadores la suficiente fuerza para que se suspenda el campeonato? La respuesta es no. Las declaraciones de Mon López lo evidencia. ¿Hay presiones o amenazas internas para que los futbolistas no exijan la detención del campeonato? No hay quien asuma la responsabilidad de denunciar que eso está pasando, pero sí se supo que para el apagón del 7 de marzo la FVF obligó a los clubes a disputar sus partidos en las condiciones que fueran.

El fútbol no se va a parar. Si los futbolistas no lo exigen, no ocurrirá y no se han unido con el suficiente sustento grupal para reclamarlo. Solo hay quejas individuales. ¿Han apoyado y elevado la voz todos los capitanes la acción que tomaron los jugadores como protesta en el Zulia – Caracas y que ahora enfrentan un “juicio sumarial” por ello en la FVF? No.

Las transmisiones radiales y de YouTube (porque hace rato que no hay TV por el conflicto televisivo producto de la deuda millonaria que sostiene GOLTV, dueña de los derechos de transmisión, con T&H Producciones y los clubes de la Liga) no se detendrán porque los comunicadores tampoco han elevado su descontento porque no haya condiciones para levantar la señal. Todo seguirá igual, así en las condiciones en las que están, más allá que la FVF haya pedido mediante un tibio “exhorto” a los clubes locales que garanticen las condiciones mínimas para que se dispute un partido (¿Dónde queda la exigencia de la tan mentada licencia de clubes de que cada estadio tiene que tener un generador independiente de energía o planta eléctrica?).

Así estamos. Ahora, con la resurrección de aquel fantasma de las graves deudas como las que mantiene Trujillanos y Anzoátegui con sus empleados (efecto inmediato de la deuda que posee GOLTV con los clubes y la poca capacidad de los mismos de generar autosustentabilidad). Y seguirá así. ¿Presión política? Debe haber, más no creo que sea la principal causa después de lo antes expuesto.

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