Salud

¿Por qué tenemos más pesadillas y sueños extraños durante el confinamiento?

Debido al confinamiento no nos acostamos a la misma hora, ni nos levantamos a la misma hora y muchos dormimos más de lo que habitual. Esto nos está llevando a que nuestros sueños tampoco sean "normales". Te contamos por qué, aparentemente, estás teniendo más pesadillas.

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Los sueños extraños y las pesadillas se apoderan de nuestras noches en los días de confinamiento, en los que numerosos usuarios de las redes sociales están comentando cómo están soñando más de lo habitual o con cosas más raras de lo normal.

El confinamiento provocado por el coronavirus nos está cambiando las rutinas y los horarios, especialmente los del sueño. No nos acostamos a la misma hora, no nos levantamos a la misma hora y muchos dormimos más de lo que hacemos normalmente. Esto nos está llevando a que nuestros sueños tampoco sean normales o, al menos, a que nos acordemos más de los que no lo son.

Para entender por qué nos está pasando esto, hablamos con la psiquiatra Francesca Cañellas, especialista en trastornos del sueño de la Sociedad Española de Psiquiatría.

Nos despertamos más, nos acordamos más

Según nos explica Cañellas, el hecho de que tengamos más sueños extraños durante el confinamiento no se debe a que soñemos más o a que el contenido sea diferente, sino a que lo recordamos más que antes.

“Para recordar los sueños, tenemos que despertar”, explica la experta. “Cuanto menos tiempo dormimos, en épocas normales en las que nos acostamos tarde, nos levantamos pronto y vamos privados de sueño, nuestro sueño se vuelve más compacto, más denso” y, por tanto, “nos despertamos menos”.

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Foto: Kinga Cichewicz | Unsplash

Sin embargo, con el confinamiento muchas personas duermen más de lo habitual. “Cuando dormimos fuera de horarios o cuando dormimos más tiempo, nos despertamos más, nuestro sueño se hace más ligero”, explica Cañellas. Por eso, es más probable que nos acordemos de los sueños, pues tenemos más posibilidades de despertarnos mientras estamos en la fase en la que estos ocurren.

A esto se suma que, al dormir más y con un sueño más ligero, “también tenemos la posibilidad de tener lo que llamamos más ciclos del sueño y más sueño REM”, que es la fase en la que soñamos de forma más intensa. Por tanto, si esta fase del sueño es más larga, es normal que soñemos durante más tiempo de lo habitual.

Momentos de cambio y estrés

Con lo que sí puede estar relacionado el confinamiento de manera directa en algunos casos es con la aparición de pesadillas, debido a que “se relacionan sobre todo con momentos de estrés, con momentos de cambio”, explica Cañellas.

Las pesadillas “son un fenómeno normal que se produce en casi todas las personas, aunque son más frecuentes en los niños”. Sin embargo, “ahora que vivimos en un momento de estrés, de cambio, es normal que tengamos sueños más raros y, además, como nos despiertan por la angustia, los recordamos más”, añade.

“Por ponerte un ejemplo, los niños suelen tener pesadillas, y es muy frecuente que cuando nace un hermano tengan más, porque es un momento de cambio que provoca incertidumbre, mayor estrés”, cuenta la experta.

Consejos para dormir mejor en el confinamiento

Para evitar todos estos desajustes de nuestro sueño en esta época de confinamiento, los expertos de la Sociedad Española del Sueño dan algunos consejos, la mayoría de ellos relacionados con mantener nuestra rutina y controlar la exposición a la luz del sol y la de las pantallas.

“Nosotros somos animales diurnos, entonces nuestro cuerpo está preparado para estar despierto durante el día y para dormir durante la noche. Eso depende de unos ritmos circadianos que tienen una amplitud, son más amplios cuanto más reforzados están, es decir, cuanto más ejercicio hacemos, cuanta más luz y más a las horas que toca dar luz, nuestro ritmo se hace más amplio”, explica Cañellas.

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Foto: Annie Spratt | Unsplash

Por eso, los expertos recomiendan “estar muy expuestos a la luz durante la mañana, durante el día, abrir las persianas, salir un poco a la ventana” y, por la noche, desconectar las pantallas “al menos una hora antes de irse a la cama” porque la luz azul que desprenden nos impide generar melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.

Además, es aconsejable hacer deporte, preferiblemente por la mañana y expuestos a la luz solar si nuestra vivienda y nuestros horarios lo permiten. Si no, es importante hacerlo como muy tarde tres horas antes de irse a dormir para no alterar el sueño.

También es importante mantener una rutina, tanto para irnos a dormir y levantarnos a la misma hora como para el resto de actividades diarias, como el teletrabajo, la alimentación y los ratos de ocio.

En esta etapa de crisis y de cambios, es necesario también para no alterar nuestro sueño “dosificar la información sobre la situación”. Aunque es recomendable mantenerse informados, es importante no sobrecargar la mente y no leer o ver las noticias justo antes de acostarse.

Este artículo fue publicado originalmente en The Objective.

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