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Primarias en EEUU: La hora de la verdad para Clinton y Trump

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Los dos mayores partidos políticos estadounidenses inician este lunes en Iowa las primarias para escoger a sus candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre, en la hora de la verdad para los favoritos, Hillary Clinton y Donald Trump.

En todo el estado, electores registrados en los partido Demócrata y Republicano se presentarán a votar por sus aspirantes en las elecciones internas, dando el puntapié inicial a un largo proceso en todo el país, que terminará recién a mediados de junio.

Desde el inicio de las campañas electorales, Clinton dominó todos los sondeos en el campo demócrata, de la misma forma que Trump reinó en las encuestas entre los republicanos, aunque en esta hora de la verdad, nada parece estar dicha la última palabra.

Se estima que algunas centenas de miles de personas en Iowa se presentarán a votar en las internas, pero un buen resultado de esta primaria puede decidir la suerte de un aspirante.

Entre los republicanos el voto es secreto, mientras que los demócratas formarán grupos por candidatos para adjudicarse delegados.

En la próxima semana, las primarias partidarias continuarán en el estado de New Hampshire.

«Estoy lista» 

En el caso de los demócratas, Clinton tiene al experimentado senador Bernie Sanders pisándole los talones en los sondeos, al punto de que la ex primera dama no posee ya una ventaja suficiente como para estar segura de la victoria.

Además, Clinton precisa exorcizar los demonios que carga desde esta primera primaria en 2008, cuando también llegó como favorita pero sufrió una sorprendente derrota ante un entonces semidesconocido senador de Illinois llamado Barack Obama.

«Ya sé cómo hacer esto y estoy lista», dijo Clinton el lunes a la cadena de televisión CNN. «Hay mucho entusiasmo y mucha energía. Pido que todos salgan a votar en la interna y sean parte de este proceso típicamente estadounidense. Pido que salgan y voten por mí», añadió.

El crecimiento lento pero constante de Sanders ya se tornó una preocupación evidente para la campaña de Clinton. Durante el último debate entre los aspirantes demócratas, el comité de Clinton disparaba correos electrónicos criticando a Sanders cada vez que el senador abría la boca.

El domingo, durante un acto público en Des Moines, Clinton volvió a la carga contra Sanders, al afirmar que «Estados Unidos no se puede permitir escoger ideas que suenan bien en el papel pero que no pueden aplicarse».

Queda ahora por verse la respuesta de Sanders, quien critica ácidamente las relaciones de Clinton con Wall Street, luego de conocerse que el multimillonario George Soros donó 8 millones de dólares a la campaña de la exsecretaria de Estado.

El último sondeo divulgado por la universidad de Quinniepiac exhibe a Clinton en la delantera con 46% de las intenciones de voto y a Sanders con 43%, aunque con un margen de error estimado en 3,2%.

¿Será Sanders capaz de mantener la movilización de los jóvenes este lunes? El sábado, el cantante del conjunto de rock Vampire Weekend, Ezra Koening, dijo a la audiencia que era necesario apoyar al experimentado senador de 74 años. «No volveremos a ver otro candidato como él en nuestras vidas», dijo.

 Republicanos divididos 

Entre los republicanos, el multimillonario Trump rompió todas las reglas de campaña de su partido y llegó a la cima de los sondeos a fuerza de declaraciones explosivas y gestos de total desprecio hacia la conducción partidaria.

Y sin embargo llega a la primaria de Iowa presionado por el ultraconservador senador Ted Cruz, otro aspirante distanciado de la conducción republicana pero con gran apoyo de la derecha evangélica estadounidense.

Los conservadores de corte más religioso ven a Trump con desconfianza por sus tres matrimonios y los groseros errores que cometió al citar  a la Biblia en un acto publico, un recurso que Cruz maneja a la perfección.

De acuerdo con los sondeos, la ventaja de Trump sobre Cruz es aún respetable, pero el hecho de tener ahora un adversario melló definitivamente la reputación del millonario de ser imbatible en la interna partidaria.

Según el mismo sondeo de Quinniepiac, Trump aparece con el 31% de las intenciones de voto y Cruz con 24%. Marco Rubio se sitúa en un lejano tercer lugar con el 17%.

Pero Rubio tiene la confianza de los líderes partidarios, y en caso de una disputa apretada entre Trump y Cruz ese 17% se convierte en un arma extraordinariamente poderosa.

A pesar de defender una política exterior muy agresiva, internamente Rubio es visto como un candidato capaz de atraer a los sectores más moderados del partido y a no pocos electores latinos, ya que es hijo de inmigrantes cubanos.

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