Internacionales

Procesos de paz en Colombia al borde del abismo

Los procesos de negociación de paz se ven comprometidos. El secuestro del general Rubén Alzate puso a Colombia a la expectativa porque las FARC dicen que no lo tienen y el presidente afirma que sí. Además Santos exige que lo liberen.

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Fotografía de AP intervenida

La guerrilla comunista de las FARC propuso el martes 18 de noviembre retomar las negociaciones de paz para Colombia y se manifestó dispuesta a resolver el caso de un general que según el gobierno fue secuestrado por esa guerrilla.

«Aún no tenemos información en concreto sobre el tema que les preocupa a muchos y que ha sido el factor para que el presidente (Juan Manuel Santos) haya tomado esa decisión unilateral de suspender los diálogos» de paz, dijo a la prensa en La Habana el comandante guerrillero Pastor Alape en alusión al secuestro del general Rubén Alzate.

El dirigente guerrillero expresó su «sorpresa» por la decisión de Santos y manifestó la voluntad de las FARC de reanudar el proceso de paz, que este miércoles cumple dos años.

Alape indicó que de confirmarse que el general y sus dos acompañantes están en poder de la guerrilla habría que buscar un «mecanismo» para resolver el caso, y anunció que hacia las 16H00 GMT entregaría «la información que nos llegue» desde Colombia. Alape añadió que la mesa de diálogo de La Habana puede favorecer el la solución si se confirma la información de que la guerrilla tiene a Alzate bajo su custodia:

«Si se llegara a confirmar la información (de que las FARC capturaron al general y sus acompañantes) habría que buscar un mecanismo para que allá, en Colombia, se resuelva. Lo que de pronto podría la mesa (de diálogo de La Habana) hacer es facilitarlo».

Alzate fue secuestrado el domingo en una zona rural del oeste de Colombia junto a un suboficial y una abogada, lo que llevó a Santos a suspender las conversaciones de paz. Los otros secuestrados son el cabo primero Jorge Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego, coordinadora de Proyectos Especiales de la Fuerza de Tarea que comandaba el general.

Santos exigió el lunes 17 de noviembre a las FARC su pronta liberación como prueba de su voluntad de alcanzar la paz, en la peor crisis que vive el proceso, iniciado el 19 de noviembre de 2012.

«El compromiso de las FARC está puesto a prueba. De su decisión depende seguir avanzando hacia el fin del conflicto y la reconciliación», dijo el mandatario colombiano en cadena nacional.

«Mientras esta situación no se solucione [los negociadores de paz del gobierno] no podrán viajar a La Habana para reanudar las conversaciones».

El secuestro ha puesto en riesgo el proceso de paz en vísperas de que se cumplan dos años de negociaciones, durante las cuales las FARC y el gobierno han consensuado tres de los seis puntos de una agenda destinada a acabar un conflicto armado de medio siglo, que ha dejado 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados.

«Queremos que este impasse sea resuelto lo antes posible para que el proceso (de paz) siga avanzando sin sobresaltos hasta un acuerdo final», dijo Alape. Además destacó que el gobierno se «ha negado tozudamente (a) la posibilidad de que el proceso de paz se desenvuelva en medio de una tregua o armisticio».

«Ojala no lo dilaten» 

El analista Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación, dijo a la AFP en Bogotá que espera que «las FARC aclaren si tienen o no tienen cautivo al general, al suboficial y a la abogada». Añadió que desea que no perjudiquen el proceso de paz:

«Ojala no lo dilaten y no empiecen un juego político que le haría mucho daño al proceso de paz».

El gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla de ese país, llevan adelante estos diálogos de paz en Cuba sin que se haya decretado un alto al fuego.

El presidente se niega a una tregua porque piensa que los rebeldes la usarían para fortalecerse militarmente.

A principios de 2012, el grupo rebelde se comprometió a no secuestrar a más civiles, pero se reservó el derecho de capturar a policías o militares, a los que considera prisioneros de guerra.

«Hay que ser claros: aunque estamos negociando en medio del conflicto, las FARC tienen que entender que a la paz no se llega recrudeciendo las acciones violentas y minando la confianza», dijo Santos en su mensaje al país.

Además de la Unión Europea, que este lunes 17 de noviembre llamó a una liberación «de inmediato y sin condiciones» de los rehenes, la oficina de la ONU en Colombia repudió los secuestros.

Las negociaciones de La Habana están en receso desde el 2 de noviembre y debían reanudarse este martes, pero Santos ordenó a su delegación permanecer en Colombia.

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