Salud

¿Qué hacer cuando los niños empiezan a masturbarse?

No te escandalices, la masturbación en los niños forma parte de su desarrollo sexual natural, una práctica que inicia como exploratoria y que puede ayudarles a conocer mejor su cuerpo y sus reacciones

Publicidad
masturbarse

Masturbarse es algo normal y natural. Según la Asociación Española de Pediatría un tercio de los niños de edad preescolar se masturba mientras explora su cuerpo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones los adultos no estamos adiestrados para dar la respuesta correcta a los niños y ayudarlos a tener un desarrollo sexual saludable.

Nuestras reacciones ante el inicio de la masturbación en los niños puede crear confusión e incluso distorsionar su percepción sobre la sexualidad y su cuerpo. Es importante reconocer que la masturbación puede tener diferentes funciones, en muchos casos se trata tan solo del descubrimiento que chicos y chicas hacen de sus cuerpos a través de la exploración y la experimentación.

La sexualidad no solo tiene que ver con el acto de reproducirse, sino que representa también la generación de deseos, sentimientos, fantasías, emociones; es decir, es el desarrollo de una identidad sexual que se puede definir como aquella parte de la identidad del individuo que le permita reconocerse y actuar como un ser sexual.

Por lo general a los padres nos cuesta trabajo identificar o reconocer a nuestros hijos como seres sexuales y es por eso que se nos hace difícil acercarnos a los niños, preadolescentes y adolescentes para hablarles de este tema.

Hacia una sana sexualidad

La psicóloga especialista en niños y adolescentes Lilian Cifuentes, explica que la masturbación se presenta frecuentemente hasta los 5 o 6 años como un juego, o una curiosidad que muestran los niños al explorar su propio cuerpo.

A partir de los 6 y 7 años la masturbación en público tiende a disminuirse. El tocar, el explorar disminuye porque los niños ya tienen conciencia social y pueden distinguir el ámbito público del privado. Cifuentes señala que cuando inicia la pubertad vuelve a aparecer acompañado por el aumento hormonal.

“Aparece nuevamente la curiosidad sexual, la conciencia corporal ¿Cómo acompañar a nuestros hijos en este proceso? Formándonos nosotros los adultos del entorno con anticipación, luego si descubrimos a nuestro hijo o hija en alguna actividad estimulatoria, de masturbación o de autoexploración, no podemos reaccionar alarmándonos o avergonzándolos”.

Pero, ¿cuándo debemos estar alerta? La especialista señala que si la masturbación es excesiva o se realiza en público esto puede indicar un problema psicológico o personal. “Puede ser una señal de estrés, o de que está demasiado preocupado por los pensamientos sexuales y esto pudiese estar asociado a una sobreexposición a este tipo de estímulo sexuales, bien sea por pornografía que pueda ver en televisión, en redes sociales, en películas”.

La psicóloga Cifuentes agrega que los adultos debemos estar atentos del entorno pues la masturbación excesiva también puede ser una señal de abuso sexual: “Los niños que están siendo abusados sexualmente pueden llegar a preocuparse demasiado por su sexualidad, por lo que sería necesario una evaluación psicológica más detallada”.

Cómo identificar la masturbación infantil, en general es la inspección que hacen a sus genitales cuando se están bañando. Es la frotación rítmica del área genital con sus propias manos o contra objetos (muñecos, peluches, brazos de sillones y pupitres), pueden mover todo el cuerpo o extender y flexionar las piernas.

Habilidades de autocontrol

Para garantizar una sexualidad sana en nuestros niños los adultos debemos trabajar en el desarrollo de habilidades sexuales y el autocontrol. “Esto empieza desde una edad muy temprana, la socialización es fundamental al inicio de la edad escolar y siempre basada en relaciones de respeto, en fraternidad para que nuestros niños vayan estableciendo adecuadas relaciones interpersonales”, detalla Cifuentes.

La especialista apunta que el autocontrol, el aplicar tiempo fuera, el tiempo de espera, el respetar el turno en un juego, les va dando herramientas a nuestros niños para lograr el autocontrol. El no darles premios inmediatos sino que puedan esperar, el postergar un poco esos tiempos de espera.

“Desde la más tierna infancia hay que trabajar el autocontrol, pues el adolescente o el niño va a aprender a ir controlando sus impulsos y una vez que llega a la adolescencia cuando esos impulsos sexuales son más fuertes ya va a tener la experiencia del control de impulsos y va a poder manejarlos mejor” dice la psicóloga Lilian Cifuentes.

Agrega que por otro lado es importante también el tema de la actividad física cosa que la exacerbación de la conducta sexual pueda ser mitigada o canalizada a través de la actividad física.

El desarrollo en niñas y niños

Hay recomendaciones distintas para padres de hembras y varones. La diferencia básica, explica la psicóloga, en lo que es el desarrollo del proceso sexual está en el plano físico. Vemos aparecer en los varones: vello facial, axilar, hay el engrosamiento de la voz, crecen más rápidamente los chicos en esta etapa; en las niñas aparecen los caracteres externos secundarios, igual el vello púbico, los cambios puberales son en lo físico como tal.

En cuanto al desarrollo sexual chicos y chicas presentan esa curiosidad, la necesidad exploratoria. Con frecuencia en la adolescencia es cuando ocurre esta curiosidad de manera más explosiva y más intensa y ocurre de igual manera en niñas y niños: “generalmente tendemos a mitificar un poco el tema pensando que las niñas no se masturban, o no hacen exploración sexual y ocurre igualmente, quizás en los varones es más o menos cuidadoso, pero ocurre de manera similar en chicas y chicos, es parte normal del desarrollo obviamente esto acompañado de esa explosión hormonal que estimula más este tipo de conducta”.

También aparece el pudor, con frecuencia los chicos en esta edad tienden a evitar que se les vea desnudos o procuran no exponerse, esto tiene que ver con el tema de que no están conformes con sus cuerpos.

La psicóloga comenta que se puede observar a nivel emocional una diferencia más acentuada donde hay cambios de humor repentino, las chicas suelen mostrarse más susceptibles al llanto, más sensibles, y los varones más irritables y malhumorados.

Alerta con interferir en el buen desarrollo sexual

Uno de los principales errores que podemos cometer los adultos es el de la doble moral en cuanto a la sexualidad donde a los varones se les felicita por tener una o más novias y a la niña se les prohíbe, donde al varón se le da permiso para explorar más abiertamente su sexualidad y se reprime a la niña a quien se le asignan roles muy rígidos y estrictos, dice Cifuentes.

Otro de los mensajes erróneos que menciona la especialista, está relacionado con el hecho de que culturalmente el hombre puede iniciarse sexualmente lo más pronto posible, sin embargo, la mujer tiene que esperar hasta el matrimonio, cuando “es importante poder explorar la pareja”.

“Es importante que los mensajes de los padres sean claros y no los llevemos por un camino errado, hay que hablar con los niños. Primero que nada los adultos tenemos que formarnos, tenemos que hablar con nuestros chicos desde lo importante que es asumir una vida sexual de manera responsable, que es importante tener que involucrar lo que es el tema afectivo, no se puede empezar una relación de parejas desde la genitalidad”.

La especialista señala que es preferible que los chicos desempeñen su sexualidad desde la masturbación, desde la autoexploración antes de que se inicien sexualmente siendo muy inmaduros.

Destaca la psicóloga la importancia de cultivar la comunicación fluida con nuestros hijos desde la más tierna infancia de manera que cuando lleguen a esta etapa compleja para ellos y para nosotros como adultos también sientan la confianza suficiente para poder preguntar sus dudas y aclararlas.

La clave está definitivamente en que los adultos entiendan que los comportamientos de los niños no pueden verse desde la misma óptica que usan los adultos, no hay que olvidar que estos tocamientos forman parte del desarrollo saludable. «La práctica de la masturbación, siempre que sea una práctica deseada y privada, no comporta, en principio, ningún riesgo emocional ni para la salud”, reitera Lilian Cifuentes.

La masturbación es una práctica más, ni obligatoria, ni buena o mala en términos absolutos pero sí favorece un mayor conocimiento del propio cuerpo y de sus reacciones.

Publicidad
Publicidad