
En San Antonio del Táchira, el objetivo inicial del cierre de la frontera hace meses que quedó en el olvido; ahora, el balance frente a la inminente posibilidad de una reapertura solo arroja saldos negativos. Sus habitantes afirman que el contrabando sigue más vivo que nunca y que han surgido nuevas formas de corrupción a partir del desespero de los necesitados.