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Récord de inmigración en el Reino Unido pese a las promesas de Cameron

El factor detrás de este incremento fue la llegada de 269.000 personas procedentes de la Unión Europea, principalmente Rumanía y Bulgaria.

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El Reino Unido tuvo el mayor saldo migratorio desde que hay registros, según cifras oficiales difundidas este jueves, pese a las promesas y medidas disuasorias del primer ministro David Cameron.

El saldo neto de inmigrantes (número de inmigrantes menos número de emigrantes) en los 12 meses anteriores a abril fue de 330.000 pesonas, un 40% más que en el periodo de doce meses anterior, anunció la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

En ese periodo, llegaron al Reino Unido 636.000 inmigrantes, 84.000 más que en los doce meses anteriores, y se fueron 307.000 británicos e inmigrantes se fueron (-9.000), lo que constituye «el saldo migratorio más alto nunca registrado».

El factor detrás de este incremento fue la llegada de 269.000 personas procedentes de la Unión Europea, principalmente Rumanía y Bulgaria.

El aumento continuo del saldo migratorio en el Reino Unido ha hecho que, por primera vez, los residentes en el país nacidos en el extranjero superen los 8 millones, 1 de cada 8, cuando en 2004 la cifra era de 5,3 millones, 1 de cada 11.

El Ukip ataca: un país de fronteras rotas 

Estos datos son un problema político para el primer ministro David Cameron, cuyas filas le reclaman mano dura con la inmigración.

Cameron prometió reducir el saldo migratorio por debajo de las 100.000 personas, pero la buena situación económica no ha hecho sino atraer a más y más gente.

Estas cifras «son decepcionantes», estimó el secretario de Estado de inmigración, James Brokenshire, estimando que deberían constituir «un aviso para la Unión Europea».

El gobierno de Cameron, que planea celebrar un referéndum de salida del bloque antes de 2018, reclama a Bruselas medidas para frenar la inmigración dentro de la Unión Europea.

Pero el problema del verano para el gobierno han sido las imágenes en los tabloides del puerto francés de Calais, al otro lado del canal de la Mancha, donde miles de refugiados tratan de llegar al Reino Unido por cualquier medio.

Pese al alarmismo, hubo sólo 25.711 demandas de asilo en los doce meses anteriores a julio de 2015, muchas menos que el récord de 84.132 alcanzado en 2002, según la ONS.

Eritrea, Pakistán y Siria fueron los países, por este orden, de donde venían la mayoría de demandantes.

«Estas cifras son el reflejo de un Reino Unido sin fronteras y la impotencia total del gobierno», estimó Nigel Farage, el líder del Ukip (Partido para la independencia del Reino Unido), que ha hecho bandera de su oposición a la inmigración.

Steven Woolfe, responsable de temas migratorios de este partido que logró casi 4 millones de votos en las últimas elecciones (12,7%), pero sólo dos diputados por el particular sistema electoral británico, dijo que «estas cifras tienen un carácter detrimental para el carácter nacional».

«Tenemos que proporcionar escuelas y sanidad a cientos de miles de hijos de inmigrantes nacidos cada año aquí, con un 57% de los niños nacidos en Londres el año pasado siendo de madres inmigrantes», lamentó.

El martes, sólo dos días antes de que se conocieran estos datos, el gobierno conservador anunció que meterá en la carcel a los extranjeros que trabajen sin permiso y cerrará los negocios que los empleen.

«Si estás aquí ilegalmente, vamos a tomar medidas para impedir que trabajes, alquiles un apartamento, abras una cuenta bancaria o conduzcas un coche», amenazó Brokenshire, el secretario de Inmigración.

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