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Robert Hernández: un extremo como los de toda la vida

El regreso de Noel Sanvicente al equipo capitalino es sin duda la noticia que define el inicio del Torneo Apertura para “Los rojos del Ávila”. Pero para que su vuelta sea exitosa, muchos futbolistas deben mostrar su mejor cara, entre ellos el extremo oriental.

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(Prensa Caracas FC)

El fútbol es un juego en el que se enfrentan veintidós futbolistas, en las inmediaciones de un campo que debe medir entre 100 y 110 metros de largo por 45 y 90 de ancho, aunque estas medidas varían en partidos internacionales. Las disposiciones han sido las mismas desde 1863, siendo estas las que menos revisiones han tenido por parte de la International Football Association Board, organismo que define y revisa las reglas de este juego. Para que se entienda: el espacio en el que se juega ha sido el mismo desde que el fútbol es fútbol.

Si se tiene en cuenta que los avances científicos han ayudado a que los futbolistas recorran esas distancias en menor tiempo, cualquiera que decida pensar un poco en el desarrollo de este deporte podría preguntarse por qué se ha prescindido de los extremos, siendo estos especialistas en ensanchar y agrandar el terreno.

Estas líneas no pretenden convertirse en una revisión histórica sobre la desaparición de este tipo de jugador, sino hacer énfasis en un futbolista que, si logra reencontrarse con la regularidad, puede convertirse en protagonista de la campaña del Caracas y, quien sabe, hasta ganarse un llamado a cualquier módulo de la selección nacional.

El puntero criollo brilló por cuatro temporadas con el Deportivo Anzoátegui, siendo protagonista del histórico segundo semestre de 2012, en el que, bajo el mando de Daniel Farías, los aurirrojos ganaron el Torneo Apertura y la Copa Venezuela. Aquel final de temporada coincidió con su llamado a la selección Sub-20 para participar del Sudamericano que se jugaría en Argentina, en 2013, y en el que Hernández no brilló. Su carrera perdió fuelle en medio de un confuso paso por el fútbol norteamericano (jugó en la United Soccer League), y desde 2016 intenta reencontrarse consigo mismo en el club de la capital.

Johan Cruyff explicaba en una entrevista con la revista Voetbal International, en 2004, que los extremos son clave en el fútbol:

En la formación inicial, es mejor utilizar extremos. Si eliges jugar con dos delanteros, entonces yo pondría a dos extremos, pero haría que los delanteros retrasaran sus líneas, para reforzar así el centro del campo. Si haces eso, los centrales contrarios tienen que adelantar sus líneas para marcar a los delanteros… Este sistema de dos extremos te dará muchas más opciones que jugando con dos delanteros. Tus defensas centrales pueden ahora apoyarse el uno al otro, y tus laterales sólo deben meterse un poco en el medio para respaldarles apropiadamente. Así que la verdadera pregunta es, ¿existe la posibilidad de jugar a un fútbol de gran nivel sin extremos«.

Se entiende que el ex entrenador del FC Barcelona pensaba que los punteros eran los encargados de promover el caos en la defensa rival, y al mismo tiempo, generar espacios para sus atacantes. De esto se beneficiarían tanto el delantero como los posibles «llegadores».

Otro de los valedores de estos futbolistas es Pep Guardiola. El catalán explica que su gusto por este tipo de jugador nace en las ideas del propio Johan:

“Cruyff impuso una nueva filosofía dentro del Barcelona, un nuevo concepto, en vías de extinción, desde que se murió Garrincha. Johan quería que jugáramos así, por los extremos y con los extremos y aplicó esa teoría por encima de todas las circunstancias”.

Cómo se puede observar en el siguiente video, Robert Hernández es el prototipo de futbolista al que hacen referencia Cruyff y Guardiola:

Robert Hernández from Ignacio Benedetti on Vimeo.

No sería una locura inferir, tras observar los movimientos de Hernández, que el oriental no se dedica exclusivamente a ensanchar y alargar el campo; su capacidad en el uno contra uno le permite situarse en ambas bandas y decidir según las circunstancias y lo que beneficie a su equipo. El fútbol del extremo oriental ayuda a abrir defensas y evitar que estas actúen exclusivamente por acumulación de jugadores cerca de su área. Robert hace posible la explotación total del terreno de juego

Juan Manuel Lillo, entrenador español, explicó alguna vez que “el reglamento dice que los campos son más anchos que largos, porque hay una regla (el fuera de juego) que dice que el espacio en profundidad se puede regular hasta la mitad del campo”.  Esa reflexión, por sí sola, supondría el mayor espaldarazo para que en las categorías juveniles se promueva el desarrollo de este tipo de futbolistas, pero si hay algo en lo que podemos coincidir es que, lamentablemente, la gran mayoría de los entrenadores, antes que reflexionar, prefieren apegarse a las modas, y por ello, son pocos los equipos que innovan o se muestran abiertos al cambio. Se imponen los planteamientos reactivos antes que los proactivos.

Es por esto que considero que Sanvicente tiene en sus manos a un jugador que mucho puede contribuir a la resurrección de la institución capitalina. Nadie en el fútbol criollo actual conoce las bondades de jugar con la raya de cal como aliada. Con apenas veintitrés años, Robert Hernández todavía está a tiempo de explotar todo su potencial y cumplir los sueños de cualquier futbolista. De hacerlo lograría algo más que su consagración personal: ayudaría a la reivindicación de aquellos locos olvidados que, influenciados por Garrincha, hicieron de caminar al borde del precipicio todo un arte.

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