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Roland Garros, el Grand Slam de las dudas

El Roland Garros presenta una edición donde, salvo la ausencia por lesión del suizo Roger Federer y la de la suspendida Maria Sharapova, estarán las mejores raquetas del mundo.

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Roland Garros

Este viernes fue realizado el sorteo que deparó el destino de aquellos que esperan alzar el título de campeón, y donde el pasado nos recuerda que nada está asegurado.

La gira femenina sobre arcilla dejó dudas sensatas sobre quién domina la superficie. El Premier de Charleston coronó a la norteamericana Sloane Stephens, evento que tuvo como nota negativa la caída de cuatro de las diez primeras sembradas, clara señal de la dura adaptación a esta etapa del calendario.

Lo mismo sucedió en la Mutua Madrileña y en Roma, este último con excepción de Serena Williams, quien apareció como la salvadora de un campeonato que vio despedirse antes de cuartos de final a Angelique Kerber, Simona Halep y Petra Kvitova. La irregularidad como bandera en una gira que no definió a una clara favorita y no tenerla nutre a la número uno del mundo.

Solo Stuttgart presentó una mejor versión de las principales raquetas del mundo tras unos cuartos de final con solo par de jugadoras fuera de las diez principales preclasificadas y donde la checa Petra Kvitova dio el golpe en la mesa a pesar de no titularse. La otrora campeona de Wimbledon enseñó su potencia sobre polvo de ladrillo, superficie poco grata para ella y en la que se despidió en semis contra la alemana Angelique Kerber, posterior campeona del torneo.

Pensar que hoy existe una tenista que respalde con resultados obtenidos en esta parte del tour y así hacerle frente a la menor de las Williams, es una mentira tan grande como aquella que haga creer que todo será fácil para la reina del ranking.

Si bien nunca será tarea sencilla, 2016 ha generado (hasta la fecha) particulares molestias en la estadounidense. La primera fase de la temporada no salió como estaba planeado y un break durante todo abril se hizo obligatorio para ella y su equipo de trabajo; el resultado, título en Italia.

Las contrarias, por su parte, libran una batalla interna; el top ten del tenis femenino, exceptuando a Serena, es frágil. Hoy existe una distancia menor de mil puntos entre el segundo y cuarto lugar de la clasificación y poco más de eso (1100) entre el quinto y octavo puesto.

En el camino de Williams, al menos hasta los cuartos de final, aparecen pocas damas con opciones reales de acabar con su sueño; Victoria Azarenka, Carla Suárez Navarro, Ana Ivanovic y Elena Svitolina se asoman, pero de no ser por una sorpresa, no deberían apartar a la número uno del mundo. Ya en semis podría rivalizar con Kerber. La germana deberá enfrentar una parte del draw que luce más complicada, con Venus Williams, Madison Keys, Jelena Jankovic y la joven Timea Bacsinszky. La lucha por avanzar ahora se suma a la de demostrar que lo logrado en Melbourne este año no fue coincidencia.

Abajo, Agnieszka Radwanska. La polaca destaca en pistas rápidas, lo que indica un chance mínimo de ser la referencia en París. Esto abre una posibilidad a Halep y Stephens, quienes quedaron en esa zona al momento de realizar el sorteo. Por su parte, el plato fuerte se da en una llave donde aparecen jugadoras de la talla de Roberta Vinci, Garbiñe Muguruza, Petra Kvitova y Svetlana Kusnetzova. De este lado, el cuadro más parejo, según la teoría.

Entre los caballeros, el secreto a voces: Novak Djokovic irá con todo para alcanzar el último Grand Slam que falta en su vitrina.

El año pasado cayó en la final contra el suizo Stanislas Wawrinka, choque donde confesó posteriormente haberse sentido nervioso. Si a eso le sumamos la calidad de impactos de revés por parte del helvético, todos los ingredientes estaban en la mesa para originar el desastre.
Ahora, Nole deberá lidiar con par de situaciones: sus rivales y el cansancio.

Djokovic está exhausto. Tiene semanas demostrándolo. Si ven el vaso medio lleno, entenderán que aún arrastrando horas de juego y alguna molestia física, el serbio consigue victorias; pero eso no es todo, pues en esta gira sobre polvo de ladrillo mostró episodios frágiles y momentos donde la cordura se quedó en casa.

El número uno del mundo tendría como eventuales rivales en cuartos de final a Tomas Berdych o David Ferrer, este último un inagotable tenista.

En semis, ¿Nadal? Acá vale la pena destacar su título en Monte Carlo, pero sin ánimos de desmeritarlo, lo más importante para el de Manacor fue deshacerse en instancias previas de Dominic Thiem, y luego de Andy Murray. En ese match apareció la versión más cercana al Rafa de otrora: garra y lucha desde el fondo de la cancha, pelota pesada y eventuales contraataques.

Pero no perdamos el norte: ese Masters 1000 fue una decepción para otras grandes raquetas, y salvo el caso del mismo español y del británico, el resto de los favoritos desapareció rápidamente.

A pesar de titularse, cuesta creer que puede tener dos semanas lo suficientemente buenas para superar a dos de los tres primeros del ranking si así fuera posible.

Andy Murray se muestra como el segundo sembrado. Quien escribe esta nota lo considera el mejor de estos tres Marters 1000 el segundo Major del año. Después de caer en semis de Mónaco contra Nadal pasó a jugar la final en España y después a titularse en Roma, pero su situación no ha sido del todo favorable; en principio, Andy se dio el lujo de superar con autoridad a Nadal en la Caja Mágica y luego cayó contra Djokovic en la final.

Una semana después, fue él quien celebró en Italia sobre el mismo contrario, pero no dejen que eso los engañe; recuerden el cansancio de Nole, hecho que no resta mérito al escocés, pero sabemos que condiciona un poco el nivel de la final.

Con Murray sucede que cuando piensas que tiene todo listo para irrumpir y ser aquella promesa que dio el golpe en la mesa de la mano de Ivan Lendl, se diluye en sus aspiraciones por sumar. Dudas sensatas

El lado inconsistente del cuadro masculino sale de una zona donde todo parece favorable a Kei Nishikori. El japonés deja sensaciones positivas cuando juega en arcilla, y a pesar de que el físico le pasa factura, hoy se perfila como el mejor en una parte donde el campeón defensor se hace cada vez más intermitente.

Si todo marcha a un ritmo coherente, no sería descabellado que Djokovic, Murray y Nishikori se presenten en semis. En cuanto a Rafa, su día a día obliga a llevarlo con cautela. Fognini, Thiem y Tsonga son eventuales contrincante que en el pasado no eran amenaza, pero ahora es tan humano que no se puede dar por sentada su clasificación a altas instancias.

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