Internacionales

Rusia: El gigante que perdió su fuerza, busca lugar en Venezuela

La nación más extensa del planeta trata de hallarse en la geopolítica actual, exhibiendo sus músculos, y a la espera de forjar alianzas fuera de su zona de influencia.

Desfile militar en Rusia
Foto: Archivo El Estímulo
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Mucho se ha hablado de la presencia de Rusia en Venezuela. Sin duda, es alarmante cuando se presentan militares extranjeros en el país y más si vienen acompañados de equipos técnicos a brindar asesoría. Sin embargo, se debe temer a la presencia rusa, ¿Es tan fiero el oso como lo pintan?

Tras el fin de la II Guerra Mundial comenzó una nueva historia que dividió el mundo en dos. Dos modelos, el capitalista que lideró Estados Unidos y el comunista de la extinta Unión Soviética. Empezó así la llamada Guerra Fría.

El choque entre las dos superpotencias del mundo llevó al planeta a una confrontación que lo puso al borde de una guerra nuclear total. Guerras proxy, influenciadas desde el extranjero contra lo establecido y en otras ocasiones grupos insurgentes de la tendencia ideológica contraria al grupo dominante del poder ocurrieron por todo el planeta tal como sucedió con la Revolución Cubana o la Guerra de Vietnam.

La competencia, además de lo ideológico, político y económico, llegó a otros ámbitos como el científico y tecnológico -como la carrera espacial-. La confrontación incluso llegó a terrenos como el deporte, la danza, el cine, la literatura y el arte.

Nuevo mundo

En 1991, se desintegró la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, 15 países quedaron huérfanos y sin mando central. Sumidos en la deuda y sin aliados con poder estos países dieron paso a la democracia y el capitalismo de Occidente. Sin embargo, Rusia no perdió su poderío militar, tal vez su ejército estaba en desbandada, pero la capacidad técnica y fuerza perduró.

Era cuestión de tiempo, poco menos de una década, mientras se configuraba una nueva fuerza y la nación retomaba su posición como potencia militar, primero con incursiones en territorios cercanos como Georgia y Ucrania, además de su aparición en la guerra en Siria.

¿El heredero?

Rusia, según Global Firepower y el ministerio de Defensa de ese país, tiene aún ocho bases militares permanentes en el mundo. Todos los emplazamientos son en lugares donde tuvieron influencia.

La base naval de Tartus en Siria es de vital importancia pues le permite tener acceso a un puerto de agua calientes todo el año. Las demás bases son en naciones donde tuvieron influencia histórica como Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Moldavia, Tayikistán. Además están en las escisiones de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur, que solo Rusia, Nicaragua y Venezuela reconocen.

Rusia cuenta además con otras ocho bases militares antiguas en zonas de influencia en Europa y Asia como las que tiene en Alemania, Azerbaiyán, Georgia, Irán, Mongolia, Polonia, Vietnam y el intento de establecerse en el Caribe con Cuba. A esta última intentaron reactivarla con un centro de mantenimiento pero resultó muy oneroso para un país sancionado por Estados Unidos.

Sin embargo, Rusia si tiene dos centros de mantenimiento y reparación de transporte militar, el mencionado de Siria, Tartus y uno de reparación y mantenimiento de submarinos y reabastecimiento de la aviación en Cam Ranh, Vietnam.

Despliegue por el mundo

Además, Moscú tiene misiones de mantenimiento de paz en especial en África. Los soldados rusos están desplegados en Chipre, Congo, Costa de Marfil, Haití, Líbano, Liberia, Marruecos y Sudán del Sur.

Rusia al igual que cualquier otro país en el mundo busca tener control de sus fronteras, y además desea mantener su espacio e influencia regional. Es una nación muy extensa que perdió mucho de su influencia regional, en el ámbito europeo y asiático, tras la caída del comunismo soviético.

Rusia tiene por ejemplo una base en el ártico con soldados e investigaciones científicas. Para Rusia, al igual que muchos países septentrionales, la importancia del control del polo es determinante para su geoestrategia y futuro, además en el Polo Norte hay importantes recursos para el país.

No es descabellado pensar que la presencia militar rusa esté más expandida que en estos 26 países donde hubo influencia soviética. Durante la división bipolar de la Guerra Fría, la Unión Soviética también tuvo, en algún momento, bases en Angola, Checoslovaquia, Egipto, Etiopía, Guinea, Túnez y Yemen.

Aunque hoy solo ocho de estas naciones tengan bases activas y la de Siria es la única a distancia de su territorio.

Venezuela: la ficha en el Caribe

Venezuela no es una excepción para los intereses de Rusia, por su posición geoestratégica privilegiada. Aunque una base militar en el país sería violar la Constitución de la República, se podría establecer un contingente ruso en el marco de cooperación y asistencia técnica.

Claro que hay que pensar en la relación costo beneficio para Rusia, en especial en momentos en que sufre por las sanciones económicas estadounidenses y mantener una base implica gastos. Específicamente en el caso venezolano la relación costo beneficio debe analizarse en si resulta preocupante para Washington tener algún tipo de personal militar en Venezuela, y para que se haría algo así.

La respuesta es que a pesar de la demostración de fuerza con los S-300 no hay mayor cantidad de fuerzas operativas. Más preocupante para la Casa Blanca es la penetración China en el continente, menos ideológica y política y más comercial.

Sin embargo, Rusia al igual que Venezuela tiene serias dificultades por las sanciones de Estados Unidos.

Además también tiene inconvenientes por su incursión en territorios que alguna vez le pertenecieron como Crimea en Ucrania, Georgia y Chechenia, además de su intervención en Siria, por lo que no sería estratégico expandirse a un lugar tan lejano -Rusia tiene solo un portaaviones y no está operativo- y más con tanta inestabilidad, como Venezuela.

El analista José Toro Hardy además agregó que el PIB de Rusia cayó 6% en 3 años, además el país tiene problemas logísticos pues también depende del petróleo y los precios del hidrocarburo son insuficientes para la nación que tiene una economía apenas más grande que la española.

Inteligencia y espionaje

El punto fuerte para Rusia es, sin duda, su muy desarrollado sistema de inteligencia. El Comité de Seguridad del Estado de la Unión Soviética mejor conocido como la KGB era sin duda uno de los mejores servicios de inteligencia del planeta. Hoy el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) es su sucesor en materia de inteligencia y operaciones en el extranjero.

Pero donde ha logrado destacarse más la agencia de inteligencia militar de Rusia Glávnoye Razvédyvatelnoye Upravlenie o (GRU) es en la guerra cibernética que últimamente ha hecho estragos en Occidente, con informaciones falsas y campañas de desinformación.

A ellos se les señala como los causantes de la masiva filtración de la campaña de Hillary Clinton en 2016, y supuesta colaboración por la que se investigó a Donald Trump y que según el reporte del fiscal Mueller no estuvo involucrado, al menos de forma concluyente.

El organismo es tan secreto que a pesar de tener 101 años solo se supo de su existencia hasta hace pocas décadas. A pesar de su especialización en la inteligencia y lo cibernético se sospecha que este organismo estuvo involucrado en el envenenamiento con Novichok de los Skripal, e incluso en la muerte con polonio 210 de Aleksander Litvinenko.

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