Opinión

¡Salve Luis Almagro!

La verdad es que no tengo ideas claras, dudo que alguien las tenga, Almagro incluido, en qué va a parar su famoso informe  que pide la exclusión de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), si Maduro no repone en el país la mínima mecánica democrática en el menor tiempo posible.

Publicidad
Texto: Fernando Rodríguez

Todavía hay silencio generalizado, salvo algunas pocas imprecisas, diplomáticas, declaraciones de algunas cancillerías y un “no” boliviano categórico: que van a estudiarlo, consultar con colegas, que sí pero no tanto, que hubo prisa y faltaron consultas, más bien no pero ya veremos.

Es decir a la manera que se aprende a hablar en las escuelas universitarias de estudios internacionales (no como sus pares locales que no pasaron por éstas). Por supuesto, lenguaje ese de los diplomáticos que, como todo lenguaje críptico,  puede velar posiciones fácticas muy sensatas o, por el contrario, cobardonas y sumisas. Pero no adelantemos lo que apenas despunta.

Sean los que sean esos resultados, aun los más adversos, que no lo serán  el documento en sí mismo es una pieza impecable racionalmente donde se analiza y juzga con pluma inequívoca la demolición democrática de Venezuela y su devastación social y moral.

Es la verdad verdadera, sin  besamanos y protocolos. Y nadie que lo lea podrá dudar del crimen que se ha perpetrado en el país petrolero contra la libertad y el derecho a la vida de su gente.

Entonces, dada la relevancia del cargo que ocupa su autor y su difusión universal, pase lo que ha de pasar  las setenta y un páginas de ese texto ya ha cumplido un objetivo fundamental, un desenmascaramiento necesario y excepcional, así hayan muchos otros que por supuesto ya conocen sus receptores más inmediatos y decisorios.

Es  en ese sentido que los venezolanos somos deudores para siempre de esa conciencia ética, lúcida y valiente, que se ha atrevido a hablar sin tapujos y en la hora debida sobre esa sangrante herida que somos en América latina.

Que además lo haga un hombre de izquierda, de esa que  piensa y ha incorporado la libertad individual y su inserción en una economía abierta y globalizada multiplica sus méritos y su arrojo. Lo ha pagado ya, la izquierda que Teodoro Petkoff dice que no le es posible aprender y cambiar, ya se lo cobra.

Los incontinentes mastines locales, por supuesto. El disfuncional  Evo  que no come pollo, ni lee libros y se hace amarrar los zapatos por sus criados. Y, seguramente lo verdaderamente inesperado y doloroso para él, la ruptura con Pepe Mujica, del cual fue canciller y que en su beatitud ideológico y su canina avidez por los negocios con Venezuela nada dice sobre ésta que esté a la altura de sus méritos ciertos. Vaya a cultivar sus huerto don Pepe, es tarde.

Cosas vamos a ver en los días inmediatos. Al parecer se rechaza la carta en la medida que, sectores opositores locales y países amigos, apoyan el hasta ahora infausto diálogo, lo cual puede convertirse en un peculiar referéndum entre éste y la carta. Alguien ha sugerido que se abran los dos frentes.

Una buena interrogante es qué posición va a tomar el descocado Trump que no ha hablado, aunque sí su Senado por unanimidad, pero como se sabe el tío es imprevisible. A su manera Maduro también lo es, su agonía descocada lo puede llevar a cualquier extremo.

Pero bueno, esperemos. Lo que queríamos era agradecer al caballero Almagro por su hidalguía, moneda poco corriente en el crispado mundo de hoy.

Publicidad
Publicidad