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Se entrega secuestrador que colocó explosivos a rehén en hotel de Brasil

Un hombre que secuestró este lunes durante siete horas a un empleado de un hotel en la capital brasileña Brasilia (centro) y le colocó un chaleco aparentemente cargado con explosivos se entregó a la policía.

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Foto; EVARISTO SA | AFP

«Acaba de entregarse», dijo un portavoz de la policía militar a la AFP, sin dar más detalles.

El secuestrador fue enviado a una comisaría de la Policía Civil de Brasilia, confirmó la institución.

El incidente tuvo lugar luego que el individuo llegó al hotel Saint Peter del centro de Brasilia durante la mañana. Casi inmediatamente hizo rehén a un empleado del hotel, al que colocó un chaleco aparentemente cargado de dinamita y le esposó las manos.

Posteriormente, el secuestrador avisó al hotel de su acción tras lo cual la policía evacuó el hotel e instaló un perímetro de seguridad en su entorno.

Según medios locales, el secuestrador fue identificado como Jac Souza dos Santos, de 30 años, un excandidato a concejal de un municipio del estado de Tocantins (centro-oeste).

Dos Santos, que portaba un arma de fuego -según medios locales era falsa-, salía continuamente al balcón del decimotercer piso del hotel con la víctima, a la que había colocado un chaleco con cilindros que aparentemente eran explosivos. Las imágenes fueron transmitidas en vivo por la televisión.

Minutos antes de las cuatro de la tarde locales, ambos salieron -el rehén sin el chaleco- e indicaron que después de las 16h00 se entregarían, tal como ocurrió.

El comisario Paulo Henrique Almeida informó a los periodistas que la policía investiga si los explosivos y el arma eran verdaderas.

Almeida dijo que el secuestro fue «premeditado» porque el individuo mostró cartas de despedida escritas ya una semana atrás.

La policía tenía como principal temor que pudiera cumplir su amenaza de provocar una explosión en el hotel.

«Lo que preocupaba es que no había una demanda concreta», dijo el comisario. Lo que más ayudó fue «la tranquilidad de la víctima y el trabajo de los (tres) negociadores».

La prensa brasileña indicó que los reclamos del secuestrador eran políticos: quería que se aplique la nueva ley que exige una ficha criminal limpia a los candidatos a los comicios generales de octubre, así como «la caída» de la presidenta Dilma Rousseff, candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).

De su lado, la víctima, José Ailton de Souza, padre de dos hijos, entró en estado de shock luego de su liberación y debió ser examinado en un hospital.

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