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Selección femenina de fútbol de Afganistán: del orgullo al terror

Khalida Popal, quien luchó junto con su madre, una profesora de educación física, para formar a la selección femenina de Afganistán, ahora le pide a las jugadoras que se escondan y borren su pasado como deportistas de sus redes sociales. ¿La razón? La venganza de los talibanes

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Khalida Popal

La selección femenina de Afganistán se ubica en el puesto 152 de la FIFA, de un total de 167 representaciones. Puede que el ránking no diga mucho, pero para las mujeres que integraban a este equipo, patear un balón y vestir la camiseta de su país ya era una victoria. Ahora, con el triunfo del régimen Talibán, solo les queda correr para salvar sus vidas.

“Las he alentado a que eliminen sus canales de redes sociales, fotos, que huyan y se escondan”, dijo la formadora de esta selección, Khalida Popal a The Associated Press en una entrevista telefónica desde Dinamarca. “Me rompe el corazón debido a que todos estos años hemos trabajado para incrementar la visibilidad de las mujeres y ahora le estoy diciendo a mis mujeres en Afganistán que se escondan y desaparezcan. Sus vidas están en peligro”.

La activista huyó rumbo a la India, en 2011 y posteriormente fue acogida en Dinamarca

Según las reglas del régimen que ahora domina Afganistán, las mujeres tienen prohibido practicar deportes o entrar en cualquier centro o club deportivo. Y esa es una sola, de 29 normas estrictas, que impedirían el regreso de las chicas a la cancha.

Popal se convirtió en directora de eventos de la selección femenina de fútbol de Afganistán y en un puente de este equipo con la FIFA y la Uefa, antes del triunfo de los extremistas. Nació en Kabul y gracias a que su familia era progresista, pudo jugar al fútbol. Fue artífice, junto con su madre, una profesora de educación física, del surgimiento de equipos femeninos en Afganistán y de la creación de la selección femenina, de la cual fue capitana en 2007.

El equipo se entrenaba dentro de una base de la OTAN en Kabul por cuestiones de seguridad. Fue oficialmente formado en 2007 por el Comité Olímpico Nacional de Afganistán. Su primer partido internacional se realizó en diciembre de 2010 contra Nepal. La primera victoria internacional oficial fue un 2-0 sobre Catar, en 2012. En junio, ocupaba el puesto 152 en el ránking de la FIFA y su mejor posición fue 108, en diciembre de 2013.

Sin embargo, las constantes amenazas de los talibanes a Popal, por haber promovido el deporte entre las mujeres y llevar el mensaje de empoderamiento femenino en cada entrevista televisiva, le obligaron a salir del país rumbo a la India, en 2011 y posteriormente fue acogida en Dinamarca.

El regreso que no pudo ser

Popal huyó con su familia después de que los talibanes capturaran Kabul en 1996, sin embargo regresó a Afganistán en 2001, tras haber vivido en un campo de refugiados en Pakistán. Con la protección de la comunidad internacional, creía que podía contribuir con el cambio.

«Mi generación tenía la esperanza de construir el país, desarrollar la situación para la próxima generación de mujeres y hombres», contó a la agencia de noticias. «Así que comencé con otras mujeres jóvenes, usando el fútbol como una herramienta para empoderar a mujeres y niñas».

El momento más feliz de las futbolistas fue cuando consiguieron reunir el número suficiente de jugadoras para armar la selección femenina de Afganistán

Popal dice que no olvida cuando en 2007 alcanzaron la cantidad de jugadoras necesarias para formar una selección nacional femenina de Afganistán: “Nos sentimos muy orgullosos de llevar la camiseta. Fue la sensación más hermosa y mejor que jamás haya existido».

Pero también hubo cambios más profundos. Las futbolistas afganas fueron objeto de abusos sexuales por parte de funcionarios de la Federación de Fútbol de Afganistán (AFF) de 2013 a 2018. The Guardian hizo publico el caso, en noviembre de 2018.  Como resultado de las investigaciones, el presidente de la AFF, Keramuddin Karim, fue expulsado de por vida del fútbol por la FIFA en junio de 2019.

Por eso, los últimos días has sido tan dolorosos. El 16 de agosto, en su cuenta de Twitter, hizo un llamado a la comunidad internacional para que ayudaran a las activistas y a las jugadores de fútbol, porque «necesitaban protección como nunca antes», por el triunfo de los talibanes.

“Se están escondiendo. La mayoría de ellas abandonaron sus casas para ir con familiares y esconderse porque sus vecinos saben que son jugadores. Tienen miedo», explicó a la AP, al tiempo que recibe amenazas de sus enemigos: “Siguen tomando videos y fotos desde la ventana que muestran que están afuera de la casa y eso es muy triste”.

De esta realidad no escapan otros deportes. La periodista de ESPN, Annesha Ghosh, publicó una foto que se hizo viral, del equipo de cricket femenino. «En noviembre, la Junta de Críquet de Afganistán se comprometió a otorgar contratos a 25 jugadoras de críquet. Se organizó un campamento de habilidades y acondicionamiento físico en Kabul; se iba a formar el equipo nacional femenino».

Ahora, el futuro de las jugadoras de cricket es una incógnita. Además, Zakia Khudadadi, que debía competir en Para-taekwondo, en Tokio 2020, junto a su compatriota Hossain Rasouli, no puede viajar debido a que los aeropuertos de Afganistán están cerrados.

Para Popal fue muy duro presenciar el retiro de Estados Unidos y otros aliados occidentales de Afganistán. “Ha sido muy doloroso presenciar cuando ayer el gobierno se rindió”, dijo y sentenció: «Las mujeres perdieron la esperanza».

Si quieres saber más de Khalida Popal, te dejamos el siguiente video.

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