Venezuela

#SiHayEsperanza lleva dosis de optimismo a los hogares más vulnerables del Táchira

En medio de la apatía, desolación y desesperanza que ha caracterizado este año la navidad venezolana, un grupo de jóvenes tachirenses comparten con los sectores más vulnerables de la región, no solo un plato de comida sino también un mensaje de optimismo, paz y esperanza en que tiempos mejores están por venir

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Más de 400 personas se han visto beneficiadas por la jornada social #SiHayEsperanza que ha recorrido sectores vulnerables de San Cristóbal, compartiendo con niños y adultos un plato navideño, dulces y un mensaje de paz, amor y optimismo por Venezuela.

Desde la llegada de la navidad, la visita a orfanatos, refugios, geriátricos y barriadas populares, se ha dejado sentir, en medio de la alegría y las sonrisas de quienes viven con mayor intensidad la crisis económica que atraviesa Venezuela.

“Nuestro propósito no es solo traer un plato navideño a las familia. Con ellos nos reunimos, escuchamos y les dejamos un mensaje de esperanza, optimismo  y paz. Les decimos no solo a los tachirenses, si no a Venezuela, que si hay esperanzas, que vamos a estar mejor el próximo año y que todos tenemos que prepararnos para la reconstrucción del país”, dijo Leonardo Manrique, integrante de la jornada social.

La acción voluntaria continuará hoy lunes 24 de diciembre llevando hayacas, pan, dulce y refrescos a niños y adultos que se encuentran en situación de calle, además en los sectores populares como Puente Real, agregó Manrique.

“Sabemos que con un plato de comida no resolvemos los problemas de la gente. Lo que buscamos es poder compartir un rato de esparcimiento, que se olviden un poco de los problemas cotidianos y puedan comprender que a pesar de las dificultades si hay esperanzas y el futuro puede ser mejor”, precisó.

¿Cómo viven los tachirenses?

Durante el desarrollo de la actividad social en distintas zonas de San Cristóbal, El Estímulo constatar que algunos niños tachirenses, habitantes del refugio “ALBA”, dispuesto por el gobierno nacional, se encontraban enfermos y sin alimentos.

“Sin no tengo nada que vender lo niños no comen. Hoy por ejemplo no han podido desayunar, ellos son niños de 3 años, uno 5, hay una bebe de 1 año y tres ya son adolescentes. Aquí pasamos muchas necesidades. Los Más pequeños ahorita tienen mucha tos y fiebre. ¿Sabe? aquí, aquí hay muchas ratas. Lo más triste es que no tenemos para donde irnos”, dijo Aura Roa, quien lleva ocho años viviendo en el improvisado galpón, dispuesto por el gobierno nacional luego de quedar damnificada por las lluvias”.

Hace tres meses no llega el servicio de agua a la comunidad y el gas doméstico, tampoco les ha sido suministrado. Mientras tanto la promesa de tener una casa cómoda donde vivir está presente en cada uno de los habitantes del lugar, desde los más pequeños hasta los adultos.

Robert es un niño de cinco años y al ser abordado por este medio sobre que deseaba que le regalara el Niño Jesús, él no lo pensó mucho: “quiero otra casa, está donde vivo no me gusta”, respondió.

Las paredes, puertas y ventanas del inmueble adaptado para vivienda, luce fotos, consignas y pancartas alusivas al partido de gobierno, al difunto ex presidente Chávez y a Nicolás Maduro, sin embargo, aseguran no haber recibido la visita de ningún organismo en esta navidad.

“Nos han prometido unas viviendas por la zona de Vega de Aza, supuestamente las entregaban en este diciembre pero no lo hicieron. No tenemos visitas como tal no, ni siquiera Protección Civil y se supone que nosotros estamos a cargo de ellos, pero nunca vienen para acá. El otro día los llamamos porque esto se nos inundó, vinieron y nos dijeron que la única solución que podían darnos es que nos cambiáramos de refugio, pero no tenemos a donde ir”, señaló otra de las habitantes del refugio que prefirió no decir su nombre.

Con resignación las familias refugiadas en el “ALBA”, aseguran que sus oraciones a Dios, no cesaran, “él es el único que puede ayudarnos a salir de esto”.

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