Opinión

Sin Tomás Rincón, ¿quién podrá defendernos?

La duda que titula esta comunicación bien puede ser interpretada como una expresión pesimista. Se lesiona una de las piedras angulares del nuevo proyecto vinotinto y parece que se tambalea la estantería. ¿Hay vida más allá de Rincón?

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Sería una tontería poner en duda el aporte del ahora capitán de la selección –lo será hasta que Juan Arango deje de lado su tristeza- ni quiero que se interprete como un alivio la ausencia del jugador del Genoa italiano. Pero si la meta inicial de este ciclo que conduce Noel Sanvicente es llegar al mundial de Rusia 2018, lo mejor que puede suceder es que los imponderables aparezcan desde el inicio del viaje y no a mitad del mismo, cuando, hipnotizados por posibles victorias, la selección no sepa cómo responder a estas nuevas interrogantes. Ya nos pasó en la etapa de César Farías, así que es preferible de una misma vez ir diseñando alternativas a los caprichos del destino.

Si se toma cada desafío como una oportunidad para evolucionar, pensemos entonces quién puede sustituir a Tomás en los amistosos del mes de noviembre ante Chile y Bolivia, y hacer llave con Roberto Rosales en esta nueva versión del equipo criollo.

Comencemos por la única verdad: cada futbolista ofrece al equipo posibilidades irrepetibles e irremplazables; no existen dos seres humanos idénticos. Una vez que hayamos comulgado con este principio, en los siguientes enlaces (1; 2; 3; 4; 5) usted encontrará las convocatorias hechas por el seleccionador nacional hasta el día de hoy, en las que se leen nombres de jugadores que conocen el puesto como Luis Manuel Seijas, Rafael Acosta, Franklin Lucena, Edgar Jiménez y otros más. Hay también algunos que pueden ocupar esa demarcación, bien sea por su polivalencia o por la intención del cuerpo técnico de experimentar con ellos. Me refiero a Alexander González, José Manuel Velásquez y Wilker Ángel.

El propósito es encontrar un jugador que lleve adelante las funciones de corte y orden en el medio campo. Para algunos, Franklin Lucena sería el ideal, pero como la meta es el mundial y el objetivo de estos partidos amistosos es probar variantes, no parece adecuado contar nuevamente con el veterano futbolista del Deportivo La Guaira. Jiménez parece estar fuera de carrera; Seijas viene jugando en esa posición pero no como Rincón sino como Rosales; Acosta no se recupera del todo de alguna lesión, mientras que González, Velásquez o Ángel serían, por ahora, apuestas de quien escribe. Por ende, Franco Signorelli aparece como la primera opción.

El futbolista del Empoli italiano tiene las características ideales para el puesto de volante central, más aún cuando para Sanvicente los jugadores deben ser futbolistas en toda su dimensión, es decir, no pueden dedicarse exclusivamente a atacar o defender sino que están obligados a asumir funciones de ataque y defensa en cada movimiento del conjunto, lo que parece ser entendido muy bien por el joven merideño.

Esto es fútbol, y cada vez que creemos dominar un aspecto del juego, aparecen nuevas interrogantes dispuestas a sacudir la tranquilidad con la que empezábamos a navegar. Ante la contingencia que significa la ausencia de Tomás Rincón, Sanvicente y su cuerpo técnico tienen la oportunidad de innovar y asumir riesgos impensados como ya lo hicieron con la nueva posición de Roberto Rosales. Al fin y al cabo, “cuando la marea sube, el barco también”.

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