FOTOS | Testigos de la Torre Viasa: Fue una masacre no un enfrentamiento

“Enamórate de uno, pues”, escucharon decir los habitantes de la Torre Viasa a los agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES) minutos antes de que nueve personas fueran llevadas al piso 11 del edificio y posteriormente asesinadas.

Los residentes de la Torre Viasa responsabilizaron por la acción al FAES. Hoy están en zozobra constante. Viven con temor de que se reproduzca una nueva masacre.

Afirmaron que ayer, en horas de la noche, patrullas de la policía y funcionarios vestidos de civiles intentaron nuevamente entrar en la edificación. Les preocupa que vuelvan a ir. “No dormimos, estamos desprotegidos. Pero ahora mismo vamos a la Fiscalía a denunciar esto. Aquí no hay drogas, ni nada ilícito, somos gente trabajadora”.

Al entrar en la estructura se siente la grasa en el piso. El calor del fuego, el olor a aceite, fritura y plátano impregnan el lugar. Los niños caminan de un lado a otro, las mujeres y hombres se dividen en improvisadas estaciones del proceso de elaboración de los tostones que venderán informalmente en la calle.

Unos pelan los plátanos, otros los fríen y un tercer grupo los embolsa. Las voces llenan el pasillo. Cada cierto tiempo se choca con una mirada de un vecino preocupado, ¿Quiénes están en la puerta? Es la policía, es el Cicpc, es el FAES… no es nadie.

Agresión y robo

Los habitantes de la Torre Viasa denunciaron la brutalidad de la acción. “Golpearon a mujeres y niños, no hubo consideración alguna. Míralo a él, no puede usar bien los brazos, tiene problemas de movilidad, le dieron cascazos. A ella –una menor de edad de unos 14 años de edad- la cachetearon”.

Al mediodía del lunes, hora que inició la acción contra la torre a los hombres los agruparon y revisaron si tenían prontuario o los solicitaban las autoridades. Aquellos que no tenían cargos o no habían sido encarcelados igual los lanzaron al piso y le caminaron por encima, afirmaron los testigos.

70 personas fueron separadas del grupo, todas golpeadas, y de ellos nueve de los que que alguna vez tuvieron un pasado delictivo fueron ajusticiados por funcionarios encapuchados, según el testimonio de los vecinos que calificaron el hecho como una masacre.

La acción se prolongó hasta bien entrada la noche en el que los funcionarios dejaron el lugar donde viven de hace más de una década más de 200 familias. Los habitantes del edificio aseguraron que los agentes actuaron con extrema violencia, y que patearon y destrozaron sus enseres.

Denunciaron además que los robaron. “Se llevaron hasta los bombillos, se llevaron la comida, hasta las toallas sanitarias se las metían en los bolsillos, nos robaron miles de bolívares”.

No fue un enfrentamiento

“Aquí no hubo un enfrentamiento, aquí lo que hubo fue masacre y los medios de comunicación incluso se hacen eco de lo que dice el gobierno”, señaló uno de los testigos.

Los afectados señalan que la orden de allanar el lugar, vino desde el alto gobierno  y aseguraron que nunca presentaron la documentación debida. Declararon además: “Esperábamos no solicitaran las cédulas, no que reunieran a la gente para después dispararles incluso en presencia de sus familias”.

Otro de los presentes al momento de los hechos cuestionó lo sucedido y contó: “Uno de los asesinados, un hombre tuvo un tiempo preso. Pagó su deuda y se regeneró, se hizo cristiano, pero igual fue llevado arriba. El pidió clemencia, pidió despedirse de sus hijas y les dijo que las amaba, fue a uno de los que le dispararon”.