Internacionales

Theresa May, otra primer ministra "devorada" por el "problema" europeo

La relación ambivalente y tormentosa que ha mantenido el Reino Unido con la Unión Europea (UE) desde su ingreso hace más de cuarenta años se ha cobrado una víctima más: Theresa May, otra primera ministra "devorada" por el "problema" de Europa.

Publicidad
Fotografía: AFP

Ante los fracasados intentos por conseguir que el Parlamento aprobase su acuerdo del «brexit», la mandataria dimitió formalmente este viernes como líder conservadora, aunque permanecerá al frente del Gobierno del Reino Unido hasta la elección de su sucesor.

Al igual que sus antecesores en el cargo, la política «tory» tuvo que afrontar la influencia de la poderosa ala euroescéptica de su formación, recelosa de la expansión de la UE y de la pérdida de poder, a su juicio, del Parlamento de Westminster (Londres).

Además, muchos euroescépticos prefieren potenciar la alianza transatlántica con Estados Unidos, con la negociación de un acuerdo comercial, en vez de seguir unidos a la UE, según los expertos.

El debate sobre lo bueno y lo malo de estar en la UE ha estado siempre presente entre los políticos de distintas extracciones, pero han sido los conservadores los que han tenido más problemas internos por el euroescepticismo, si bien fueron ellos los que metieron al Reino Unido en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973 bajo el mandato de Edward Heath.

Este político, en el poder entre 1970 y 1974, hizo entrar a su país en la CEE tras dos intentos fallidos, en 1963 y 1967, por el veto de Francia debido a las dudas del entonces presidente Charles de Gaulle sobre el compromiso británico hacia el bloque europeo.

Desde aquel ingreso rodeado de euforia y visto como símbolo de progreso, el vínculo con Europa tuvo momentos delicados para los líderes conservadores que le siguieron: Margaret Thatcher (1979-1990), John Major (1990-1997), David Cameron (2000-2016) y Theresa May (2016-2019).

Quizás la más combativa de todos fue Thatcher, la «dama de hierro», que con determinación e intransigencia se plantó ante sus socios europeos para negociar en 1984 un descuento -el llamado «cheque británico»- en la contribución de su país al presupuesto de la UE, destinado a compensar su menor uso de las ayudas agrícolas.

Los otros primeros ministros «tories» también tuvieron que lidiar con las presiones del ala euroescéptica, que ha ido cobrando fuerza y es hoy «la corriente principal» de la formación, dijo Stephen Barber, experto político de la Universidad de Bedfordshire.

Presionado por los euroescépticos, Cameron convocó el referéndum sobre la permanencia o salida del país de la UE el 23 de junio de 2016, en el que el 51,9 % del electorado apoyó el «brexit».

«El hecho es que el Partido Conservador, que una vez fue la máquina más pragmática y efectiva del mundo democrático en ganar elecciones, está hoy ideológicamente dividido sobre este problema. Lo que una vez fue un ala euroescéptica, a la derecha, ahora ha tomado el control como corriente principal del partido», añadió el analista.

En su opinión, sería «increíble» que «alguien que no esté comprometido con la salida del club comunitario gane este verano la carrera por el liderazgo» del Partido Conservador.

El profesor de Política y Relaciones Internacionales Matthew Goodwin, de la Universidad de Kent, señaló a que May es el cuarto jefe de Gobierno conservador «derrotado por Europa después de Margaret Thatcher, John Major y David Cameron».

La entrada del antieuropeo Nigel Farage en el debate sobre Europa, especialmente con su Partido del Brexit, ha forzado a los conservadores a inclinarse hacia una salida no negociada de la UE, sin acuerdo el próximo 31 de octubre, según Goodwin.

Para este catedrático, los «tories» siempre han estado divididos por el problema de Europa, entre los que ven el futuro del Reino Unido en el bloque comunitario y los que miran más a la relación anglo-estadounidense.

«Lo que está claro -consideró Goodwin- es que el Partido Conservador no ha sido capaz de reconciliar estas divisiones. Hoy está más dividido que nunca por el problema de Europa».

Publicidad
Publicidad