Deportes

Torneo Apertura: Un comienzo deprimente

El 26 de enero dio inicio el Torneo Apertura del fútbol profesional venezolano. Con 20 equipos inscritos, considerado un exabrupto por todas las partes involucradas, arrancó lo que debería ser una fiesta, pero el espectáculo ha sido tan clandestino como poco atractivo en las primeras seis fechas. La gente no se engancha y el interés por el fútbol es casi nulo.

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FOTOGRAFÍA: CORTESÍA - PRENSA ZULIA FC

“Lo que no se exhibe, no se vende”, reza un dicho financiero. Pues la deuda que mantiene la empresa transnacional que posee los derechos de transmisión televisiva del fútbol con los clubes y la productora que levanta la señal (T&H Producciones) ha asfixiado el sostenimiento de varios equipos. Trujillanos es el primero en asomar su crisis: más de dos meses sin cobrar tiene una nómina extremadamente modesta para competir en la máxima categoría. Pero además, la cantidad de partidos visibles en TV ha disminuido drásticamente, situación causada por la referida deuda: no hay certeza de fútbol por televisión si la morosidad se mantiene.

El balompié en Venezuela pareció haber encontrado el oasis en el desierto cuando hace ya más de tres años cerró la negociación de derechos de transmisión televisiva con una cadena internacional que fuera capaz de, con moneda extranjera, darle un real valor monetario a la TV. Pocos equipos entendieron que esos recursos eran limitados y que debían seguir trabajando en la sustentabilidad y autogestión. Aquellas instituciones que no son de mecenas, como Trujillanos, ya están sufriendo los embates de la deuda de GOLTV y seguramente caerán otros en los próximos días.

Salvo Zamora, paradigma de gestión como club de fútbol, el resto vive de la plata que cayó por lo que en su momento pagó GOLTV o alguna que otra venta, amén de los mismos poderosos propietarios que siguen invirtiendo en el fútbol más como un gasto que una inversión. Con un país sumido en una profunda crisis económica e institucional donde la hiperinflación se traga los presupuestos de logística, manutención y sostenibilidad de los equipos, ya varios efectos comienzan a notarse: varios han dejado de concentrar como locales, el personal técnico, administrativo y obrero se ha reducido drásticamente y la urgencia por ingresos hace que los mejores jugadores del campeonato se vayan al extranjero por tres monedas.

Carabobo va primero en el campeonato y no se ha visto un solo partido del líder. Mientras la tecnología avanza en el mundo, aquí sirve para solventar la ausencia de TV: los streamings y las transmisiones por YouTube se han convertido en la solución viable para que la gente que no va al estadio pueda ver fútbol, sin embargo el alcance nunca será el mismo que te puede brindar prender un monitor televisivo.

Quienes trabajamos en esto no perdemos la pista: vamos al estadio, escuchamos partidos por radio, vemos por streaming, transmitimos los partidos asignados por TV, es nuestra labor, pero no es el oficio del aficionado. El fútbol sin aficionados no existe pero nuestro país parece ser la excepción porque cada vez se complica más seguirle la pista a tu equipo. Igual como analistas, es irresponsable opinar de un fútbol que no se ves.

Y mientras, vamos siendo eliminados en las Copas Libertadores y Sudamericana. Solo Caracas alcanzó a rescatar algo y poco se espera de lo que puedan ofrecer competitivamente Lara y Zamora en sus grupos del máximo torneo continental. El afán de las glorias deportivas, de las hazañas, va más por la salvación económica que por el mismísimo prestigio y honorabilidad del fútbol venezolano. Estamos en crisis y la supervivencia es la real meta.
Y si va al estadio, la preocupación aumenta. Vacíos los estadios es exagerar, pero cada vez menos gente se acerca a los campos. La situación política del país obviamente mantiene a la gente preocupada en otros asuntos, lógico, pero es que ya el fútbol ha dejado justamente de ser ese escape a la realidad. Transporte, dinero, efectivo. Los mismo males de los análisis de hace tres años siguen acentuándose, sin parar.

No sé si hay una solución. Varios altos cargos de los miembros de la Liga FutVE tienen meses, largos meses que no perciben salario. Hasta esa organización que parecía intocable, la crisis ha hecho estragos.

Ojalá que se resuelva el tema de la TV pronto porque parece ser la manera de darle un soplo de aliento a un alicaído fútbol. Hay tantos factores que provocan la desesperanza que pareciera no haber una solución a corto plazo al poco interés de la gente por su fútbol, pero la historia nos ha enseñado que en peores casos la supervivencia de nuestro maltrecho y noble FutVE se ha logrado.

¿Tiene razón Cheché Vidal en que a nuestro fútbol hay que dejarlo morir para que resucite sin vicios?

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