La decisión del tribunal de Uppsala, que puede ser apelada, es un revés para la acusación, que esperaba obtener esa orden para transferir al australiano a Suecia antes de la prescripción de los hechos en agosto de 2020.
La demandante, que en el momento de los hechos estaba en la treintena, acusa al australiano de haber mantenido relaciones sexuales mientras ella dormía y sin preservativo, a pesar de que ella había rechazado toda relación sin protección en varias ocasiones.
Assange niega los hechos y mantiene que ella consintió las relaciones y aceptó no utilizar preservativo. En aquella época ya era blanco de otra investigación por agresión sexual, pero esta prescribió en 2015.
La reapertura de la investigación sueca sobre Assange relanza también un proceso judicial que se prolonga desde hace casi una década, durante la cual el australiano y sus simpatizantes no dejaron de denunciar una maniobra destinada a permitir su extradición a Estados Unidos.