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Trump llega a la Casa Blanca y hace temblar al mundo

El mandatario hizo muchas promesas en campaña que –en teoría- debería cumplir, la mayoría son críticas a las políticas de los ocho años de su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.

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Donald Trump
Texto: Manuel Tovar / Foto: AFP

Donald Trump es el cuadragésimo presidente de Estados Unidos. Sí, tal como afirmaron los profetas de la cultura pop Los Simpsons en uno de sus capítulos, y tal vez fueron los únicos… Apenas hoy el magnate neoyorquino asume la presidencia y ya se siente el efecto Trump en todos los aspectos políticos, económicos e incluso sociales de la nación y el mundo.

La nueva era de Trump llega con preguntas e incertidumbre. El mandatario hizo muchas promesas en campaña que –en teoría- debería cumplir, la mayoría son críticas a las políticas de los ocho años de su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.

Es muy difícil predecir qué camino tomará el nuevo gobernante pues en numerosas ocasiones ha variado su opinión o contradicho declaraciones previas. Sin embargo, el jefe de Estado ha manifestado su opinión en temas como la reforma sanitaria, la reforma migratoria, la revisión y retiro de los acuerdos comerciales, los pactos internacionales de Estados Unidos con Irán y Cuba, y el cambio climático.

Reforma sanitaria. El nuevo mandatario ya inició los trabajos para revocar la reforma sanitaria realizada por Obama, popularmente conocida como Obamacare. Aunque lo quiera, Trump no la podrá eliminar tan fácilmente porque es una ley refrendada por el Congreso, pero al tener la mayoría en ambas cámaras será cuestión de tiempo, o al menos eso parece.El magnate dijo primero que modificaría ciertos aspectos de la norma, pero ya se habla de eliminar completamente la medida. Recientemente afirmó que su supresión puede ser simultánea a la creación de una nueva ley que asegura será mejor, aunque se desconoce qué aspectos serán mejorados. Trump deberá ser cuidadoso porque si en lugar de sustituir, solo elimina la reforma sanitaria, podría hacer que más de 30 millones de estadounidenses se queden sin cobertura médica.

Reforma migratoria. En innumerables ocasiones Trump mencionó la necesidad de controlar las fronteras para eliminar la amenaza de ataques terroristas y evitar el ingreso de los “Bad hombres”, como se refirió a los latinos en un debate presidencial ante su rival demócrata Hillary Clinton. Para ello iba a construir un muro muy alto en la frontera sur, por donde, según él, entran muchos inmigrantes ilegales “peligrosos” para los ciudadanos de su país.

El mandatario podría levantar, además de una barrera física, una jurídica. Trump podría invocar la sección 212 (f) de la ley de inmigración y nacionalidad que menciona: “Cuando un presidente considera que la entrada de cualquier extranjero puede ir en detrimento de Estados Unidos el mandatario puede mantenerlos afuera por el periodo que él considere necesario”. Con solo una firma Trump también podría eliminar una acción ejecutiva del ex presidente Obama que protege a los indocumentados que llegaron al país siendo niños, conocidos como dreamers.

Durante su mandato el ahora ex presidente Obama intentó que el Congreso aprobara una reforma migratoria integral, que abarcaba la protección de esos estadounidenses que no tienen papeles, pero no lo logró.Aunque Trump pudiera pedir la expulsión de los indocumentados, el nuevo gobernante dijo que no es viable expulsar a 11 millones de personas que van a la fuerza de trabajo y son parte activa de la población. Los legisladores estadounidenses están conscientes que podría ser perjudicial para la economía y la sociedad sacar a estas personas sin papeles. De hecho hace una semana los senadores Lindsey Graham, republicano, y Dick Durban, demócrata, presentaron una propuesta bipartidista para proteger a los jóvenes, darle un permiso de trabajo y por supuesto garantías de permanencia.

Acuerdos Económicos. Trump satanizó los acuerdos económicos que hizo la administración anterior. Sus políticas son de marcado carácter proteccionista y por eso ha amenazado con retirarse de algunos acuerdos comerciales, algo que no hace Estados Unidos desde 1866. Trump se opone a la iniciativa del Acuerdo Transpacífico, uno de los logros comerciales de los ocho años de Obama.

Esta alianza aún no ha sido ratificada por el Legislativo y es poco probable que eso ocurra. El presidente también ha dicho que podría abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Con sólo informarlo por escrito se podría retirar del pacto en seis meses, lo que impactaría duramente la economía de México, que ya se ha visto afectada tras su elección. El nuevo presidente no sólo ha enfilado sus armas contra México, también ha señalado a China como un factor de distorsión.

Según Trump, el gigante asiático manipula su moneda para favorecer las exportaciones y afectar el crecimiento de otras compañías. Las acusaciones causan temor porque China y Estados Unidos están muy relacionadas en lo comercial, de hecho, el país asiático es el segundo tenedor extranjero de deuda de Washington sólo por detrás de Japón.

Acuerdos con Irán y Cuba. Puede que Trump decida desmantelar el acuerdo nuclear con Irán, por considerarlo desastroso. En varias ocasiones ha asegurado que el pacto pone en peligro a Israel y los aliados árabes sunitas, para lograr una victoria pírrica con los chiítas iraníes. El presidente persa Hassan Rouhani dijo a su gabinete que el acuerdo nuclear entre su país y otras seis naciones no puede ser cambiado por la decisión de un solo gobierno.

Sin embargo, al no ser un acuerdo político vinculante, si Trump ordena a la Secretaría del Tesoro, que se reimpongan las sanciones a la República Islámica, logrará echar por tierra las negociaciones y acuerdos alcanzados, algo que indiscutiblemente pondría más tensión a las ya tirantes relaciones entre Irán y Estados Unidos. Trump también ha criticado el acercamiento con Cuba.

Aunque en un principio afirmó que no objetaba un acuerdo con los Castro, luego lo rechazó porque considera que en la isla no se ha avanzado en la situación de los derechos humanos y la democracia. Señaló que desea un mejor pacto, y para ello dijo que eliminará lo hecho y buscará un nuevo acuerdo que ayude a los cubanos y no a la dictadura comunista.

Sin embargo y salvo por la eliminación o adaptación a estos tiempos de algunas medidas -como la eliminación de pies secos, pies mojados o la autorización de ciertos negocios o vuelos internacionales- la situación entre Estados Unidos y la isla no ha variado en demasía. El magnate puede revertir lo firmado por Obama e intentar, como dijo, conseguir un mejor resultado que implique más libertad política y religiosa para los cubanos y eliminar las concesiones hechas a La Habana.

Cambio climático. Trump es escéptico sobre el cambio climático y el calentamiento global. Asegura que se trata de un cuento chino, para ser  exactos, afirma que el cambio climático es una trampa de los chinos para detener el comercio y la producción estadounidense. El gobernante no puede cancelar el Acuerdo de París firmado en diciembre de 2015 por más de 190 países, pero si se puede retirar porque no es vinculante. Lo que preocupa es que su posible salida puede generar un contagio en otras naciones, en especial las de los mercados emergentes. Además, otros países podrían ignorar las cotas establecidas de reducción de gases de efecto invernadero y de facto quedaría eliminado el acuerdo que llevó tanto esfuerzo crear.

Lucha contra el terrorismo. Durante sus dos gobiernos Obama fue progresivamente disminuyendo el número de militares en servicio. Trump por su parte asevera que Estados Unidos debe concentrarse en sus asuntos y no en los demás. Sin embargo, aunque parezca contradictorio, el magnate cree que de ser necesario se debe ir a la guerra contra enemigos como los yihadistas del Estado Islámico para proteger el país.

De hecho ya ha girado instrucciones para bombardear y ser agresivo contra todos los elementos cercanos a esta organización terrorista.Además se cierne la duda sobre los métodos del nuevo presidente para luchar contra estas organizaciones criminales.

Trump dijo durante un debate en marzo que apoyaba la tortura como método para proteger los intereses del país y que reautorizaría las controversiales medidas usadas durante el gobierno de George W. Bush. Obama firmó una orden ejecutiva que llevaba a la CIA a dejar de utilizar ciertas técnicas en los interrogatorios, como por ejemplo el ahogamiento. El ex director de la CIA Michael Hayden dijo que el Ejército se negaría a cumplir esas órdenes, porque constituyen crímenes de guerra bajo la ley internacional. Pero Trump afirmó: “Si digo que lo hagan, lo harán. Eso es de lo que se trata el liderazgo”.

Relaciones internacionales. El nuevo gobernante ha precisado que no desea involucrarse en muchos de los conflictos o temas que históricamente han sido apoyados por la nación norteamericana porque asegura que le cuestan mucho dinero al país. Ha pedido la revisión del papel de Estados Unidos en la OTAN –a la que llamó obsoleta–, y del mantenimiento de las bases de defensa en Corea, Japón u otros países.

Sus relaciones con naciones como Rusia han sido muy cuestionadas. Se ha hablado de una supuesta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses, a través de ataques cibernéticos, que según agencias de inteligencia pudo influir en la victoria del magnate, algo desmentido por él mismo. Sin embargo, su trato amistoso con Vladimir Putin no lo favorece.

Desde la perspectiva de la democracia liberal de Occidente Putin es un líder autócrata con pretensiones de devolver la grandeza de la Unión Soviética a Rusia, algo que causa temor por la expansión militar y territorial del antiguo enemigo en territorios como Crimea o la amenaza que crea para países aliados de Europa (Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Noruega han expresado estar alerta ante el posible expansionismo).

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