Salud

Turismo terapéutico, una forma de viajar y ganar salud

Canaima, Mérida, Los Roques y Margarita son algunos de los destinos que Venezuela brinda para aplicar turismo psicoterapéutico, una modalidad que promete un despertar de la conciencia y reconexión y en consecuencia la sanación física, emocional y espiritual

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Una dosis de “píldora verde” puede impactar significativamente sobre quienes padecen de alguna enfermedad psíquica, física o anímica. Cada vez más son los estudios publicados que reivindican la importancia de la naturaleza en la salud y es aquí donde el turismo psicoterapéutico surge para dotarnos de bienestar.

Este tipo de terapia terapéutica, que se constituye además en una nueva manera de viajar, se inscribe dentro del turismo de bienestar y salud.  Es la aplicación de un modelo psicológico a la experiencia de los viajes que se hacen en la naturaleza, es decir, al ecoturismo.

La psicóloga venezolana y promotora del turismo psicoterapéutico Tatiana Lemos explica que se trata de “reconectar al hombre con la naturaleza para la sanación profunda de su alma, a través de un proceso de reflexión, que va mas allá del pensamiento. En este caso del turismo psicoterapéutico, cuando hablamos de reflexión, nos referimos a la reflexión de la luz, a nivel de la energía cuántica, donde se facilita o cataliza un salto cuántico energético en los procesos”.

En 2019 el New York Times publicó un fragmento de los ensayos del neurólogo Oliver Sacks, donde este expresaba que: «No puedo decir exactamente cómo es que la naturaleza ejerce ese efecto calmante y organizador en nuestro cerebro, pero he visto en mis pacientes los poderes restauradores y sanadores de la naturaleza y los jardines, incluso en aquellos con trastornos neurológicos discapacitantes. En muchos casos, los jardines y la naturaleza son más poderosos que cualquier medicamento”.

Un camino natural hacia la sanación

En este modelo psicoterapéutico tanto el paciente como el terapeuta van a la naturaleza. La psicóloga Tatiana Lemos, quien aplica este tipo de terapia, detalla que utiliza patrones de equilibrio energético y cataliza una reflexión a través de una vivencia que impacta y es significativa, es existencial.

“Cada modelo de psicoterapia es único y tiene fundamentos diferentes, aquí se propone un modelo epice que considero más completo y el cual promuevo. No es académico, así como tampoco lo es mucho de la psicoterapia que se hace, mi enfoque es holístico y tiene un poco de todo”, explica la psicóloga venezolana.  Lemus señala que este modelo de turismo terapéutico nace de su propio proceso de sanación.

“Los seres humanos tienen profundas heridas en el alma, han vivido el rechazo cuando eran niños, la injusticia de ver el maltrato en los otros (por ejemplo un niño que ve como a su hermano lo castigan o golpean, o como su padre golpea a su madre), el resentimiento o rencor, muchos han vivido la humillación, han sido violentados sexualmente”, agrega Lemos.

Sanar con la naturaleza

“Las personas viven cargando con sus heridas, con sus consecuencias y cuando quieren escapar de su vida de frustración, viajan, pero en muchas oportunidades ese escape es un intento de la persona por sanar lo que está doliendo, (descansar de su situación, de su trabajo estresante)”, dijo Lemos .

Agregó que como viajamos para escapar y no lo hacemos de forma consciente porque vivimos desconectados energéticamente (sin respirar, sin sentir la tierra, si pasión, sin tomar agua), entonces “no aprovechamos lo que el mismo sistema desea hacer y perdemos la oportunidad de sanar. Por eso la gente viaja, para sanar, entonces qué hago yo, facilitar el proceso, organizar la experiencia y ocurre algo maravilloso, la persona sana, viene diferente y ocurre lo que naturalmente debería ocurrir, solo que nadie se ha puesto a observar este proceso en detalle”.

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Fotos extraídas de la galería de Tatiana Lemos

Todos podemos hacer turismo psicoterapéutico, sin embargo, el público adulto es más presto para vivir la experiencia, porque implica un nivel de abstracción y comprensión de una experiencia significativa.

“Yo no estoy haciendo nada que ya no pase de forma espontánea en el ser humano, es un proceso natural que ocurre en todas las personas cuando nos vamos a un campo, a un llano, a un mar”, destaca la promotora del turismo terapéutico.

Lemos explica que en el caso de los niños también es posible vivir turismo psicoterapéutico.  Para ellos se deben seguir protocolos más estrictos de evaluación y revisar la disposición de los padres, además ya en la naturaleza, se realiza la típica terapia de juego. “Es hermoso, los niños (y todos los seres humanos en general) sanamos jugando y disfrutando, solo que la psicología tradicional se empeña en seguirle la corriente a lo establecido como normal que es la desconexión en el concreto y no está mal, es un medio, pero la naturaleza es más efectiva para sanar el alma”.

Explorando el alma

“Explorar” es un término muy de viajeros. Si lo definimos, significa recorrer un lugar desconocido o poco conocido para descubrir lo que se halla en este. Explorar también puede aplicarse a otros ámbitos como en la medicina o en áreas de la salud como la psicología. Explorar es examinar con detenimiento a una persona, sus órganos o su situación en general para conocer su estado y dar un diagnóstico u opinión sobre los hallazgos.

“El Alma es la psique, es nuestra forma de ser, nuestra personalidad o esencia, entonces el slogan que uso de explorar las profundidades de tu alma tiene que ver con reconocerte en reflexión con un lugar natural y procesar así tus situaciones”, dijo.

Fotos extraídas de la galería de Tatiana Lemos

Lemos ejemplifica que en la Cascada el Sapo en Canaima, las personas procesan lo que tiene que ver con la emoción del miedo “son unos 200 metros de cortina de agua que en invierno no te dejan ni ver el camino, con un sonido francamente impactante, como si fuera un monstruo que te puede llevar, allí quien tiene algún conflicto energético con el miedo no pasa a través de la cascada, de cada diez personas que van a esta excursión, por lo menos una se abstiene de pasar por dentro de la cascada, y se queda esperando al grupo por miedo”, expresó la psicóloga venezolana quien lleva el sitio web https://tatianalemos.com/.

Los miedos que vence la naturaleza

Quienes pasan por el duelo, personas que no saben qué decisión tomar, por ejemplo gente que no sabe si emigrar o no, personas en conflicto con sus hijos, rupturas de pareja y despechados, personas con altos niveles en empresa que se sienten vacíos, gente que quiere ver por qué tienen alguna dolencia o tensión, personas que desean salir de la depresión, otros que tienen un fuerte deseo de dejar de tomar medicamentos, gente con conflictos con los jefes, con los padres, que se sienten solos, son algunos de los perfiles que Lemos ha atendido a través del turismo terapéutico.

Enfatiza que cada paisaje procesa cosas diferentes. “Para mí toda la naturaleza es sanadora, yo amo estar al aire libre, ahora sistemáticamente he investigado los procesos energéticos de Salto Ángel, Uruyen, Kavak, en el Parque Nacional Canaima, este es mi plato fuerte como agencia especializada, ya que estuve allí unos 7 años.  Allí trabajo reflexiones de vida, aceptación, humildad, coherencia, compromiso, fidelidad, amor y perseverancia”.

Otro destino, muy conocido, es la costa del Istmo Caribe y la Laguna de Unare que es el reservorio de aves más grande de Latinoamérica, aquí la especialista trabaja el significado de las tensiones musculares; y otro interesante programa nombrado Las voces del cuerpo que trabaja el significado de las enfermedades. “En la Costa de Aragua, específicamente en Choroní, he trabajado programas para superar la depresión aprovechando la energía del cacao para facilitar el gozo y la alegría”.

Fotos extraídas de la galería de Tatiana Lemos

“En los Roques trabajamos las reflexiones sobre el amor y la prosperidad; en Mérida realizo un programa sobre la paz y la tolerancia, en esta tierra todos son tan amables que es el lugar ideal para aprender sobre este proceso. Y en la Perla del Caribe, la Isla de Margarita, nos conectamos con los procesos de reestructuración paradigmática (cambio de pensamiento o reenfoque y comprensión profunda de las situaciones). Hasta ahora describo a mi país como una estrella de sanación que tienen cinco puntas y en cada subprograma se adquieren virtudes, claro hacer el circuito es lo ideal, pero por razones económicas muchos viven los programas por separado de acuerdo a sus necesidades”, detalla Lemos .

Antes del viaje la persona se coloca un «apodo natural» que le da sentido a su situación. Cada persona y cada grupo es distinto. Muchos viajan solos, otros en pareja, en familia o en grupo. Todos viven su itinerario sin interrupción.

Es una terapia “divertida, profunda, única, te cambia la vida. Es difícil describirla. No puedo aquí revelar mis dinámicas porque son tan sencillas. Además, perderían su efecto y deseo que todo el que me lea lo viva al máximo, pero sí les digo, son dinámicas en extremo sencillas, y no afectan tu itinerario. Cada palabra y acción que hago durante el viaje obedece a un plan”.

Viajar es sanar

“Vas a sanar porque pasas de un nivel a otro durante los viajes. Hay personas que necesitan es entrar en conciencia; otros necesitan es comprenderse a través del otro; otros necesitan ver por qué de un resultado positivo o negativo; unos requieren estabilidad; otros una nueva visión de las cosas, y así. Son nueve dimensiones y el viaje te pasa de una a otra. Viajar es vivir”, enfatiza Tatiana Lemos.

Lemos nos habla de esos esos “males” que hoy aquejan al ser humano. El primer mal que hoy aqueja al ser humano es en su opinión la desconexión  que considera como el  origen de todo vacío, enfermedad, desamor y conflicto.

“Ese es el mal, la desconexión, todo viene de allí y de no considerarnos los unos a otros, la falta de amor donde creemos que todos estamos separados y eso es mentira, todo lo que te hago o te dejo de hacer también me afecta, y todo lo que dañamos en la naturaleza también nos afecta a todos. Tenemos una enorme responsabilidad como seres humanos”, expresa la psicóloga venezolana.

Fotos extraídas de la galería de Tatiana Lemos

La psicóloga quien trabaja también el área turística, reconoce que es costoso hacer turismo psicoterapéutico pero aclara que lo vale y existen diferentes opciones.

“Todos somos luces, solo que algunas no se han encendido o están escondidas”, expresa Lemus quien reconoce que aún hay en Venezuela muchos destinos por investigar “próximamente iremos al Mundo Perdido del Roraima, al la experiencia le llamé El Origen y nos servirá para mover un profundo proceso sobre el Perdón, creo que será maravilloso, solo que los gastos están muy elevados, pero confío en que lo lograremos”.

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