Viciosidades

Bisexuales: en tierra de nadie

Los bisexuales han empezado a salir del armario, han roto la invisibilidad, pero sienten que están en tierra de nadie, que son unos incomprendidos. Piensan que la sociedad, en general, desconfía de ellos y les considera sólo como unos viciosos del sexo. EFEsalud ha hablado con una sexóloga y con una bisexual activista para entender las claves y conflictos que supone ¿esta indefinición?

Texto: EFE Salud
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Según la definición aceptada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) de España, la bisexualidad es la capacidad de sentir atracción romántica, afectiva y/o sexual por personas de más de un género/sexo…” no necesariamente al mismo tiempo…no necesariamente de la misma manera…no necesariamente en el mismo grado ni con la misma intensidad”.

Por lo tanto y para empezar, explica la sexóloga y doctora en medicina Ana Rosa Jurado López, cuando hablamos de bisexualidad estamos hablando de la orientación del deseo sexual de las personas.

Existe una gran diferencia entre la identidad sexual, donde se habla de transexualidad, y se refiere a cómo una persona se ve a sí misma o como se vive, como hombre o como mujer, y la orientación sexual, que se refiere a lo que una persona desea, es decir al sexo de la persona por la cual se siente atraída sexual y emocionalmente.

Recuerda esta sexóloga que el orden social establece desde hace siglos que la práctica sexual permitida es la relacionada con la procreación, lo cual justifica que la orientación sexual más normalmente admitida sea la heterosexual (las personas que sienten atracción por otras de distinto sexo son las que se reproducirán).

“Con la evolución se ha ido ‘tolerando’ la atracción hacia las personas del mismo sexo, la homosexualidad, pero a la sociedad le cuesta mucho admitir que las personas tengamos atracción hacia las personas, independientemente de su sexo (bisexualidad), sin riesgo de ser tachado de inmoral, o de vicioso”.

En su opinión, la bisexualidad parece una indefinición, “pero ¿quién dice que debe definirse un asunto como éste?”

En este sentido, recuerda como a mediados del siglo pasado Alfred C Kinsey, uno de los pioneros de la investigación sexual humana, llevó a cabo un estudio con más de 20.000 hombres y mujeres, y concluyó que un gran porcentaje de ellos había tenido alguna vez en su vida una práctica bisexual y/o había reaccionado sexualmente ante personas de ambos sexos.

En su famosa escala (Escala de Kinsey) estableció una serie de grados de bisexualidad que van desde la homosexualidad absoluta hasta la heterosexualidad absoluta.

-Salir del armario-

A juicio de la sexóloga, ello supuso una gran controversia que aún hoy en día no se ha resuelto, porque la sociedad “sigue rechazando lo que interpreta como una indefinición, y por este motivo cuesta tanto trabajo salir del armario”.

Las personas bisexuales, o simplemente que no se pueden encasillar en homosexuales o heterosexuales, sufren los mismos problemas emocionales y vitales que la sociedad les genera por su exigencia de definición y por su escasa tolerancia.

Y si los bisexuales viven su sexualidad de forma negativa, como si su atracción sexual fuera un problema, “sufrirán estrés y conflictos psicológicos y de adaptación”.

Si no es éste el caso, “también procurarán no dar muchas explicaciones porque saben de la intolerancia que les rodea y prefieren evitar problemas”, apunta esta especialista.

La teoría de que todos seamos bisexuales en esencia, y que sea la sociedad la que nos obligue a clasificarnos en heterosexuales u homosexuales “es muy alentadora en pro de la tolerancia; pero me temo que nos quedaremos sin saber la realidad, porque incluso las investigaciones estarán contaminadas por la educación sexual y moral que hemos recibido durante siglos”.

-En tierra de Nadie-

Lucía Cruz es una joven bisexual de 36 años que hace algo más de 15 descubrió, de manera paulatina, que también le gustaban las mujeres.

Hoy es coordinadora del área de políticas bisexuales de la FELGTB, y coincide con Jurado en señalar que la principal dificultad es que nadie se lo cree y que existe y está muy extendida la falsa teoría de que se trata de una transición hacia la homosexualidad.

Considera que es un asunto complejo y “hay personas que tienen miedo de que seamos bisexuales”, incluso, relata, generamos “confusión dentro del colectivo homosexual“.

“En general piensan que somos personas confusas, que vamos a traicionar y engañar sexualmente por sistema”, pero defiende que esto no es así, y depende, como en todos los colectivos, de la personalidad: los hay que son muy promiscuos y los hay que prefieren una relación estable.

Lucía señala que en los últimos años ha empezado a darse cambios: famosos que han salido del armario; incorporación, sin clichés, de personajes bisexuales en alguna serie de televisión, y especialmente en videojuegos y la inclusión de la b de bisexual por parte de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA por sus siglas en Inglés).

-#2016bisexual-

Según la FELGTB, que ha declarado 2016 como año de la bisexualidad , las personas bisexuales no tienen una relación homosexual o una relación heterosexual dependiendo de la orientación de la otra persona.

Las personas bisexuales tiene una relación afectiva y/o sexual sin adjetivo, y no todas las relaciones formadas por mujeres están integradas por lesbianas.

No todas las relaciones formadas por hombres están integradas por gais.

No todas las relaciones formadas por mujeres y hombres las integran personas heterosexuales. En esas relaciones también puede haber personas bisexuales.

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