“Pana. A ésta jeva si la quieren aquí. Pero es que mírala… parece una virgen tropical…” aseguraba un barquisimetano -a viva voz- en la estación de subte Carlos Gardel al detenerse a ver un monitor en donde la otrora “Abigaíl” ofrecía una entrevista para la televisión local.
Decir que la venezolana Catherine Fulop se ha dado a conocer en la Argentina no sería preciso ni justo. La verdad es que ella se ha internado en el imaginario del entretenimiento de esa nación a tal punto, que es de lejos la primera referencia sobre nuestro país que tienen en todo el Cono Sur.
Atrás quedaron los días en que al subir a un taxi o un colectivo en Buenos Aires lo primero que se escuchaba decir al conductor era algo relacionado al fallecido ex-presidente Hugo Chávez. Que va. El cuento de “la revolución” y el socialismo -chimbo- quedó en la memoria remota de la gente que ya se ha forjado su propia idea de lo que está pasando en la tierra de Bolívar. Entre otras cosas, por la significativa llegada de venezolanos a ese país durante la última década, la cual se ha acentuado notoriamente durante los últimos dos años. Con más de 15 mil venezolanos censados solamente en Capital.
Y es que ha sido sin duda el carisma de Catherine el que le ha abierto las puertas a la migración coterránea. Más que cualquier “alianza estratégica” o mercado de libre comercio de pretensiones libertarias y regionalistas.
Tras su matrimonio en 1998 con el actor y empresario argentino Osvaldo Sabatini, hermano de la tenista campeona mundial Gabriela Sabatini, la vida de quien fuera Miss Vargas 1986 se ha asentado totalmente en el país sureño. Madre de dos hijas, Oriana y Tiziana, su cotidianidad sigue teniendo una fuerte presencia en la prensa rosa de ese país.
“Mis hijas la aman…crecieron con ella”, reconoce la dispensaria de una farmacia en plena avenida Coronel Díaz, en el corazón de la capital bonaerense. “Es una divina”, comenta otro chofer de los emblemáticos taxis amarillos y negros, que se hipnotiza con su voz todas las mañanas cuando la escucha hablar en el programa radial matutino “Mi Gente Bella”, de la emisora Vale 97.5 fm.
Fue precisamente desde esa cabina que comparte con Marcelo Fross, desde donde anunció el pasado 14 de marzo que se retiraría definitivamente de la televisión. “Por amor a la radio…” declaró al aire y entre lágrimas, para luego aclarar que se trataba de una situación familiar muy delicada. Así ponía fin a su activa carrera en la pantalla chica argentina tras abandonar la conducción del popular programa “Los unos y los otros” transmitido por América TV.
Totalmente en vivo y sin anuncios comerciales, Catherine Fulop conmovió una vez más al público argentino:
«Había algo en mi corazón que me decía que estoy pasando por un momento bastante triste que involucra a mi corazón. Ya se van a enterar, porque involucra a otras personas. Quedamos que me hacía a un costado y preferí quedarme con la radio, tranquila.
«Qué difícil se hace a veces hablar de mis cosas personales, dentro de poco se van a enterar, ya vamos a salir de esto. Es un momento que en mi vida va a pasar, porque lo mejor está por venir».
La prensa local también estalló en lágrimas y no fue hasta la semana pasada que el anuncio esperado se hizo oficial: su suegro, y padre de los hermanos Sabatini murió a los 81 años luego de una larga lucha contra el cáncer y el Alzheimer. Al parecer, más allá del vínculo, ambos tenían una relación muy cercana en torno al núcleo familiar.
Pero Catherine nunca se rinde y es particularmente esa “sangre liviana” que la caracteriza la que ha calado en la audiencia austral. No solo a través de una decena de telenovelas y obras de teatro, sino también como entidad de la “buena vida” y el -pensamiento positivo- desde los tiempos en que batió records de audiencia con su show 100% Catherine, por Fox Sports, en donde muchos de sus admiradores quisieron convertirse más de una vez, en el «balón medicinal» que usaba la exótica criolla de padre húngaro, como soporte para sus -provocadores y ardientes- rutinas de ejercicio.
“Me encanta el acento venezolano…” es otra de las afirmaciones que más se escucha decir a los porteños de cualquier barrio.
A pesar de que los nacionales muchas veces somos confundidos con colombianos. Siempre colombianos. No es mentira que más allá de cualquier elemento geopolítico, somos reconocidos fundamentalmente por compartir el gentilicio con Catherine Fulop. Así es la cosa.
Y no es para menos. No se trata nada más de la telenovela “Abigail” y el programa “Bailando por un sueño”. La carrera de Fulop ocupa casi todos los ámbitos de la labor artística: actriz, vedette, comediante, animadora, modelo y más recientemente fotógrafa.
Alguna vez fue jurado del Festival de Viña Del Mar y también de los populares programas de televisión «¿Quién quiere casarse con mi hijo?» y “Talento Argentino”, fue protagonista de varias telenovelas locales entre las más recientes “Taxxi, amores cruzados” y “Sos mi hombre”.
Y nada parece que la va a detener. A sus 51 años todavía parece que tuviera 20 y reconoce públicamente, y cada vez que pueda, que se forjó como modelo y actriz en su Venezuela natal.
En UB nos es imposible olvidarla.
Desde aquella sesión de fotos que hiciéramos sobre un llamativo sofá de animal print, que hoy en día es parte del patrimonio museístico histórico de esta marca que ya lleva casi 13 años siendo «La más deseada del país». Y ahora de hispanoamérica.
