De la crisis de anticonceptivos al condón de tripa de oveja

En la antigüedad, para evitar la concepción, se implementaban curiosos procedimientos. Gracias a la avasallante crisis y la escasez de los profilácticos modernos pudimos acordarnos de ellos

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El panorama de desabastecimiento generalizado que sufre el país tampoco respeta los contraconceptivos, léase condones y pastillas. Es probable que muy pronto, para paliar la emergencia, los voceros oficiales aleguen que los profilácticos modernos no son necesarios y que centenares de años de cuidados arcaicos nos contemplan. ¿Experimentaríamos entonces un regreso a la variedad de métodos que se implantaban siglos atrás para prevenir oportunamente la llegada de cualquier neonato?
En un país en donde la capacidad de engendrar es arrolladora – y sobre todo de manera precoz – quizá no sería chiste entonces tratar de recurrir a la vieja usanza.
En materia reproductiva de nuestros ancestros, si es que deberíamos considerar así a los romanos o a toda su descendencia y futuro dominio, se habla mucho del precursor del preservativo de goma: la tripa de la oveja o, en su defecto, la vejiga. Revestir el pene e impedir el paso de la esperma durante el coito fue algo muy utilizado previamente a la aparición del látex.
Por ello cuando compremos embutidos deberíamos ser cautelosos y buscar el revestimiento del chorizo y tratar de hacer un envoltorio para el miembro viril. Por los siglos de los siglos (amén) se perfeccionó la técnica hasta llegar a lo que todos conocemos como preservativo moderno.

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Esta es una muestra de un condón hecho de tripa de cerdo que data del siglo XIX (no hace tanto tiempo). En un extremo se cosían y en el otro se ajustaban con una cuerda para poder consumar el acto con cierta comodidad. Estos artículos eran de sumo lujo. Se entiende que dentro del seno de la nobleza y la sangre azul de cualquier época de la historia la promiscuidad era un hecho bastante común y las previsiones debían ser tomadas cuanto antes. La sífilis y la gonorrea son las enfermedades venéreas favoritas de todos los tiempos y, por ende, también había que meterles freno.
Otro de los usos no tan higiénicos que se implementaban en culturas como la egipcia era una mezcla de estiércol de cocodrilo con miel para untar en la vagina. A saber dónde vamos a encontrar estiércol de cocodrilo y, por el camino que vamos, también la miel.
Optando por la química, se conocen métodos que implementaban mercurio, arsénico o estricnina mezclados con orina animal dentro del sexo femenino.
¿No te gustan las opciones? Puedes probar con una esponja de mar o una bola de la lana llena de vino- o vinagre – introducida en la vulva.
En cualquier imposibilidad de resolver con los anteriores podemos recurrir al sistema más antiguo y de probabilidad intermedia en aspectos de planificación familiar que es el coitus interruptus, en el cual hay que estar alerta. Muy alerta. Respirar profundo ambos, retirarse y tener mucha… pero mucha paciencia.]]>

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