Sexo para leer

Escuela del Sexo: Exquisitamente Casual

La máxima expresión de lo varonil, alto, ojos grises, cuerpo con evidencias de pagar mensualmente una membrecía en un buen gimnasio. Me ve, lo veo, me invita un trago, lo acepto, la noche se vuelve intensa. Aladdín es el destino, besos, caricias, cinco orgasmos para mí dos para él es la cuenta. Momentos incómodos después de acabar y esa eterna pregunta: ¿Qué será lo que va a pasar y como me debo comportar?

Fotografía: Alejandro Cremades
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Hoy en día el sexo casual se ha convertido en una práctica frecuente para muchos. Como cualquier otra práctica sexual requiere tomar en cuenta algunas recomendaciones sobre todo porque se conoce muy poco a la otra persona. El sexo casual no es un pecado, pero la sociedad se ha encargado de estigmatizar sobre todo a la mujer que decide practicarlo. La mayoría de las mujeres no relacionan siempre sexo con el placer, por eso siempre la posición es de presa y el hombre de cazador.

Cuando la soledad lidera la vida y la masturbación no es suficiente, el sexo casual se vuelve la premisa. Sales, conoces, y sin miedo a ser muy exigente, basándote en tu soltería eliges al que pudiera satisfacer tus ansias por una noche de placer. Una noche rodeada de opciones pero hay una que logra llamar tu atención, te ve, lo ves, y empieza el juego. Ese juego de decir con la mirada «esta noche abriré las piernas para ti». Esa es la situación pero ahora analicemos los implicados en el asunto. Para asumir esa posición hay que considerar varios factores, principalmente LA SEGURIDAD. Cuando somos personas seguras y sabemos transmitirlo preparamos nuestra mente para nuevas sensaciones. Estamos claros que no todas las noches salimos pensando: «a quién me voy a follar hoy» (en el caso de las mujeres). Los hombres están mucho más abiertos socialmente a la práctica del sexo casual’.

Superada la parte de la seguridad, la segunda es el TABÚ. La sociedad siempre busca «guiar» qué debemos sentir y cómo. Por eso en realidad creemos que debemos seguir «algunas normas» para el sexo. Con normas me refiero al típico «yo no voy a follar antes de la quinta salida. Yo no soy fácil». Y es ahí cuando yo intervengo y digo: ¿eres sincera contigo misma? Señores corríjanme si me equivoco pero creo que cuando ya no somos tan chicos a la mayoría después de una buena sesión de besos provoca MÁS. ¿Qué nos lleva a detenernos? ¿Por qué reprimimos las ganas y el sentimiento? POR LA BENDITA SOCIEDAD, ¿o no?. ¿Qué va a pensar él de mí? Es la típica pregunta que la mayoría se hace. Y te has preguntado ¿qué piensas tú de ti misma? Si tu seguridad es alta vas a poder tomar decisiones importantes sin pensar en las consecuencias o mejor PODER MANEJAR LA CONSECUENCIA. Si has superado los tabúes y no tienes ningún tipo de conflicto con la idea de sexo casual ADELANTE. Si sientes que no es lo tuyo y que al día siguiente no aguantarás el remordimiento es conveniente reflexionar antes de dar el paso. La idea es no sentirse culpable por el asunto, es estar consciente de lo que se hará y sus consecuencias.

Cuando uno decide hacer lo que siente normalmente es considerado un desertor social. Hasta podrías verte desterrado de un grupo que, a fin de cuentas, se sustenta en la hipocresía: calificándote de inmoral o erróneo. Algo que ellos mismos desearían hacer y que, de hecho, muchas veces se permiten hacer, pero siempre a puertas adentro. Chicas contando los días exactos para irse a la cama con “un buen partido”, añorando ser consideradas “chicas serias”. Reglas van surgiendo en torno a las relaciones y sobre todo: al inicio de las mismas, cuando hay que poner las “reglas” en claro. “Mínimo tres salidas formales para besarlo por primera vez y un mes para acostarme con él”, he dicho: allí está la “chica seria”. ¿Qué actitud se aplaude y cuál se sentencia? ¿Qué diferencia lo que “debemos” de lo que “queremos”?

Nosotros que nos pasamos la vida debiéndonos al “qué dirán”, nos olvidamos de lo que somos y sentimos. Para muchos, PUTA es simplemente una chica que una noche decidió ser fiel a lo que sentía, a sí misma. Esa misma «puta» que seguro asume la batuta de su sexualidad y puede llegar a tener sexo casual sin problema. Creo que el problema no es tomar una decisión, sino acarrear lo que viene a continuación. Estar consciente que de una u otra manera seremos juzgados y que eso no representa la totalidad del problema. Analizar y aceptar el juicio emitido sea cual sea es lo que va a marcar la diferencia entre la mayoría y TÚ.

Desarrollar una seguridad interior que nos permita tolerar los comentarios malsanos de una sociedad es LA TAREA. Las mujeres llevamos una carga difícil en todo tipo de relaciones: siendo hijas, siendo madres, siendo novias, siendo esposas somos juzgadas. Muchos siguen buscándole solución a sus problemas de soledad, mientras otros se preocupan por resguardar lo que tienen a su lado. Unos se encargan de juzgar y otros, sencillamente: son juzgados. Represión de sentimientos o libertad del cuerpo, es una simple decisión personal donde cada uno tomará las riendas y las consecuencias.

¿Qué debemos tener en cuenta cuando decidamos recostar la cabeza en un hotel con alguien que poco conocemos?

1. Buscar un sitio neutral, un hotel podría ser el ideal (no es recomendable llevarl@ a tu casa).

2. Siempre, siempre ¡SIEMPRE! Protégete usando CONDÓN, es la única forma de prevenir el contagio de enfermedades y embarazos no deseados.

3. Recuerda que el sexo casual es una forma de satisfacer nuestras necesidades y alcanzar el placer pero NO ES UN SIMULACRO DE RELACIÓN.

4. NO puedes exigirle a la otra persona cariños y atenciones después del sexo ni tampoco el desayuno al día siguiente… PURO PLACER Y LISTO.

5. Disfruta del momento, aprovecha todas las sensaciones, deja a un lado la culpabilidad y los cuestionamientos y continúa con tu vida.

6. Si intercambian teléfonos no necesariamente quiere decir que la otra persona te llamará, tómalo con calma y no esperes un próximo encuentro.

7. Recuerda que el sexo ocasional está siempre enmarcado en un escenario de relax en el que no hay ni compromiso ni presiones.

Yo, Yeilove, decidí ir por la vida luciendo simplemente como quiero lucir, sintiéndome satisfecha tanto con lo que hago como con lo que dejo de hacer. En mi vida yo elijo, no me eligen y me encantaría que esa fuera la premisa de la mayoría de las personas que conozco. De esas que cuentan días y horas para abrir un poco su cerebro y sus piernas, para permitirse ser feliz 20 minutos. Chicas que vuelven a sus casas rezándole a Dios, para que quien las hizo feliz esos minutos, las llame al día siguiente. Tomemos el control y asumamos las consecuencias con valentía. Valoremos lo que tenemos como lo queremos y no le demos a los demás el poder de tomar las decisiones que son nuestras. Sal y decide qué noche quieres sentir el algodón de esa sábana de hotel o conseguir simplemente alguien que te halague el liguero nuevo que te compraste.

El sexo casual es cada vez más común. Apoyado en el lema: “no quiero nada serio” personajes diferentes salen a la calle en busca de calentar algo más q sus almuerzos en el micro. Ser parte del común denominador no te hará exento de la crítica. Tu posición personal predominará y hará que salgas airosa de un evento casual sin repercusión en tu vida moral. Control de las acciones y de las emociones podrían asegurarte el éxito en una aventura donde muy pocas veces conocemos el resultado final.

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