Melomanía

La venezolana Arca despertó pasiones en el Sónar

No es su primera vez en el festival de Barcelona, pero este año Arca se ha presentado en su nueva personalidad de diva trans: así arrancó el Sónar

TEXTO: Rosa Díaz/EFE Fotos: Alejandro García/EFE
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La venezolana Arca ha brillado con luz propia en una primera jornada del Sónar, en la que sonidos de todas las latitudes del Planeta se han hermanado con la música electrónica, ante un público feliz de disfrutar de un festival siempre sorprendente, que este año ha estado a punto de anularse.

Tras los nervios del conflicto laboral que ha tenido en vilo a los organizadores y al público durante la última semana, el primer día ha sido una fiesta, en la que todo ha funcionado y nada ha ensombrecido este acontecimiento cultural de primer orden que se celebra en Barcelona desde hace 26 años.

La reina indiscutible de la jornada ha sido Arca, que ha levantado gran expectación con el estreno mundial de su nuevo espectáculo.

Arca es un artista transgénero conocido entre el público habitual del Sónar, que este año ha vuelto en su nueva condición de mujer, convertido en una diva.

Musicalmente no plantea una escucha sencilla -ninguno de sus discos lo ha hecho-, más bien al contrario, pero aun así Arca despierta pasiones y ha sido el responsable de una larga cola de entrada al recinto del SonarHall.

Todos querían ver a Arca, que ha empezado el concierto sobre el escenario, luciendo dos largas coletas y un vestido con más correas que tela, para después bajar, moverse entre el público y seguir cantando y actuando a nivel de suelo.

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Su equipo ha aparecido en escena para ayudarle a cambiarse de ropa, antes de iniciar una ‘performance’ junto a la cantante de No Bra, en un espectáculo que ha ido más allá de la música y ha utilizado todos los medios a su alcance para expresar la fuerza melodramática de Arca.

Este concierto heterodoxo, que ha invitado a muchas cosas, pero no al baile, ha tenido lugar a la misma hora que en el escenario principal al aire libre empezaba el momento más festivo de la jornada, los conciertos de Ross From Friends y Daphni.

El heterogéneo y desinhibido público del Sónar ha cerrado la primera jornada bailando sin complejos al ritmo del torrente musical de estos dos artistas, en un recinto lleno, aunque esponjado, en el que se hacía difícil saber si la incertidumbre de la semana pasada había afectado a la venta de entradas.

«El festival ha arrancado con buena afluencia de público y más universitarios que otros años porque ya están de vacaciones», han dicho los organizadores, en referencia al cambio de fechas, que han pasado de junio a julio porque Fira Barcelona Gran Vía estaba ocupado por una feria de maquinaria.

También ha tenido mucho público Sevdalika, una artista de origen iraní, mirada intensa y movimientos sinuosos, cuya sangre oriental fluye con naturalidad entre los sonidos electrónicos y los teclados románticos.

Un buen ejemplo de la variedad estilística de un festival que este año se ha esforzado especialmente por traer músicos de los cinco continentes y ha programado 140 espectáculos de artistas procedentes de 36 países.

Los márgenes geográficos se diluyen en Sónar y los de género también, y en el mismos espacio donde Arca ha presentado su nueva identidad, Lotic ha jugado con ella en un montaje muy visual, en el que el tejano afincado en Berlín se ha movido con sensualidad dentro de una corona de luz prismática ideada por un maestro de la iluminación Emmanuel Biard.

Poco antes, los más intelectuales han podido ver las imágenes que la música genera en nuestro celebro, gracias a la propuesta de Daito Manabe y Yukioyasu Kamitani.

El artista y el científico han ideado un proyecto que toma señales del celebro y las decodifica, dando lugar a las abstractas imágenes que se han visto hoy en el escenario de SonarComplex.

Las apuestas transgresoras seguirán en el recinto de Sónar de Día, junto a otras más festivas, mientras que el Sónar de Noche abrirá sus puertas con apuestas sólidas como las de Stormzy, Underworld y Disclosure.

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