Opinión

Las estrellas del firmamento

Tras una breve pausa regresa Julian Eduardo Guzmán, el Stayfree de la noche y los días, recordándonos que hay que ganarle a la depresión circundante y haciendo memoria de cómo se hacían las cosas en los felices 90

Composición gráfica: Yiseld Yemiñany
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Una de las cosas más interesantes de mi adolescencia fue el hecho de poder organizarnos para la movida caraqueña. Nunca fui diva, pero -¡por milagro!- me encontré siempre en el lugar preciso, como caído de la mata. Ser un rumbero al que todos querían no era un estatus, claro que no, yo veía a todo el mundo como mis amigos. Una de las dádivas de andar por la vida sin propósito alguno es que las bendiciones como que llegan a cada momento y pueden ahogarte si no sabes qué es lo que está pasando. Esta materia prima era la confianza que depositaban en mí todas las personas que movían a la ciudad.

Los chamos comenzaron a agruparse en grupos de baile, dj´s, bandas de rock, grupetes de gente excéntrica, pero yo los reinaba a todos, con el hecho contraproducente de que -absolutista- lo escribo a calzón quitado: “La rumba de Caracas soy yo”

¿Qué podemos hacer en este momento? Pues con certeza ganarle a la depresión circundante, que es una ilusión terrible.

Claro que entonces no había dinero, pero había organización y mucha unión. Los rollos de las cuentas o pérdidas por una rumba planificada sin éxito daba impulso a diseñar otra. Al parecer era una oportunidad que se regaba de esta manera: la gente comentaba que la fiesta había estado mala, pero se le daba un voto de confianza a los organizadores. Eran buenas y se ponían mejores. Omer Breton dice que siempre había un hueco donde ir, él me dijo que extraña esa época. Su cumpleaños era uno de los eventos más esperados y uno -es un hecho literal- pasaba todo un año preparando el outfit.

Entre tantas opciones algunas servían de trampolín para las otras. Es así como la periodista Luz Elena Carrascosa competía con el Dúo Deno en la discoteca Underground con sendas fiestas. La de Luz era el “Madonnarama”. Yo enloquecí. Y el Dúo Deno también hacia algo fantástico que también en un lugar llamado Tambo.

En “Underground” conocí a Reinaldo Morales A.K.A Dj Rey, él me propuso hacerme unas fotos para su portafolio y me regaló las fotos. Él era novio de Fran Beufrand y esto me dio un impulso gigante.

Muy cerca de él, Titina Penzzini me ofrecía regalos, ¡nunca me los dio! Pero hablar con ella era todo un viaje. Jamás olvidaré que era fan de la modelo Amber Valetta, quien se convirtió en la imagen de Gucci en 1995 para el estreno de su nuevo diseñador: Tom Ford. Una cosa divina que emulaba a las chicas “Bond”. Y muy parecida a Ursula Andress pero a la italiana, Titina llegó de punta en Gucci a una reunión en casa de Fran y yo casi me desmayo pues era la colección del momento y toqué, con toda la humildad e impresión el género, y sentí que eso era la moda.

X-star, la fiesta, fue el resultado de todo este acercamiento. En casa del fotógrafo más famoso de Venezuela, Dj Rey se unió a sendo crew integrado por Manuel Lebon, Muu, y noveles diseñadores como Ibrahím López y Luciano Díaz. Era básico invitar a las tops del momento, como Sascha Popovich, a dejarse ver en las fiestas, así como a Ferando Batoni y a Los amigos Invisibles, que pescaban por todos lados cosas para sus discos, en Nueva York, y en los predios de la hermana creole de la gran manzana y esta es nada más y nada menos que Caracas.

¿Que cómo vivo ahora?

Con lo que implica el espíritu del momento, tengo familia y una conciencia conflictiva en ella misma, que me lleva reírme de mí mismo, pero que me invita al filo del que deja con desgano la actitud de superviviente. ¡Con las ganas que tengo de un rumbón! De estos que suben el estatus.

Me encantaría recibir propuestas de los artistas jóvenes y ya consagrados, me encantaría que esta columna tuviera imágenes mías cada vez que se publicara, para afianzar mi imagen y posesionarme en los medios (ego) con la colaboración de fotógrafos, maquilladores, diseñadores o tiendas de ropa. ¡Eso pasaba en los 90!. Todo el mundo ganaba y se ayudaba…

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