Veloster: raro pero cumplidor

Si Hyundai quería crear un carro de nicho, con el Veloster dio en el blanco. Desde que salió al mercado en 2012, este medio coupé dio de qué hablar por su extraño diseño, una condición que terminó siendo su mejor atributo para conquistar espacios muy específicos entre compradores latinos tanto de Europa como de América.

Aunque sin mayores cambios estéticos –cosa que según los coreanos está por llegar-, la versión 2017 del Veloster despunta por las mejoras en el equipamiento, en especial la motorización, más potente luego que el turbo se hiciera una condición permanente en prácticamente todas las versiones.

Tomando como base utilizado por el sedán Elantra, el bloque de 1.6 litros y cuatro cilindros con doble turbo entrega 201 caballos de fuerza y 195 libras/pie de torque, suficiente para permitir a este pequeño alcanzar un desplazamiento más que digno. De hecho, pasa de 0 a 100 kilómetros por hora en apenas 7 segundos, nada mal para un auto sin ínfulas de bólido.

La fuerza es aportada al eje delantero gracias a una transmisión de siete velocidades de doble embrague, una condición común en autos de categoría superior, aunque para el mercado latinoamericano existe una versión con caja manual seis marchas.

Sin menospreciar sus muy buenas prestaciones, lo que realmente llama la atención del Veloster es su disruptivo diseño, cuyo punto focal es tener solo tres puertas. Sí, tres puertas: una del lado del piloto y dos del lado opuesto. La justificación para ello es permitir que los pasajeros traseros desembarquen por el lado de la acera, lo que lógicamente limita su venta en Inglaterra.
Sustentado en la plataforma del Accent, este detalle estético hace que el Veloster no tenga una categoría definida, pues cabalga a medio camino entre un cupé y un hatchback, aunque con ciertos aires deportivos.

Su gran parrilla frontal e impactantes grupos ópticos muestran una agresividad que lo acerca más a los modelos desarrollados por firmas del viejo continente, una condición que se remarca con la hermosa retaguardia, cuyo reducido vidrio trasero que se continúa con el amplio techo panorámico le confiere una inequívoca imagen deportiva, resaltada por un amague de difusor muy bien logrado.

Sistema de navegación con una pantalla táctil de siete pulgadas, programa de infotenimiento UVO con Apple CarPlay y Android Auto, sensores traseros de estacionamiento y control de la temperatura para desempañar los vidrios, son algunas de las chucherías que incluye este peculiar modelo.

Resta saber si la resurrección de Hyundai en Venezuela permitirá la llegada de este peculiar modelo, cuyo precio en oscila entre los 18.000 y 26.000 dólares según el equipamiento extra que incluya.